XIX

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De mala gana accedí, me abrí paso disparando a esas cosas que caían con más dificultad, una bala no era suficiente para hacerlos caer

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De mala gana accedí, me abrí paso disparando a esas cosas que caían con más dificultad, una bala no era suficiente para hacerlos caer. Nivel 6 mostraba la numeración en el elevador del fondo. Encontré las escaleras de emergencias comenzando a bajar a toda prisa por estas e intentar alcanzar a esa jodida perra traidora. No puedo creer que no nos dimos cuenta de que era una completa farsa, le va a destrozar el corazón a Kang, bueno si es que él y Daniel no están involucrados con ella. Espero que no, porque realmente me agradan. El nivel inferior estaba igual de iluminado, paredes un poco más oscuras. Todo estaba silencioso, demasiado silencioso. Me cubrí tras una pared al escuchar pasos pesados, un, dos, tres, cada vez estaban más cerca. Me quite esa molesta mascara dejándola con sumo cuidado en el suelo, no quería hacer ruido ni llamar la atención de quien se estuviese acercando.

— Eres molesta. – Curve mis labios en una sonrisa. – vete. – Dijo Francis a ese sujeto. Apunte con mi arma evitando que ambos se movieran.

— Un solo paso más y lo último que veras de tu hija serán sus sesos esparcidos por el piso.

— Niña, están en el lugar equivocado.

— Solo quiero al capitán. No hagamos las cosas más difíciles ¿Dónde está?

— Vete. – Volvió a repetir Francis, ese hombre me mostro una sonrisa antes de desaparecer entre las sombras. – el capitán está en el nivel B2.

— ¿A que estas jugando?

— A nada Alina. – Fruncí el ceño al ver sus ojos cambiar de color, se volvieron completamente oscuros. – Somos amigas ¿No? – Soltó una risa antes de comenzar a retorcerse de dolor, todo su cuerpo comenzó a mutar.

— Mierda. – No iba a quedarme a ver como se convertía en un monstruo. Comencé a disparar, pero la maldita era rápida.

Me arrojo un par de metros por ese largo pasillo, puede golpearme lo que quiera, mientras no me muerda, estamos bien. Me impulse hasta terminar de pie con ella acercándose a una velocidad inhumana hacia mí. Un disparo en una de sus piernas fue suficiente para provocarle gritos de dolor que retumbaron en todo el pasillo. No iba a morir en Brasil, encontraría a Redfield y le patearía el trasero por dejarse engañar de esa manera por esta loca. Limpie mi boca ante ese nuevo golpe, sentía la sangre acumularse y caer por la comisura de mis labios. escupí al suelo mostrando una sonrisa mientras le daba una patada en el estómago para sacármela de encima.

— Cuando acabe contigo iré por todos los demás.

— Sobre mi cadáver.

— Eso será sencillo. – Lanzo un golpe cortando mi mejilla. – Ya no eres la más fuerte ¿O sí?

Mi arma estaba ahora tirada a un par de metros luego de que esta me la quitará, bueno será a la antigua, un cuchillo, mis puños y mucho esfuerzo. Lance una patada, mala idea porque me termino cogiendo del pie para terminar estrellándome contra la pared. Me queje un poco antes de ponerme de pie. Tome con firmeza el cuchillo, le di un par de vueltas antes de sostenerlo con fuerza, la imagen de mi hermano llego a mi mente, tenía que hacerlo bien por él y por Chris. Mis piernas perfectamente separadas, posición de ataque y defensa. Esquive uno de sus golpes usando el cuchillo para cortar la arteria de uno de sus brazos, retrocedí un par de pasos para retomar la posición de defensa.

— Ven. Aun puedo contigo. – Me incline un poco, pero no lo suficiente porque termino provocando un corte en una de mis piernas.

— La soldado perfecta. – Su voz gutural logro ponerme la piel de gallina. –

— Hablas demasiado perra. – Dije entre risas esperando el siguiente movimiento. – No entiendo que vio Kang en ti, estas enferma. Y para colmo fea. – Apenas dije eso se lanzó sobre mí, tenía demasiada fuerza, diez hombres dentro de una sola persona. Su cuerpo aplastándome mientras intentaba romper mi mano para quitarme el cuchillo. De su boca comenzó a salir un líquido verdoso que iba directo a mi propia boca, si entra en contacto con mi sangre, estoy jodida. – Verás a tu padre en el otro mundo. Cuando acabe contigo iré por él. – Le grite antes de clavar con fuerza el cuchillo directo en su cien, como pude me la quite de encima. Francis regreso a la normalidad. – y pensar que me caías bien.

Corrí hacia el nivel B2 donde supuestamente estaba Chris. Me detuve tan solo al escuchar el sonido de un radio, con cuidado me asomé por el pasillo viendo a un par de guardias custodiando una puerta. Cambie el cargador de mi arma, esto va a estar divertido. Respire profundo, soltando todo el aire de mis pulmones antes de salir y dispararles. Ambos terminaron en el piso arrastrándose para poder salir de esa. No iba a tener compasión con ellos, simplemente les di otro tiro para hacerlos caer. Al abrir la puerta un suspiro de alivio escapo de mi boca al ver a Chris atado y todo golpeado. A su lado la agente Valentine que de igual forma estaba herida. Me acerque a ella tragando saliva, no tenía pulso, demonios. Volví con Chris asegurándome que estuviera vivo, las lágrimas comenzaron a brotar al verificar que si lo estaba.

— Chris despierta, por favor despierta. – Sostuve su rostro dando algunos golpecitos en sus mejillas. – tienes que despertar ¿Sí? No puedes dejarme capitán. Por...por favor despierta.

— A...Alina. – Murmuro apenas.

— Si, estoy aquí. – Mi radio comenzó a sonar. – aquí Kennedy.

— Soy Drex ¿Dónde estás?

— Nivel B2. Encontré a los objetivos.

— Vamos para allá. Corto.

— Ya viene la ayuda. – Tome mi cuchillo para poder cortar las cuerdas, tenía cortes en sus brazos y mejilla. de su hombro no paraba de brotar sangre. - ¿Cómo dejaste que te lastimaran así?

— Es lo que merezco por lastimarte, lo siento. – Negue de inmediato. No era tiempo de pensar en eso. – yo...yo te quiero.

— Sh ya cállate. No te esfuerces. 

 

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