Capítulo 25

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Willow

Alisé una arruga inexistente del vestido que llevaba puesto, intentando que el temblor de mis manos disminuyera; no funcionó.

Volví mi mirada al espejo: el rojo de la marca resaltaba en la piel pálida de una manera preocupante, y mis ojos tenían un brillo de preocupación constante. Mi pelo había perdido los rizos de las veces que lo había toqueteado entre todo el nerviosismo, y a mis mejillas estaban a punto de quedarles heridas de las veces que las había pellizcado para darles algo de color.

No tenía un buen aspecto.

Quité la mirada del espejo; no podía permitirme sumarle un golpe a mi autoestima entre todo este caos y pánico, porque posiblemente me echaría a llorar.

Bajé las escaleras, vacilante, esperando que de repente estás se abrieran y me tragaran, cosa que, desgraciadamente, no pasó.

Antes de lo que me hubiera gustado ya me encontraba en la puerta de mi casa, a punto de coger las llaves del coche, acción que fue interrumpida porque ya las había cogido alguien.

Salté del susto y fijé mi mirada en mi tía. Lo único que pude hacer fue abrir los labios, sin saber qué decir ante su cara preocupada.

—¿A dónde vas?

—Al recital de la escuela, en honor a los desaparecidos —contesté; la última palabra me ardió en la lengua.

—¿Y estás segura de eso? Porque no tienes muy buen aspecto, cariño.

Mi corazón se apretó ante el apelativo cariñoso, odiando preocupar a mi tía, y decidí sincerarme con ella... Todo lo que podía sin ponerla en peligro.

—En realidad no me siento bien —el eufemismo del año —, pero no puedo faltar, es importante para mis amigos.

—Estoy segura de que si faltas tus amigos lo comprenderán —mi tía acunó mi mejilla en un gesto maternal y mis labios comenzaron a temblar; echándola de menos sin que se hubiera ido.

—Lo haría, pero no quiero fallarles, siento que sería egoísta.

Mi tía me miró un par de segundos antes de suspirar.

—Puedo comprender eso. ¿Pero es necesario que conduzcas? ¿Y tú amigo? ¿No puede llevarte?

—¿Qué pasa porque conduzca? —le pregunté, confundida. —No es la primera vez que lo hago.

—Willow, cariño, te llevo llamando desde que ibas bajando las escaleras, y solo te has dado cuenta de que estaba aquí porque he evitado que cogieras las llaves.

—Oh, ¿en serio? Lo siento.

—No pasa nada, pero no creo que debas conducir.

—Stiles no puede llevarme, seguramente ya habrá salido.

—Puedo llevarte yo —apartó el pelo de mi cara, todavía mirándome con preocupación.

—¡No! —la palabra tembló en mis labios, asustada de que pudiera pasarle algo a ella también. —No, quiero decir, necesito un momento a solas, por eso no le he pedido a Stiles que me lleve. Pero ya estoy mejor, no me va a pasar nada.

Mi tía dudó, y yo intenté sonreír y fingir que no me encontraba a punto de tener un colapso mental.

—Está bien —no parecía convencida, pero no se opuso —, mándame un mensaje cuando llegues, ¿de acuerdo?

—Vale.

Besé su mejilla antes de darme la vuelta para salir, pero algo me hizo volver y abrazarla fuertemente.

Nightmare's Daydreams {Stiles Stilinski}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora