Mi Inspiración

Capítulo 6

Manuel Mijares:

Después de haber salido de la casa de los Hogaza fui al hotel pensando justamente en la vulnerabilidad que me había mostrado Lucero el día de hoy.

Me sentí en ese instante ganador, por fin estaba consiguiendo que ella aflojara y  bajara la guardia conmigo pero también me sentí algo mal. Esa mujer no estaba nada bien. Espero de todo corazón que el viernes si sea totalmente sincera conmigo.

Después de almorzar fui al hospital donde vi a Itatí platicando divertida con Antonio y me les acerqué

— Hola aquí —beso la mejilla de la rubia y choco los puños con Toño— Andan noviando eh?

— Para ti yo siempre voy a andar noviando con Toño verdad?

— No le hagas caso al bobo este —reímos por eso último—

— Bueno los dejo. Voy a continuar con mi trabajo —asentimos a lo que dijo Itatí y ella se retiró—

— Mano estoy aquí para invitarte a cenar.

— Buenísimo. Me mandas la dirección va?

— Va. Oye como viste a mi hermana. Pero ahorita si dime la neta

— Que es lo que quieres escuchar? —entramos al consultorio—

— A ver como te explico, siento que Lucerito anda mal por Samuel —frunzo el ceño— Su ex. El que viste aquella vez en el bar

— Ay hijo no. Por mi experiencia te puedo decir que ese tipo no tiene nada que ver. Tranquilo mijo el asunto parece ser otro

— No te lo ha contado

— Al menos está aflojando su manera de tratarme. Eso es avance. Esperemos al viernes para ver que pasa

— Bueno —el suspira— Nos vemos en la noche

Mi jornada laboral transcurre normalita, regreso al hotel. Me doy un buen baño y espero la hora hasta ir camino al restaurante de la dirección que recibí de Antonio.

Llegué hasta más temprano que él, según Toño, el tráfico lo agarró lo que aproveché para llamar a Lucerito. Raramente me llegó ella a la mente y la manera en la que lloró refugiada a mi por lo que hablamos un rato en el que la pude hacer reír y justo colgamos cuando Antonio llegaba

— Que onda?

— Ya te dije hombre el tráfico. —se sentó frente a mi— Y tú ya tienes admiradoras?

— Muchas —reímos— No pero la neta hablaba con... —quedé en silencio, no quiero crear alguna confusión— Un paciente

— Hasta para eso? No descansas mano

— Es que me había quedado preocupado es muy vulnerable y lo llamé para darle unos consejos para que no se bajoneara

— Fijate, eso deberías de hacerlo con mi hermana. Pero como es ella ahorita creo que te mandaría a otras cosas

Levanté mis cejas y sonreí, a pesar de eso su querida hermana estaba siendo algo pacífica por alguna razón.

— Toño —una rubia alta se acerca y Antonio se levanta abrazandola— Vaya que sorpresa

— Como estás. Andas sola?

— Acabo de llegar, estoy esperando a Itatí

— Esa debe estar al llegar —ella asiente y me mira—  Ah, el es Manuel Mijares, supongo que mi hermana e Itatí te contaron

— Si claro pero... Órale este no se parece al que yo chuleaba

Me pongo de pie riendo y tomo sus manos.