Capítulo 23

349 53 11
                                    

Lucero:

A lo largo de toda esta semana no me he sentido bien cómoda con respecto a Manuel. No precisamente con el, si no con el asunto de las llamadas y los mensajes sugerentes. En la Editorial me han llegado fotos de él muy atento con las enfermeras. Estuve a punto de volverme una celosa de lo peor, solo al imaginar que el puede serme infiel.

—Lucero. Eso no tiene ni pies ni cabeza —me había dicho Itatí cuando casi me da por tener una 4ta discusión con Manuel— A ver ponte a pensar, esto es muy raro, alguien quiere joderte, tal vez no solo a ti, sino tu relación con él. Puedo jurarte que no tiene nada con ninguna otra y menos en el hospital. Ese hombre ve por tus ojos

Y si ve por mis ojos no entiendo porque después de bailar y cantar en ese Bar, un minuto después, se estaba besando con una mujer. Vi que casi casi se devoraban en medio de todos y solo sentía asco y repulsión, obviamente sumando mis celos. Salí corriendo y choqué con un hombre, quedé estupefacta cuando vi a Samuel después de 2 años.

—Lucerito que sorpresa verte

—Lo mismo digo —retiro mis lágrimas— Me tengo que ir

—No espera —agarra mi brazo y me ve a los ojos— Estás llorando, que pasó?

Samuel me conoce perfectamente, creo que no vale de nada ocultarle algo, me siento destruida, estoy dolida

—Samuel tengo una relación, apenas está naciendo —el asiente— Lo amo. Lo amo y no se como sucedió pero lo amo. Últimamente todo está saliendo mal y...

Rompo en llanto, él me abraza y justo ahí llega Manuel. En un infierno se convirtió todo. Manuel supuestamente celoso gritando tantas cosas que ni al caso y preferí irme a la casa. Samuel me llevó

—Te quieres quedar? —me miró en silencio— Solo si quieres, lo único que yo quiero hacer es ahogarme en alcohol hoy

—No Lucero no hagas eso. Me voy a quedar. Pero vamos a hablar. Aún tienes algo de mi ropa aquí?

—Si. Voy por ella, me cambio y te la traigo

—Te espero

Después de llorar unos minutos mientras me cambiaba fui por la ropa para Samuel, Aún tenía varios pijamas y trajes aquí, no los deseché porque no me estorbaron nunca. Así que después de que el se cambiara pasamos juntos al cuarto. Lejos de sentirme incómoda por volver a estar en un cuarto con él, ese en el que compartíamos muchas noches por unos largos años, estaba tranquila, Samuel fue muy respetuoso en todo lo que se tratara de mi.

—Amas mucho a ese hombre cierto? —me quedo observándolo— Lucero, se que te hice daño al irme. No soy tonto, pero si me alejé era por tu bien.

—Aún no lo entiendo.

—Ahora eso no importa. Lu —toma mis manos— No estas bien. Que está pasando.

—Que me enamoré como loca de un amigo, ese con el que todos bromeaban cuando yo era niña que íbamos a ser novios

—Ese que te dijo novia aquella noche de hace dos años

—Si. Ese mismo. Al final, dos años después el se volvió mi psicólogo y acabé enamorándome de todo él. Últimamente me llegan fotos donde el muy cariñoso está con algunas mujeres, llegan mensajes de supuestas mujeres y hoy para rematar, lo veo besando a otra. Tienes idea de cómo me siento?

—Ay Lucero caray. Tienes tanta mala suerte  —asiento con mis ojos llenos de lágrimas—

Continuamos platicando hasta que de tanto llorar quedé dormida, sencillamente no sé cuándo ni como. Tampoco sé si Samuel durmió a mi lado o no. Solo reaccioné cuando escuché fuera golpes en la puerta. Me levanté para ver que sucedía y encontré a Samuel junto a Manuel que nos miraba con rareza. Tal vez y si esté pensando en que lo traicioné acostándome con mi Ex.

Mi Inspiración Donde viven las historias. Descúbrelo ahora