Capítulo 15

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Stiles

—O sea, que el motel lleva la cuenta del número de suicidios aquí cometidos. Algo muy perturbador, si se me pregunta. Este número ha cambiado en tres, el número de amigos lobos que tenemos, quienes podrían estar al borde de la muerte. Y, además, Lydia está comenzando a oír parte de esos suicidios. Fantástico.

—Ese es un resumen bastante preciso.

Miré a Allison sin una chispa de humor.

—¿Y por qué no habéis entrado en pánico todavía?

—¿De qué nos va a servir eso?

—Pues no sé a ti —me giré hacia Lydia —, pero a mí personalmente me ayuda a descargar estrés. ¿Recordáis que han estado actuando como completos dementes? Boyd ha roto de un puñetazo una máquina expendedora, Scott se ha puesto a hablar con su madre por teléfono cuando el teléfono ni siquiera había sonado, e Isaac ya estaba algo tocado antes de venir aquí.

—Es el motel. O nos largamos de aquí ahora mismo o que alguien aprenda a hacer exorcismos antes de que los hombres lobo se terminen de volver locos y nos maten.

—Vamos a pensar con la cabeza fría, Lydia. ¿Qué pasa si no se trata solo del motel? El número de la recepción aumentó en tres, ¿no?

—¿Te refieres a tres sacrificios? —caviló Allison.

—Exacto.

—Un buen descubrimiento. ¿Podemos largarnos de una vez?

—Espera, déjame ver esto.

Cogí la Biblia que Lydia tenía en la mano y la ojeé.

—¿Qué es eso? —preguntó Allison después de que encontrara un recorte de periódico en ella.

—Un hombre de veintiocho años se ahorca en el famoso Glen Capri —leí.

Coloqué el libro boca abajo, haciendo que cayeran más recortes.

—Todos mencionan la habitación 217. Probablemente son todos los suicidios que sucedieron en esta habitación.

—Si todos las habitaciones tienen una Biblia podría haber artículos en todas.

—Qué bonito —exclamé. —El resto de hoteles dejan un caramelo en la almohada, este deja un registro de las muertes horribles que sucedieron.

—¿Y si la habitación de al lado tiene uno sobre la de la pareja?

—¿Seguro que no fue en esta? Aquí pone algo sobre unos Romeo y Julieta modernos —pregunté.

—Estoy segura de que fue en la continua.

Lydia y Allison compartieron una mirada significativa mientras yo seguía ojeando las noticias.

—Karateca japonés realiza el ritual de harakiri en el Glen Capri —continué —. ¿Qué es eso?

—Cortarse el vientre como método de suicidio —nos explicó Allison.

—Poético —hablé con ironía. — Ama de casa...

—No, para.

Miré a Lydia con extrañeza.

—¿Qué pasa?

Nos miró a los dos, preocupada.

—Willow.


*

Decir que mi estrés había aumentado un cien por ciento después de que Lydia mencionara a Willow era un eufemismo. Y decir que, después de estar cinco minutos buscándola y solo haber encontrado su habitación vacía y desordenada, estaba a punto de sufrir un colapso mental era otro.

Nightmare's Daydreams {Stiles Stilinski}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora