Me dirigí hacia el subsuelo, donde estaban las habitaciones de los agentes con mayor rango dentro de la base. Un lugar al que no teníamos permitido ir a menos que se tratase de una emergencia, supongo que esto es una emergencia. Fui detenida por uno de los se seguridad y apenas le dije que el director me había enviado accedió a dejarme pasar. El nivel inferior era completamente distinto a todo lo que estaba por sobre el suelo, oscuro y frío, pero elegante. Las paredes eran oscuras decoradas con dorado, la iluminación hacía de ese lugar grato de visitar. Me detuve afuera de la puerta de Chris, mordí mi labio inferior antes de golpear un par de veces la puerta. Mi pierna no dejaba de temblar debido a los nervios de verlo, tenía una enorme sonrisa en los labios, misma que desapareció al instante, la agente Jill envuelta en una sábana de color negro, su cabello despeinado, marcas en su cuello y brazo, el sudor bajando por toda su piel. Esperaba haberme equivocado de habitación.
— ¿Quién es? – Un nudo en mi garganta apareció de inmediato al escuchar su voz. No me había equivocado, estaba en el lugar correcto.
— La agente Kennedy. – Dijo esta con cierto toque de burla.
— ¿Alina? – Chris apareció tras ella tan solo en ropa interior, estaba pálido debido a la impresión por verme ahí. Yo solo quería salir corriendo de ese lugar y como siempre las piernas no me respondían.
— Siempre tan inoportuna. – Comento Jill antes de darse la media vuelta. Aquel comentario solo me había hecho sentir humillada.
— El...el director me pidió... me pidió que informara que te necesita en su oficina... - No podía dejar de verlo a los ojos aun cuando me estaba muriendo por dentro. – n...no contestaba el teléfono Capitán. – Mordí con fuerza mi labio inferior para no llorar frente a él, sentía el sabor metálico en mi boca ante la herida que me había causado. – con permiso Capitán.
Me di la media vuelta, quería salir de ese lugar lo más rápido posible, quería llamar a León y decirle que regresara y me sacara a rastras de ahí. Me habían vuelto a lastimar y me dolía tanto que me quemaba. La garganta me dolía, quería gritar y desaparecer del mapa, pero no iba a darle en el gusto a ninguno de los dos, aunque fuese incómodo para todos, no dejaría de hacer lo que vine a hacer. Pelear para salvar al mundo. Tome mi teléfono llamando a Drex para que bajara pronto al primer piso junto con los demás. Teníamos un par de días libres antes de la misión y ahora beber parecía una buena opción para borrar esa asquerosa imagen de mi cabeza.
Me quede afuera, abrazándome a mí misma, no me importaba la lluvia que comenzaba a caer sobre la ciudad, era mejor, disimulaba las lágrimas que no dejaban de salir de mis ojos. En esos momentos me sentía patética y tan estúpida, un mar de emociones acumulándose en mi interior listas para estallar. Solo quería gritar y golpear la cara de Chris tan fuerte hasta dejarlo irreconocible. Me sobre salte al sentir un agarre en mi hombro, tras de mi Drex y los demás usando un paraguas para poder cubrirse de la lluvia, no hizo falta decir nada. Después de tanto tiempo él y yo habíamos formado una amistad tan fuerte que con solo miradas nos decíamos las cosas. Drex, el arrogante que competía diariamente conmigo para ver quien era el mejor, con el que en más de un entrenamiento de agarre a golpes. Ese chico que no sonreía para nada y menospreciaba el esfuerzo de los demás. Él estaba ahora consolándome entre sus brazos dejando pequeños besos en mi frente y caricias en mi cabello que lograban calmar mi mente y mi destrozado corazón.
— ¿Por qué estamos aquí afuera mojándonos? – Cuestiono Daniel quien se refugiaba junto a Mathew. - ¿A que va todo esto Alina?
— Yo... yo quería saber si querían ir a beber algo conmigo. – La voz nuevamente se me quebró.
— ¿Estas bien? – negué de inmediato a la pregunta de Mathew.
— Venga, entonces vamos. Eres nuestra amiga, iremos. – Francis avanzo hacia mi sosteniendo mi mano entre la suya. – venga brutos. Vamos a beber hasta perder el conocimiento.
— No dejen que beba más de una cerveza. – Todos quedamos mirando a Daniel. – Mi tolerancia al alcohol es baja.
— Eres una nena. Sin ofender a nuestras dos chicas, claro. – Francis golpeo a Mathew. –
— Así nunca vas a conquistarme.
— ¿Quién dice que quiero hacerlo?
— Me lo dices a diario Mathew. – Solté una risa ante la discusión de esos dos.
Mi teléfono no dejaba de sonar, mensajes y llamadas que se repetían cada dos minutos. Llevábamos una hora en el bar, risas y tragos mezclados con música romántica que sonaba a lo lejos. Too Little too late de Jojo. Perfecto, una canción rompe corazones, justo lo que necesito ahora. tome mi teléfono para terminar apagando este, note la gran cantidad de llamadas perdidas del mismo número, Chris mentiroso Redfield. Estaba con mis amigos y estaban haciendo todo lo posible por hacerme sentir mejor. Y no podía estar con la cara hasta el suelo aun cuando mis emociones se estaban apoderando de mí, lenta y dolorosamente.
— Hagamos un brindis y una promesa. – Dije mientras alzaba mi quinta cerveza siendo imitada por los demás. – brindemos por nosotros y por el gran equipo que somos.
— Salud por eso. – Mathew se bebió de un sorbo su trago sirviéndose con rapidez otro.
— ¿Y la promesa? – Cuestiono Drex.
— Que volveremos los cinco a casa después de cada misión.
— Dalo por hecho. Ningún zombie podrá con nosotros. – Grito Daniel que ya estaba bien pasado de copas. Creo que tenía razón con lo de embriagarse con rapidez. – ¡Wow! ¡Karaoke! – Sin más se puso de pie para ir hacia la tarima y comenzar a cantar como todo un profesional, aunque claro sonaba como un gallo atragantado con maíz.
— Se que lo que te tiene así es por el capitán. – Susurro Drex contra mi oído. – no vale la pena que estés así por él. No olvides que eres la mejor.
— Gracias por estar aquí conmigo. – Choque mi puño con el suyo terminando por unir nuestros dedos para terminar de sellar esa promesa.
— Oigan el capitán me está llamando. – Dijo Francis.
— ¡No le contestes! – Gritamos Drex y yo al mismo tiempo.
— Vale, vale. No iba a hacerlo de todos modos. – Rodó los ojos. – tu vamos a bailar. – Jalo a Mathew quien sonrió de oreja a oreja, aprovechando el cambio de música. Según Daniel, Mathew ha estado enamorado de Francis desde que los tres ingresaron a trabajar juntos al FBI, desde entonces había estado enamorado de ella y como perro fiel la seguía a todos lados, era la única razón por estar aquí en la BSAA, estar cerca de ella.
¿Quién más odia a Chris en este momento?
Disfruten el capítulo.
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VIRUS
RandomFan Fic basado en la exitosa saga de video juegos RESIDENT EVIL. (Mas en las películas animadas) Todos los personajes son propiedad de CAPCOM y su creador. Alina Kennedy y otros personajes extras son de mi creación. Los capítulo se subirán los mié...