XXVIII

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El sol de la mañana se filtraba entre las cortinas de la habitación, mi cuerpo dolía un poco, pero nada que una buena ducha no reparara todo lo que habíamos vivido,  a lo lejos escuchaba mi teléfono, no tenía intención de contestarlo, ni mucho men...

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El sol de la mañana se filtraba entre las cortinas de la habitación, mi cuerpo dolía un poco, pero nada que una buena ducha no reparara todo lo que habíamos vivido, a lo lejos escuchaba mi teléfono, no tenía intención de contestarlo, ni mucho menos de moverme de la cómoda posición en la que me encontraba. Me gire buscando refugio entre los brazos de mi novio. Mi novio, que bien se sentía decirlo de esa forma. Chris me apretó con fuerza dejando un corto beso sobre mi frente, sus dedos se enredaron en mi cabello, el paraíso. Mis ojos se abrieron de golpe al escuchar la puerta abrirse ¿Por qué la puerta se está abriendo? Me senté en la cama cubriéndome con la sabana, giré la vista encontrándome con los ojos de Chris.

— Oh ¿Chris?

— Ah si estoy en casa. Debiste avisar que venias Claire.

— ¿Claire? – Susurre apenas. – mierda.

— Tranquila. Lo va a saber de todas formas. Nada se le escapa. – Susurro mientras sostenía mi rostro dejando caricias en mis mejillas junto con un beso. – te daré algo de ropa.

— ¿Ya desayunaste? – Grito esta desde abajo.

— Aun no. Bajo enseguida.

Chris se levanto de la cama sin cubrirse, gire apenas la cabeza al ver su trasero, perfectamente levantado y de buena proporción. Si, este hombre es candente de pies a cabeza. De igual forma me levante sin importar que me viera desnuda, tenía la confianza como para mostrarme de esa forma con él. Apenas giro hacia mi solté una risa ante la forma en como mordía su labio inferior, solo logro erizarme la piel, no me negaría a repetir lo sucedido durante la noche. Recibí la playera que prácticamente me quedaba como vestido, así que el pantalón lo dejare de lado. Solo tome mi ropa interior para no bajar con todo expuesto.

— Buenos días, Claire. – Chris avanzo hacia ella dejando un beso en su mejilla.

— Bue... - Las palabras se le quedaron en la boca.

— Hola. – Alce la mano mostrando una sonrisa.

— No me digas ¡¿Ya están juntos?! – Ella solo comenzó a brincar de la emoción. – Ahora eres mi cuñada. Si. – Dejo la sartén de lado para poder arrojarse en mis brazos. –

— Si, supongo ¿Ya sabias?

— Claro, Chris no ha dejado de mencionarte desde que encontraste el logo de la BSAA se quedo enamorado. Si le rompes el corazón a mi amiga, León y yo te vamos a destrozar las piernas.

— Lo sé, ya me lo advirtieron. – Solo rasco su nuca. –

— Aun así Chris, te lo advierto nuevamente.

— Ya, ya. Lo tengo claro. No le hare daño. – Susurro mientras avanzaba hacia mi besando mi frente. - ¿Nos vamos a duchar?

Eso había sido incomodo, pero las palabras de Claire me hicieron sentir mucho más feliz. Chris me había visto desde el primer momento, yo había estado en su mente desde el primer momento. Mi corazón no podía de la felicidad, en estos momentos, él era mi todo. Nos quedamos un rato en el interior de su auto antes de ponernos en marcha para entrar a la base. Teníamos trabajo y no podíamos perder el tiempo, teníamos varias cosas pendientes aún, encontrar a Phantom, detener el ataque de Donovan y encontrar una cura para ese maldito virus. Rebecca y el equipo de laboratorio trabajaban las veinticuatro horas del día para darnos resultados.

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