Capítulo 3

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Manuel Mijares nada más que entramos al despacho quiso parecer el hombre más profesional del mundo. Pero cuando conoces a la persona que vas a atender, no queda bien.

— Quieres ahorrarte la presentación y todo el rollo?

— Eres agua fiestas. Quería primero liberar la mala vibra esa que traes —ruedo los ojos— Pero bueno Lucerina como tu quieras, tengo mucha paciencia

— Lucerina? —Manuel hojea su bloc— Y eso?

— La mala memoria que tienes, por eso estás tan pesada. Siempre te dije Lucerina.

La verdad eso no lo recordaba. Manuel comenzó a mirarme atentamente y hasta me sentí incómoda

— Me puedes decir algo? —Manuel asiente con su cabeza— Con que fin son estas terapias?

— Tu hermano me dijo que andas muy rara. Y la verdad desde hace 2 años cambiaste mucho. Déjame adivinar. Te dejó tu novio?

— No creo que eso sea problema tuyo.

— Lucero la verdad tienes que contarme todo para así poder ayudarte

— Y quien te dijo a ti que yo quiero que me ayudes? Fueron mis padres y mi hermano los que organizaron esto sin decirme. Pero tu qué? Neta viniste de otro país solo para perder el tiempo en esto?

— Si. Estaba en Tokio. Hace 2 años vivo y trabajo allí. Pero ándale Lucero no seas cerrada. A ver pequeña loca —se levanta de su silla y se sienta a mi lado del sofá— Pasó algo con tu novio?

— No. No tengo novio hace 2 años. Contento?

— Vale. No lo sabía pero que es entonces lo que te pasa?

— No tengo nada. Solamente quiero irme a mi departamento, encerrarme en mi cuarto y escribir. Eso es todo

— Lucerito pero crees que eso sea lo mejor? Ya me dijeron que te la pasas encerrrada en el cuarto rodeada de bolas de papeles tirados. Que pasó?

— Manuel, en buena onda. No quiero hablar

— Lo haré yo —vuelve a su silla— Te voy a contar de mi. Así me vas conociendo y recuperando la confianza en mi para contarme lo que te tiene así

— Y dale con lo que me tiene así —coloco mis manos en cada lado de mi cabeza— No tengo nada Manuel Mijares.

— Ok. Igual. Mira. A esto me he dedicado toda mi vida la verdad, aunque en mis tiempos libres, me gusta hacer como deportes extremos. Aveces la adrenalina me hace bien. Me fui a Japón de vacaciones y terminé viviendo 2 años ahí y trabajando obviamente.

Comenzó con su reseña de vida. La cabeza ya me quería explorar y este hombre sería el culpable. Pasó exactamente una hora y yo solo lo miro con desgano.

— Veo que estás aburrida —levanto mis cejas— Mira. Apenas me estoy instalando aquí. Te parece que nos veamos cada 2 días?

— Con tal de no tener que verte la jeta todo el rato si. Que conste que es en contra de mi voluntad —me levanto del sofá y él de su silla riendo—

— Ya mujer. Hagamos las cosas bien, quieres que tus padres no te maten con esto pues lo mejor es hacer como si nada

— De que hablas?

— El lunes te cuento

— Mejor el martes —interrumpo— El lunes vienen mis amigas

— Esta bueno. Vamos afuera —salimos hasta donde están mis padres y mi hermano— Bueno ya me tengo ir

— Como te fué con Lucerito? —pregunta mi padre—

— La verdad muy bien. Al principio pensé que saldríamos peleando por su actitud pero se controló —sorprendida volteo a verlo y el sonríe—  Bueno me voy. Me acompañas a la puerta Lucerina? —asiento y voy con el

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