Capítulo 9

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Lucero:

Por un segundo pude decir que me sentí libre de haber soltado todo esto que tenía adentro frente a Manuel. Me hace sentir segura. Después de ayer no pude hacer más que llorar. No comí nada, me tiré a la cama y de ahí no me levant6e hasta el siguiente día con la única esperanza de que iba a ver a ese hombre con el cual podía ser totalmente sincera. El cual me inspiraba mucha confianza.

- Manuel! -llamo su atención parada en el tercer escalón de la escalera que daba a la segunda planta, esperando su respuesta- Si no quieres no subas

- Perdón es que me fui del aire

- Me di cuenta. Vamos o no?

Asintió y comencé a ascender en las escaleras con el a unos pasos detrás de mi. Camino hasta mi cuarto y al abrir la puerta lo invito a pasar

- Siéntate -apunto al sillón del cuarto mientras le alcanzo la libreta y me siento encima de mi cama- No creo que haya servido de mucho pero bueno

- Créeme que esto ayuda a sanar el alma y más cuando tu eres escritora y estás pasando por esta situación de... bloqueo de ideas. -arqueo una ceja- Puedo leer en voz alta? -levanto mis hombros- Creo que ya has llorado mucho.

- Mejor léelo para ti -me pongo de pie y me paro frente a la ventana mirando los arboles-

Mientras Manuel Mijares en silencio se dedica a entenderme más y más leyendo todos los demonios que solté en esas hojas de papel por unos minutos

- Has leído lo que escribiste? -reacciono dándome la vuelta y niego con mi cabeza- Deberías hacerlo tú misma te vas a sorprender.

- No tengo ganas de volver a llorar

- Lucero aquí mismo tienes todas las soluciones posibles me asombra como tu misma te has cerrado el camino, eres talentosa

- Ahorita ya no tengo ningún talento. Solo me sentía mal y seguí tu consejo

- Bueno todo aquello que libera la mente puede transformarse en arte que es lo que tu haces. Que es lo que haz hecho, lo que he leído

-Nunca en mi vida había escrito en un momento tan espantoso como este. Eso solo es resentimiento y mi cruda realidad

- Pero tiene mucho sentido, déjame decirte. Que? Solo escribes cuando eres feliz?

- No. También cuando no me siento bien pero esto es diferente, nunca a sabiendas de que voy a perder mi trabajo

- A lo largo de mi vida esta no es la primera vez que me cruzo con con alguien que cree que desahogarse es malo. Y más cuando se trata de escribir. Yo lo he hecho

- Ajá claro -hablo sarcástica-

- Te lo juro y al hacerlo me siento liberado. Muchas personas no son capaces de escribir buenas historias o realizar profundos poemas si no se encuentran las emociones a flor de piel. Y la neta Lucerito serías una muy grande inspiración ahora si con tus letras para mucha gente. Lo que expresas duele pero puede transformarte

- Manuel. Lo hice en un momento horrible

- En ese estado todo puede fluir mejor niña

-Ay no estoy entendiendo nada -tapo mis ojos refunfuñando-

- Sabes que te pasa. Que no dejas ni la negatividad escribiendo por eso no avanzas. Porque tu misma no te lo permites

- Ya es parte de mi ser negativa

En un momento Manuel llega a mi acariciando mis brazos. Mirándome a los ojos fijamente, yo lo hago también, sintiendo los roces de sus dedos más cálidos, más intenso. Una de sus manos se posó en mi espalda baja acercándome más a su cuerpo, yo solo me estaba moviendo por inercia y su otra mano acarició levemente mi mejilla. Acercó su rostro al mío y no pude evitar cerrar mis ojos y aspirar su perfume delicioso. Dejó un húmedo beso en esa mejilla que antes acarició y no entiendo porqué pero quedé sin movilidad en un instante. Solo abrí mis ojos y lo miré a los ojos. Acto seguido, el se aleja de mi dejándome impregnada de su perfecto olor

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