Capítulo 5

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Willow

Apenas había dormido una hora y media, y solo había servido para que ahora me cayera del sueño, literalmente.

Me agarré a la barandilla del porche con fuerza, esperando poder mantener el equilibrio y no caer de culo al suelo.

Ni siquiera dos tazas de café habían servido para espabilarme.

Y estaba claro que poner un pie en la bicicleta sería un suicidio.

Miré hacia mi lado izquierdo, esperando encontrar un Jeep azul y a su guapo dueño. No tardé mucho en hacerlo, y me acerqué con mi mejor cara de pena.

—Hola.

Stiles dio un salto y estuvo a punto de caerse como yo minutos antes.

—Buenos días, ¿no vas algo tarde?

—Ahora mismo estoy en el lugar perfecto —sonreí ampliamente.

Stiles me miró confundido y yo comencé a sentirme un poco mal por mi descaro. Pero éramos amigos, ¿no?

—¿Has dormido bien?

—Sabes perfectamente que no he dormido nada.

Me mordí el labio inferior, aguantando la risa.

—Genial, yo tampoco.

Stiles me miró frunciendo el ceño, pero yo continué.

—Comprenderás entonces que no estoy en condiciones de ir a clase en bicicleta, ¿verdad? —hice un ademán teatral para darle credibilidad a mis palabras —. No querrás que a tu linda vecina, esa que hace galletas muy ricas, le pase algo, ¿no?

Stiles rodó los ojos al entender lo que insinuaba.

—Sube al coche, anda. Solo tenías que pedirlo.

Sonreí alegremente y me senté en el asiento del copiloto, igual que ayer.

—Muchas gracias, te prometo que te haré galletas, ¿de qué te gustan?

Stiles le hizo un ademán quitándole importancia, pero no me di por vencida.

—Bien —crucé las piernas—, con chipas de chocolate serán, entonces. Los clásicos nunca fallan.

Esta vez Stiles no insistió en que no era necesario, y reí divertida.

—Eres muy fácil de convencer, ¿sabes?

—Eh —se quejó. —No es así, pero la comida es comida, y tienes cara de cocinar muy bien.

Giré la cara ante el pequeño cumplido y me apresuré a cambiar de tema.

—¿Qué pasó ayer al final? ¿Todo bien?

Stiles hizo una mueca.

—Scott, Derek e Isaac, están bien, nada grave —solté un suspiro de alivio casi sin darme cuenta —, Boyd y la otra chica, que resultó ser hermana de Derek, también y bueno...

Su mirada tomó un tinte triste y apreté su mano, aquella que tenía en la palanca de cambios, en un gesto de apoyo, presintiendo lo que iba a decirme.

—Está bien —le dije, para hacerle entender que no tenía que continuar —, lo siento mucho.

Asintió imperceptiblemente, y fingió que no le había afectado, aunque sabía que no era así. Pero no dije nada.

Stiles se acercó a Scott en cuanto lo vio, y yo preferí irme a la cafetería a buscar otro café.

No volvimos a vernos hasta clase de literatura con la estup, perdón, con la señorita Blake.

Nightmare's Daydreams {Stiles Stilinski}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora