Capítulo 12

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Willow

Bostecé y me preparé para pasar 5 horas —esperaba que no fueran más —viendo las peores películas del mundo.

Me coloqué los zapatos, mirándome una última vez al espejo: llevaba una sudadera oversize y unos pantalones cortos, y me senté en el sofá a esperar a que Stiles llegara.

Porque más le valía venir.

Ahogué otro bostezo y me sobresalté al oír el timbre.

—Hola —le sonreí y cerré la puerta tras de mí.

—Hola —Stiles me sonrió de vuelta y yo comencé a pensar que la tarde no iba a ser tan mala —. ¿Preparada para ver las mejores películas de la historia?

La sonrisa se borró de mi cara.

—Espero que tengas comida.

Stiles soltó una gran carcajada y me abrió la puerta de su casa.

—Por supuesto.

Me senté en el sillón mientras Stiles terminaba de preparar las cosas.

Me quité los zapatos y crucé las piernas como los indios, con toda la confianza del mundo.

—¿Está tu padre?

Stiles asomó la cabeza por la puerta de la cocina.

—No, ¿por qué?

—Para saludarlo —hice cara obvia —, hay que ser educado.

Me ignoró y volvió a entrar en la cocina. Suspiré y abracé mis piernas.

Ni si quiera las había puesto y ya tenía sueño.

—¿Hacemos una apuesta? —dejó un montón de platos en la mesa y se sentó a mi lado.

Coloqué mi mejilla en mi rodilla y lo miré.

—Por cada cabezada que des me haces una galleta.

Solté una carcajada.

—Eso no es una apuesta, sino un trato.

Stiles rodó los ojos.

—La apuesta viene después.

—Te escucho.

—Creo que te vas a perder más de la mitad de la película.

Aguante una carcajada.

—Yo creo que voy a acabar durmiendo profundamente y en realidad no voy a ver nada.

—Más te vale que no —me apuntó con un gusanito.

—No puedo prometer nada.

Stiles bufó y colocó el disco.

Empezó a sonar una musiquita rara y yo bostecé exageradamente solo para molestarlo. Me tiró una palomita.

—Dale una oportunidad, verás que te gusta.

—Vale —me acomodé en el sillón e intenté poner atención.


*

Desperté al sentir algo en mi cara: otra palomita.

—Oh, vamos, Willow. Solo llevamos treinta minutos y has dormido veinte.

—Perdón —me disculpé con sinceridad —, no sé por qué últimamente tengo tanto sueño.

Refregué mis ojos y me acerqué a él.

—Hagamos una cosa, si ves que me voy a dormir me das un golpe en la frente y me despiertas.

Nightmare's Daydreams {Stiles Stilinski}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora