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Llegaron a la casa de Eda, lugar en donde creció y vivió Luz hasta que se mudó a su dormitorio.

Sí, la señora Noceda y Clawthorne se habían separado, pero la casa de su madre adoptiva quedaba más cerca de la escuela, al final era la mejor opción quedarse allí.

Aún así, Luz siempre visitaba a su madre, y se quedaba con ella los fines de semana o en las vacaciones.

Era divertido para Luz ya que en todo ese cambio no se sentía una gota de odio, solo amor. Se separaron por su bien, y se guardaron en sus corazones.

–Oh wow, que casa. – dijo Amity mirando hacia arriba.

Era una mansión.

–Bienvenida a la casa búho.

–¿La qué? – la miró confundida.

Luz se rió para luego enredar uno de sus brazos con los de Amity.

–Hunter y yo le llamábamos así cuando pequeños por su... interior.

La pelipúrpura le regaló otra mirada confundida.

–Ya verás.

Caminaron juntas hasta la entrada, donde Luz tocó la puerta.

Se escucharon algunos golpes dentro hasta que, finalmente, se abrió la puerta.

–Hola Luz y, – se cubrió la boca con una de la manos de forma delicada – tú debes ser Amity.

–Mucho gusto. – respondió la mayor con una sonrisa.

–¡Raine! – exclamó Luz mientras se abalanzaba sobre elle – Ya te extrañaba.

–Si vinieras más seguido no tendrías que decirlo. – giró los ojos y cedió al abrazo.

–Shh, no quiero reproches hoy.

Raine se rió.

Las chicas entraron, encontrándose con un búho que volaba libremente por la casa, además de una colección de figuritas del mismo animal que adornaba toda una pared.

–Ah, ya entiendo, la casa búho.

–Bingo, – respondió Luz volviendo a tomar el brazo de su novia – ese pequeñín es Owlbert, es un búho muy simpático.

Amity lo vió volar de un lado a otro hasta posicionarse en un stand de madera que, al parecer, estaba hecho para él.

–Eda vendrá en un minuto. – avisó Raine.

–Bien. – respondió Luz viéndole adentrarse a la cocina – Está casa es un poco caótica Ami, jaja.

–Pff, no, para nada. – besó su mejilla – Es muy linda y... acogedora.

La chica no pudo responder ya que fue sorprendida por un niñito de unos seis años saltando sobre ella.

–¡Luz!

"Al parecer es de familia", pensó Amity.

–¡King! – besó su cabeza – ¿cómo estás pequeñín?

–Súper, que bueno que viniste, ya no te dejaré ir.

La morena lo cargó mejor y miró a su novia.

–Blight, él es mi hermanito, se llama Kingston, pero lo apodamos King.

–Hola King, – sonrió – veo que quieres mucho a Luz, ¿cierto?

–¡Sí! Mucho. – la abraza con fuerza.

–Bien, siempre tienes que querer a tus hermanos. – aprieta una de sus mejillas.

–Ja, a Hunter no lo quiere tanto en verdad, – se escuchó una voz desde su espalda – solo a Luz.

–Sí, tiene razón, – respondió Luz – ella es Eda, mi madre y... la dama búho. – dijo eso último mientras le hacía cosquillas a King.

–Tú debes ser Amity Blight.

–Así es señora.

–Que linda eres, ven a sentarte a la mesa.

Luz soltó a su hermanito y fue junto a Amity.

Unos cinco minutos después fueron recibidos Hunter, Willow y Camila, quienes se sentaron rápidamente en el comedor.

Eda, Camila y Raine le hicieron muchas preguntas a la chica, tantas que Luz tuvo que ayudarla.

–Por favor, denle un respiro, ¿sí? – dijo la vez que tomaba su mano bajo la mesa.

–Está bien Lu, no te preocupes.

–Mija, tienes que entendernos, hasta hace poco insistías en que eras hetero, llegaste a la universidad y ahora nos presentas una chica, solo tenemos curiosidad.

–Estoy de acuerdo con Camila. – respondió Eda.

–¿Cuándo se van a volver novias? – se metió Hunter a la conversación.

–¡Hunter! – le reprochó Willow.

–En realidad... ya somos novias. – dijo Luz con una gran sonrisa.

Todos se quedaron en shock por un momento para después felicitarlas.

Amity nunca se había sentido tan aturdida.

Demasiadas informaciones en muy poco tiempo.

Era extraño para ella, ver tanta libertad y amor.

Su casa era horrible, nunca quisiera llevar a Luz allí.

Al terminar la cena todos ayudaron a recoger la mesa.

–Ams, te tengo que mostrar mi cuarto, es increíble. – le susurró Luz al oído.

–Oh, claro, está bien.

Subieron las viejas escaleras de madera. La pelipúrpura estaba fascinada con aquella casa.

Llegaron a una puerta que tenía un letrero con el nombre de "Luzura" y muchos brillitos. Al abrirla Amity se encontró con una habitación llena de pósteres de La buena Bruja Azura, películas de ciencia ficción y de terror. También había un estante lleno de figuritas de todas sus series favoritas.

Amity recorrió el cuarto, prestándole atención a cada detalle.

Un golpe de suerte [Lumity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora