Manuel Mijares:
Enterarme de que Lucerito había recuperado la memoria se sintió bien, pero mal. Había descubierto todo de la peor manera y estaba mal por ello. Temí que se le alejara de mi. No soy perfecto, estoy muy lejos de serlo, pero la amo como a nadie. Quise por un momento alejarme, le puedo hacer daño con estas cosas y no soportaría verla de nuevo mal por mi culpa. Ella misma lo ha dicho, casi la tengo en mis manos por así decirlo, la he hecho cambiar de una manera impresionante... tanto que me perdonó según lo imperdonable. Y mi vida no es tan perfecta como ella se puede imaginar.
....
Habían pasado unas semanas. Lucerito volvió a la editorial, supe por ella que el imbécil de Felipe se puso mal por su regreso, su actitud estaba siendo pésima y eso por una parte la tenía asustada. Y con toda razón, al menos yo si llego a pensar que todo lo que nos ha estado pasando es por su maldita culpa. Aunque no tengo pruebas obviamente, pero nadie me lo quita de la cabeza. Bueno, de todas formas, la vida poco a poco comenzó a ser igual que antes. Trabajábamos todo el día yo pasaba por ella y pasamos las noches juntos y los fines de semanas con los amigos estando felices al fin.
...
—Que onda? —preguntó Emmanuel cuando yo iba saliendo del consultorio— Donde vas?
—Voy a comprar unos chocolates para Lucerito y tu?
—De la fregada pero oye. No se te hace muy mezquino lo que estás haciendo?
—De que hablas? —lo miré serio mientras caminábamos afuera del hispital— Yo amo a Lucero, más bien arregla tu vida, estás aún casado con tu ex, engañando con otra a tu prometida y utilizando a una trabajadora de tu propio hospital. No se te hace un enredo? Porque a mi me parece muy mal de tu parte —lo miro a los ojos y me voy en busca de los chocolates para mi pequeña—
Luego de haberlos comprado le marqué a mi novia y ella me dijo que si podía pasar por ella ya. Así que me dirigí a la Editorial viéndola salir con una mala cara.
—Que pasa pequeña? —beso sus labios y acaricio su rostro— Tienes una carita
—Que el imbécil de Felipe —dice en voz baja la ultima palabra— Me tiene mal Manuelito, está súper insoportable. Salimos peleando hoy, bueno cuando no? —sonreí—
—Te ves tan tierna —se le dibujó en su rostro una pequeña sonrisa— Vamos a casa pequeña, tranquila —besé su frente para abrirle la puerta del coche y luego subir yo dirigiendonos al departamento— Como va ese libro?
—Creo que va a estar listo más rápido de lo que pensé. Fue un plus lo que escribí descerebrada
—Ya niña no digas eso —dejé un beso en la mano que estaba acariciando mientras conducía—Ese libro va a ser un éxito gracias a quien? —la volteo a ver riéndose—Grillito Manuel, claramente yo —el auto fue invadido por su carcajada—
—Tienes cada cosa en tu cabeza Manuelito. —acaricia mi mejilla— Gracias por existir
—Lucerina...
—Manuel, hablo enserio —y sí, habló muy seria— Me has hecho muchísimo bien
—Y tu a mi también, más de lo que te imaginas —inmediatamente recibí un beso tronado en mi mejilla—
Llegamos y le di la caja de chocolates, me dio muchísimos besos por cada uno en la fachada de este lugar y claro...
—Pero ustedes no se cansan!!! —la vecina—
—Quiere? —pregunta Lucero risueña enganchada a mi cuello—
—Chocolates? —negué con mi cabeza—
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Mi Inspiración
FanfictionLucero es una escritora más que apasionada por su profesión puedo decir que... moriría sin este trabajo en una editorial que es como su casa. Después de publicar su último libro con un final muy amargo la ficción se cruzó con la realidad una nube ne...