Capítulo 17

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Manuel Mijares:

Amo el paso de estos días, amo su naturalidad con la que me dice que la pongo nerviosa, amo su sonrisa, amo su compañía. La amo.  Y me sorprende como ha cambiado todo de mi hacia ella desde el primer día. Juro que solo sentía la necesidad de cuidarla, pero todo fue cambiando y la necesidad era de verla. De tenerla cerca y ahora puedo decir que la amo como nunca pensé hacerlo, pero que es un sentimiento precioso.

Por más que ahora quiero verla diario, ya éstas consultas no son necesarias porque ella está perfectamente bien y todos lo han dicho, Lucero está mejor que nunca y me hace feliz. Así que para el último día he elegido un lugar que se que le va a encantar.
...

— Manuel esto es hermoso!!!! —admitió con una preciosa sonrisa al ver donde estábamos — Porqué nunca me habías traído?

— Porqué se suponía que debía llevarte a lugares que sintieras miedo. Así los enfrentabas. Aveces la adrenalina es muy buena que no? —la miro con cierta complicidad que ella entiende perfectamente—

— Es increíble. Nos podemos acercar?

—Si, caminemos un rato por todo esto.

— Pero yo quiero las cascadas

— Dejémoslo para el final —asiente, tomo su mano y comenzamos a caminar por ese lugar lleno de naturaleza—

La veía entretenida, sabía que le encantaría venir aquí, le gustan las plantas, le gustan los animales, el agua. Y a mi me gusta ella.

— Te había dicho que me gustaba la playa, pero te la volaste con esto. Me gusta más

— Enserio? —asiente— Bueno me parece perfecto. Seguimos?

— Si claro

Seguimos caminando entre las plantas, y nuestro recorrido acabó frente a esa enorme cascada que Lucero veía maravillada frente a sus pies.

— Tengo que hacer una llamada —le digo y ella asintió— No hay señal aquí quieres esperarme?

— Claro. Ve con confianza

Me alejo un poco en busca de señal, debo avisarle a Emmanuel que no voy al final a su casa en la noche ya que tengo pensado invitar a Lucerito esta vez a cenar, creo que es momento de decirle lo que siento por ella. A fin de cuentas, no creo que algo salga tan mal.

Después de unos minutos en la llamada, donde Emmanuel solo se la pasaba diciéndome que estaba enamorado hasta la coronilla colgué y me decidí a volver.

Claro que lo estoy pero eso es algo muy mío por más amigos que somos. Volví pero... ¿Y Lucero? No está donde la dejé.

— Lucerito!!! —doy unos pasos y su ropa estaba en las rocas— Genial! Lucero!!!

Me acerco a la punta de la cascada gritando su nombre y la veo nadando con una sonrisa en su boca. Niego con mi cabeza y ella voltea a verme. Me hace una ceña con sus manos para que entre al agua

— Lucerito este no era el plan —sigo levantando mi voz ahora que me escuche—

— Claro que sé que no lo era. Pero no iba a negarme esto. Órale Manuelito —sonrío ante lo que gritó— Que te quita?

— No traje con que meterme

— Y tu crees que yo si? —volteo a ver su ropa— Anímate hombre, haz por primera vez algo que yo quiera si? —asiento y me deshago de lo que traigo puesto, solo me quedo con bóxer y me tiro al agua llegando frente a ella— Está rica el agua verdad?

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