Capítulo 34

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Lucero:

Quiero sentirme útil Manuel que tan difícil es entender eso? —lo veo vestirse algo nervioso—

—Pero si estás bien así pequeña.

—Tengo trabajo y me siento lista para cumplir con el. Que tiene de malo

—Nada pero... —se sienta en la cama solo sin camisa tomando entre sus manos mi rostro— Escribe. Te hace bien no?

—Si. Pero soy asistente no escritora —baja su mirada— Manuel mírame —obedece— Voy a trabajar mañana. Quieras o no.

Manuel tensó su cuerpo por completo y justo eso era lo que estaba esperando. Nada más merecía después de recordar que fui horriblemente engañada por la gente que más amo....

...

Al abrir mis ojos en el hospital llegó a mi mente momentos justo antes del choque de ese coche que se nos vino encima a Manuel y a mi. La piel entera se me eriza cuando veo en mis pensamientos a Manuel con sangre saliendo de su frente, sentí un dolor en mi cabeza y todo estaba obscuro para mi.

Mis lágrimas ya corrían por mi rostro. Los sollozos no me dejaban ni respirar. Negué con mi cabeza, esto es un pesadilla. Una opresión me hizo quejarme del dolor y al visualizar donde estoy creo haber visto mucho esta habitación.

Como es que... porqué pienso estas cosas tan raras —susurré abriendo los ojos—

Comencé a sentirme confundida, tenía en mi mente tantas cosas extrañas. La puerta se abre y entra Itatí con cara de preocupación.

—Como estás linda? —pienso hablar pero se me adelanta— Dios mío Lucerito yo te dije que esos Dolores de cabeza no eran normales y no me hiciste caso

¿Dolores de cabeza? Pero si yo estaba perfectamente bien no entiendo como... no espera... Tuve el accidente pero me veo bien, no tengo golpes, ni fracturas ni nada por el estilo. Esas cosas que están pasando por mi cabeza entonces no son alusiones. Son solo la prueba de que si perdí la memoria.

—Que día es hoy?

—12 de julio —es imposible— Que recuerdas o... a ver Lu. Si sabes como llegaste a aquí

—Yo... no se estoy confundida quiero estar sola

—Te sientes mal?

—Solo déjame sola. No quiero ver a nadie.

—Ok —besa mi mejilla y se va—

No puede ser que hayan pasado 2 meses. No entiendo. Se supone que del accidente ahora es que abro mis ojos. Pero no, Itatí no reaccionó como si yo recién hubiese despertado después de dos meses. Más pruebas de que eso que veis en mi cabeza no es más nada que recuerdos. En automático muchísimos flashes llegaron a mi. Como si me estuviesen contando una historia algo trágica, bonita, triste, sensible, romántica. Tenía de todo. Donde habitaban mis padres tratándose como nena, mis amigas con muchísima paciencia y quien más habitaba esos pensamientos era Manuel, mi Manuel Mijares, mi grillo de la suerte estaba casi presente en todos. Pero en esta habitación. Luego... Estábamos escalando pero era distinto a la vez pasada, más aventuras, en el zoológico. Haciendo el amor, su atención.

Esto es impresionante, es como si estuviese en un universo paralelo. susurré.

Me vi escribiendo, pero me vi recibiendo una libreta, muy parecida aa laa mía, con mi letra, me vi sosteniendola como si nunca en mi vida la hubiese visto y me vi leyendo, emocionandome con la lectura que estaba escrita ahí..

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