Capítulo 17

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Willow

Suspiré y miré el bote de pastillas. «Multivitamínico». Bien podría poner cianuro y no habría mucha diferencia. Al menos lo último, a la larga, me acabaría quitando el dolor, porque estaba claro que las pastillas no servían para nada.

No, no me estaba drogando —aunque eso seguramente sería más útil —, sino que, desde que volvimos del motel hace tres días, sufría mareos continuos y un cansancio exagerado hasta el punto de haberme desmayado, así que había recurrido a pedirle a mi tía algo que me ayudara.

Creo que ya había dejado claro que no lo había conseguido.

Decidí darme un baño, con la intención de que el vapor atenuara el dolor de cabeza, pero salí media hora después, en absoluto despejada. Me coloqué el pijama y revise mi teléfono. Ignoré los tropecientos mensajes preocupados de Stiles e informé brevemente a las chicas de cómo me encontraba; luego revisé los mensajes de mi tía, que decía que me había dejado unas pastillas más fuertes en la puerta de mi dormitorio.

Rodé los ojos y me levanté: había perdido la cuenta de cuantas veces le había dicho que no necesitaba mi permiso para entrar.

Me tomé una y me acerqué de nuevo a la cama, dispuesta a dormir, hasta que oí un ruido en la ventana. Di un brinco, asustada, y me asomé hacia fuera. Mi mirada chocó con un par de ojos castaños y trastabillé hacia atrás, cayendo de culo al suelo.

—¿Estás bien?

Pestañeé, pensando en si las alucinaciones eran un efecto secundario de las pastillas o Stiles realmente se acababa de colar en mi cuarto.

—¿Stiles?

Observé, anonadada, cómo se acercaba a mí para levantarme del suelo.

—¿Qué haces aquí?

—Estaba preocupado. Y no respondías mis mensajes —hizo una pausa y me fulminó con la mirada —, ni las llamadas.

—¿Y no podías tocar el timbre?

—Lo he hecho. Y me has ignorado. Como llevas haciendo los dos últimos días. ¿Estás enfadada conmigo? ¿He hecho algo?

Bajé la mirada al suelo y me dejé caer en la cama. Claro que no había hecho nada malo, pero me confundía. Él, su trato bonito y su preocupación por mí.

—Te preocupas demasiado, Stiles.

Abracé mis rodillas y lo miré.

—Porque me importas.

Súbitamente, mi labio inferior comenzó a temblar y tiré de Stiles hacia mí. El chico estuvo a punto de caer encima mío, pues no se lo esperaba, pero consiguió mantener el equilibrio.

Miró mis ojos brillosos y vi su cara teñirse de pánico.

—¿Qué pasa? ¿He dicho algo malo? Lo siento, no quería... No llores, por favor.

Suspiré temblorosamente, sin ni siquiera saber en qué momento había llegado a esto. Sospechaba que las pastillas de mi tía tenían algo que ver.

—Es que...

La primera lágrima calló y Stiles se arrodilló a mis pies.

—¿Qué pasa?

—No sé si puedo con todo esto.

Stiles frunció el ceño.

—¿Qué quieres decir?

—Todo. Mírame —hice un ademán con las manos —, llevo tres días en mi casa porque no soy capaz de levantarme sin marearme. Me paso todo el tiempo entrando en pánico y asustándome en vez de ayudaros. Os he... os he puesto en peligro. Solo soy un estorbo.

Nightmare's Daydreams {Stiles Stilinski}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora