Capítulo 2

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Willow

Hice lo predicho: llegué a mi casa y olvidé aquel nefasto día y a todo el mundo que había conocido en el transcurso de ese. La sangre me hervía de vergüenza por haberme mostrado tan vulnerable y por haber traicionado a mi hermana contando algo tan personal.

Además de todo eso, el hecho de que apenas pudiera dormir y concentrarme lo hacía todo más fácil. Bueno, en realidad facilitaba que llegara tarde y con prisas a absolutamente todas mis clases, así que ni siquiera tenía tiempo como para chocarme o pensar en los chicos.

Hice una parada al baño antes de entrar a clase, como de costumbre, esperando que un poco de agua fría terminara de despertarme.

Estaba acostumbrada a no dormir bien por las pesadillas, ¿pero por qué de repente soñaba con personas que no conocía? ¿Y por qué era el dolor de la marca lo que me despertaba?

Paré todo movimiento cuando me pareció oír un murmullo. ¿Había alguien más en el baño? Habría jurado que estaba sola. Agudicé el oído esperando oír alguna conversación superficial o a alguien caminar, pero solo alcancé a escuchar un ruido parecido al viento. Solo era viento, entonces, ¿no? ¿Pero por qué algo me decía que no era solo eso?

Ignoré el escalofrío que me recorrió y el suave ruido que me interrumpió y me encaminé a clase.

—Para.

Di un respingo, asustada, ¿quién carajos había hablado? Mire alrededor sin encontrar absolutamente nada, y me convencí de que una gran falta de sueño podía provocar paranoia, y que por eso no paraba de oír cosas raras.

Reanudé el paso, con menos confianza esta vez, e ignoré nuevos murmullos. Terminé cruzándome con un grupo de gente, y me inquietó que la única que pareciera estar a punto de sufrir un ataque de pánico por oír voces fuera yo.

Tuve que parar cuando lo que fuera que estuviera escuchando aumentó, los susurros parecían entremezclarse entre ellos y la cabeza me retumbaba, ¿por qué lo único en lo que podía pensar era mi hermana?

Suspiré y con las manos temblorosas decidí que iba a largarme a mi casa. Pero antes de que pudiera salir por la puerta todo quedó en silencio y la marca comenzó a arderme. Comencé a darme la vuelta, con una mala sensación, y se me atascó el aire en la garganta cuando vi dos figuras que conocía perfectamente.

Dos chicos.

Gemelos.

Aiden y Ethan.

Sentí que me ahogaba y di las gracias porque el timbre sonara justo en ese momento y la marea de estudiantes evitara que estos me vieran. Me escabullí de nuevo al baño y me eché a llorar.

¿Por qué me estaba pasando todo eso?


*

Recapitulemos. Me había encontrado con quienes habían sido mis mejores amigos, aquellos que me habían acompañado en algunos de mis peores días y que a veces hasta me habían defendido de los crueles niños de la escuela.

Aquellos que decidieron que mi cumpleaños era un día tan bueno como cualquier otro para confesarme que me habían engañado y que en realidad eran hombres lobo. Además de minutos después traicionarme y entrar con lo que supongo era su manada para matar a mis padres.

Por si eso no fuera poco, sospechaba que realmente me estaba volviendo loca. Escuchaba cosas, no solo cosas, sino voces. Y no era la primera vez, solo que nunca me habían hablado directamente e intentaba ignorarlas. «Hablado directamente». ¿No era esa una clara señal de que las hermanas Scotts debían estar internadas?

Nightmare's Daydreams {Stiles Stilinski}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora