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Logramos sacar a Chris y Jill de ese lugar

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Logramos sacar a Chris y Jill de ese lugar. Chris estaba muy malherido, pero no había rastros del virus en su sangre, al menos eso arrojaban los primeros resultados de los exámenes. Kang aun cuando le conté lo ocurrido ahí dentro, la traición y en lo que se había convertido Francis, en que era hija de ese hombre responsable de toda esa masacre. Aun así bajo al nivel B6 para poder recuperar el cadáver, según él no podía dejar a la chica que amaba tirada como si fuera un pedazo de basura, aunque claramente había actuado como un pedazo de basura. Había traicionado a la BSAA y a nosotros, éramos un equipo, amigos y nos había usado para obtener información sobre nosotros y toda la agencia. Pero, en fin. Él quería darle un entierro digno. Aun cuando no se lo merecía en absoluto.

Le habíamos brindado un último adiós a Fix, Moss y a la agente Valentine. Despedir a los nuestros dolía y más cuando uno de los nuestros nos había llevado directo a la boca del lobo. Ahora sus nombres estaban escritos en la pared junto a todos los hombres y mujeres caídos en servicio. Sus placas estaban colgadas, a excepción de Colleman, los demás serian recordados con honores. Daniel y el serian puestos bajo investigación para descartar toda asociación con ella y el Doctor Phantom Colleman. Que había logrado escapar de Brasil, estaba siendo buscado por todos lados. Chris tenía razón, son como ratas, saben esconderse muy bien.

— ¿Iras a ver al capitán?

— No creo, ya lo rescaté. Estamos a mano.

— Te gusta ¿No es así?

— ¿Soy muy obvia?

— Me di cuenta de que había algo entre ustedes durante la misión en Canadá. Por la forma en cómo te cuidaba y como no se apartaba de ti. Vi amor en sus ojos.

— Claro, pero ese amor se va cuando se mete con otra más.

— Habla con él, tal vez las cosas no fueron como piensas.

— ¿Eres soldado o doctor corazón?

— Puedo ser lo que mi amiga necesite. Y ya me voy, tengo una cita con Cristine.

— ¿La recepcionista?

— Aunque no lo creas bajo ese cabello despeinado y esas gafas, hay una chica hermosa y divertida.

— Pensé que te gustaban las modelos.

— Puede ser, pero ella es increíble.

— Suerte. No la lastimes.

— Jamás cariño. Nos vemos.

Me detuve afuera de la enfermería donde el llevaba ya unos días, no había querido verlo, aun cuando me habían llamado para hacerlo. Seguía molesta con él, pero verlo a punto de morir me había dolido más y todo lo que había visto había desaparecido. Pero aun así en el interior había quedado un deje de dolor. Me sobresalte al notar la puerta abrirse, tras ella la doctora Rebecca Chambers quien había estado trabajando sin pausa en encontrar un antídoto para el virus mejorado. Estaba siendo una tarea bastante difícil, Daniel estaba trabajando mano a mano con ella para ayudarla, después de todo él había obtenido la prueba.

— ¿Vienes a ver a Chris?

— Ah no, solo pasaba por aquí. Voy al gimnasio.

— Claro. Esta despierto y ha preguntado por ti. – Susurro con una sonrisa. – pasa.

— Gracias Rebecca.

Golpee mis mejillas antes de ingresar finalmente a la enfermería, en una de las camillas estaba Chris con la cabeza vendada y gran parte de su cuerpo estaba en las mismas condiciones, tenía una pequeña fractura en la nariz que ya estaba sanando. Por mi parte tenía un ojo morado y el labio roto después de mi pelea con Francis. Nos quedamos viendo a los ojos, su mirada cambio de inmediato, ese brillo que tanto me gustaba. Alce la mano para poder saludarlo, las piernas me temblaban, pero aun así avance hacia el tomando asiento en la silla disponible.

— ¿Cómo te sientes?

— Mejor ahora que te veo. – Por inercia lleve una mano hacia su frente bajando hacia su mejilla. – gracias por ir por mí.

— Eres mi capitán. Lamento no haber traído a todo el equipo de vuelta señor.

— No pienses en eso. Siempre perdemos hombres, es parte de nuestro trabajo. – Intento levantarse.

— Lamento lo de la agente Valentine.

— Mi amiga, se dejó lastimar para que yo pudiese salir de esa.

— Fue valiente. – Susurre antes de alejar mi mano. Los celos nuevamente se hacían presentes.

— Alina... - Sostuvo mi mano con fuerza entre la suya. – Perdóname. He sido un idiota contigo.

— Está bien, no es como si hubiéramos sido novios o algo... así que descuida.

— ¿Quieres ser mi novia?

— ¿Puedes pedírmelo después de una cita?

— Cuando salga de aquí te llevare a cenar.

— ¿Qué sigue ahora? ¿Iremos tras Phantom?

— Lo vamos a cazar hasta atraparlo. 

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