XII

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Era un viaje largo, varias horas arriba de ese avión

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Era un viaje largo, varias horas arriba de ese avión. Me acomode en la parte trasera para poder dormir un rato, apenas si había logrado cerrar los ojos gracias a todos los pensamientos que estaban rondando en mi mente. No era tiempo de estar pensando tonterías, debía tener todos mis sentidos alertas. Pero era difícil con la compañía que tenía ahora, Chris tomo asiento a mi lado y solo sostuvo mi mano entre la suya, nuestros dedos se entrelazaron. Trague saliva y solo desvíe la mirada, esperando de todo corazón que ninguno del equipo viera eso, intentaba soltarme, pero Chris se negaba a hacerlo.

Desperté algo asustada, me sobresalte un poco dándome cuenta de que ya habíamos llegado a destino. El avión estaba completamente vació, a excepción de Chris y mía. el resto del equipo ya había bajado. Aprovechando que estábamos solos, sostuvo mi rostro dejando caricias en mis mejillas, nuestros ojos unidos, me veía con cariño. Como si yo fuera lo más valioso que existía, esboce una sonrisa torpe al sentir mi rostro caliente. Sus labios terminaron por tocar los míos, un beso lento que me erizo la piel de los brazos, mi corazón comenzó a latir a toda prisa gracias a todas las emociones que se estaban apoderando de mí. Chris era una delicia... Dios no puedo creer que haya pensado de esa forma.

— No bajes la guardia, en ningún momento.

— Ojos abiertos y sentidos alertas. – Tome mi arma para poder bajar del avión. El resto del equipo ya estaba listo en las camionetas.

Las camionetas nos dejaron en un punto especifico, tendríamos caminar un par de kilómetros para llegar a la casa en donde se supone deberían estar los hombres de Chris. Nos pusimos en formación comenzando a caminar paso lento hacia nuestro destino, solo se escuchaba el viento pasar entre los árboles, uno que otro animal cruzándose en nuestro camino. Nada que nos hiciera alertarnos demasiado. llegado a cierto punto nos separamos, cada equipo tomo su propio rumbo. Los minutos avanzaban, había nerviosismo en el aire, no era necesario tener sentidos sobre humanos para poder darse cuenta de eso. Después de un largo camino llegamos al destino, a simple vista el lugar parecía deshabitado, no había guardias cerca, ni señales de civilización. Todo está en completo silencio.

— Señor, veo una fuente de calor proveniente del subsuelo. Es grande. – Menciono Colleman.

— Es aquí.

— Esa puerta. Está bloqueada, en el costado derecho, segundo piso, hay una ventana abierta que puede servir como punto de ingreso. – Mencione. – permiso para ingresar primero y revisar que este despejado Capitán. – El de mala gana asintió. – cúbreme. – Le dije a Drex.

— Con cuidado compañera.

Sostuve con firmeza mi arma, una magnum que tenía la suficiente potencia para volarle la cabeza a alguien, aun cuando era un arma pequeña, era peligrosa. Observe la zona por la que tendría que subir, un par de metros de escalada. El que la pared estuviera rota solo me daba una pequeña ventaja para poder escalar sin problema, aunque claro si esta se rompía sería una fea caída. Guarde nuevamente mi arma, respire profundo antes de comenzar a subir, asegurándome de repartir bien el peso de mi cuerpo. con algo de dificultad logre llegar arriba. El interior apestaba a húmedo, era nauseabundo, una mezcla de aromas, podrido que solo lograban provocarme nauseas.

— Capitán. – Dije a través del radio.

— Kennedy ¿Todo en orden?

— Si, pero hay sangre por todos lados, una sustancia oscura por todo el suelo y partes humanas.

Dicho eso corte, no era imagen agradable de ver. Intente resistir la pestilencia y con el arma en mano baje por las escaleras, intentando hacer el menor ruido posible, no quería llamar la atención de lo que sé que estuviese bajo la casa. Francis lo había confirmado, una fuente de calor demasiado fuerte proveniente del subsuelo, y en un lugar de clima frio dudo que sea una simple estufa. El primer piso estaba despejado al igual que el segundo, todo estaba cubierto de sangre y restos humanos, esa sustancia oscura esparcida por todo el suelo. Curve mis labios en una sonrisa al ver la trampilla mal oculta en un rincón de la casa. Sin soltar el arma me incline para levantar esta y tal como esperaba una escalera metálica de gran tamaño que seguramente llevaba al laboratorio y el símbolo de Umbrella pegado en la trampilla, aunque ya sucio, pero esos colores eran fáciles de distinguir. 

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