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El fin de semana fue realmente caótico.

Eda les agradeció a Luz y a Hunter por cuidar la casa, se puso feliz al escuchar que ya no estaban peleados.

Luz se dirigía a sus clases cuando fue detenida por dos personas desconocidas que, a la vez, se le hacían extrañamente familiares.

–¿Necesitan algo?

–Eres Luz Noceda, ¿cierto? – preguntó la chica con un tono coqueto.

La morena la miró confundida.

–Mm, sí, lo soy.

–Un gusto, soy Emira. – estrecha su mano, la cual Luz acabó por tomar.

–Y yo soy Edric. – pronunció en el mismo tono que la chica.

–Ok...

–Ay, claro que estás confundida, – se gira hacia el muchacho – ¡Te dije que no le había hablado de nosotros!

–Esperaba más de Mittens, – suspiró, para luego dirigirse a Luz – somos los hermanos de Amity.

"Con que de ahí venía la extraña familiaridad...", pensó la menor.

–Solo pasamos por acá porque se ha negado rotundamente a presentarnos a su novia. – negó con la cabeza.

–Sí, es muy cruel.

Luz se rió.

–Les creeré, sí me suena a Amity.

Ambos se miraron y sonrieron.

–Y cuéntanos, Luz, ¿cuánto tiempo han salido?

Lo analizó un momento, para después responder.

–Un poco más de un año, ¿por qué?

–¡Eso es inaceptable! – dijo Emira mientras sacaba su teléfono del bolsillo – ¡¿Cómo es que no nos habíamos conocido?!

–¿A quién llamas, Em?

–A Mittens, Ed. – se colocó el teléfono en el oído y espero unos minutos en silencio – ¡Hermanita! Adivina qué, estamos con tu novia acá, ¿cómo es eso de que han salido por más de un año?

Luz miró a Edric incómoda, quien solo le mostró un pulgar arriba junto a una sonrisa.

–Ay no hermanita, no es necesario que vengas, y tranquila, no le diremos a mamá. Bien, adiós. – colgó la llamada.

Aquel comentario le chocó a la chica, se supone que la madre de Amity ya sabía de ellas.

–Oye, perdona Emira, pero, ¿qué quisiste decir con lo de tu mamá?

Los hermanos volvieron a compartir miradas.

–¿Amity no te dijo?

Luz negó.

–Oh, pues...

–Ella le dijo a mamá que terminaron. – acabó por decir Ed.

La morena no sabía qué decir, abrió la boca mas nada salió de ella.

–¿Estás bien Luz?

Dio unos pasos hacia atrás, alejándose del dúo.

–Yo... me voy a clase. – se giró y corrió lejos de allí.

En verdad no iba a clases, se dirigió directamente al cuarto de su novia.

Se detuvo ante la puerta, un suspiro salió de su garganta. Tocó.

La puerta se abrió lentamente.

–¿Luz? – pronunció una Amity con aspecto cansado y confundido.

–Hola amor.

Sonrió.

–Hola amor, – estrujó uno de sus ojos con su puño – ¿pasó algo? Viniste sin avisar.

–Oh, nada, solo que tus hermanos me dijeron que le dijiste a tu mamá que terminamos.

Sus ojos se abrieron enormemente.

–Ah, que extraño, ¿eso te dijeron? – se veía nerviosa.

Luz se cruzó de brazos.

–Ajá.

–Agh. – pasó sus manos por su rostro, para luego abrir más la puerta – Entra, ¿sí?

La muchacha se adentró al pequeño dormitorio.

Amity cerró la puerta y se recostó de esta, mientras que Luz se quedó parada frente a ella.

–¿Entonces? ¿Qué ocurrió?

–Mira, hay una muy buena explicación.

–Te escucho.

"Ay no, sí que se escucha molesta", pensó Amity.

–La verdad es que mi familia está loca, ¿ok?, no quería que mi madre nos siguiera molestando ni que conocieras a mis hermanos, es todo muy complicado, Luz.

–¿Y por qué es eso, Amity?

La miró confundida.

–¿Qué quieres decir?

–¿Es en serio? – miró hacia arriba y respiró profundo – Desde que empezamos a conocernos siempre te he contado todo, tanto las cosas que amo como las que me molestan, pero tú, oh no, tú siempre te cierras.

Amity se acercó a ella.

–Hey, hay cosas de las que no me gusta hablar.

–Pero estamos en una relación, soy tu novia Blight. Te amo con todo mi corazón, de verdad, pero si no me dices tus problemas, y me tengo que enterar por otras personas, no creo que pueda seguir así.

–Luz-

–¿Qué? Es lo mejor. – se secó rápidamente una lágrima – No puedo salir con una persona que le dice a su familia que terminamos, no me dice que lo hizo, y además hasta durmió en la casa en la que crecí... ¿Entiendes?

Amity enrolló sus brazos en la cintura de la morena.

–¿Qué haces? Suéltame, yo-

–Lu, amor, Lucecita, no llores por favor... – se miraron a los ojos, Luz pudo notar que su novia también lloraba – Siento mucho haberte hecho sentir así, no he sido muy abierta contigo, tienes razón.

Luz asintió.

–Pero te lo explicaré todo, ¿bien?

–¿Cuándo?

–Ahora mismo si quieres.

–No, ahora me siento mal, no quiero obligarte, – intentó escapar de su agarre, mas le fue imposible – Amity Blight, déjame ir.

Se seguían mirando a los ojos, por lo que la pelipúrpura unió sus frentes.

–¿No querías la verdad? Déjame contarla.

Un golpe de suerte [Lumity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora