Mi Inspiración

Capítulo 39

Manuel Mijares:

Les ha pasado que tienden a tomar decisiones a la ligera y después de un determinado tiempo esas decisiones terminan siendo el peor error de su vida al haberlas tomado?
- Bueno, a mi ya me pasó y todo sin darme cuenta.

Al salir de Tokio y aventurarme a una vida de distintas vivencias me hizo olvidar todo mi pasado, todo lo que no tuviera que ver conmigo y ella en especial. Mi Lucero. Después de recibir la llamada de mi padre me quise morir. Jamás imaginé que esto pudiera llegar a pasar y que por mi culpa Lucero sufriría muchísimo. Emmanuel por su parte últimamente estaba metiéndole limón y sal a la herida, sabía que él no lo hacía por mal. Porque a fin de cuentas sabía que no solo ella sería la que iba a pasarla como ahora, ya que se notaba que yo moría de amor por ella. Y mi mayor miedo era que llegase el día en que todo se acabara y para mi mala suerte lo nuestro solo pudo durar unos meses.

Las lágrimas que esa mujer se estaba aguantando para mi eran como dagas que se encajaban directamente en mi pecho. Sus ojitos estaban así por mi culpa y eso yo mismo nunca me lo iba a perdonar. Había jurado que nunca más permitiría que alguien la hiciera llorar y ahora por mi culpa yo mismo provocaba esas lágrimas que me estaban matando.

Cada que llegaba un mensaje o una llamada recuerdo ver decepción en sus ojos y eso cada vez más me partía el alma, ella nunca me lo recriminó, tal vez tenía miedo de una respuesta que se pudiera acercar al infierno que es hoy esta vida.

Lo único que no quedaba en mi cabeza era que Felipe, exactamente él fuera el que provocó esto. Lógicamente me estaba dando a demostrar que todo, absolutamente TODO, lo que nos había ocurrido venía siendo su culpa, nunca lo dudé más ya me lo estaba confirmando, hasta el último momento. Sin saber que Lucerito sería partícipe de todo esto yo estaba ahí y quise seguirla después de que se enteró de muchas cosas pero el desgraciado demonio éste no me lo permitió y ese quizá fue su error porque terminamos agarrados a golpes.

...

—Dijo tatantas cosas que.... Es una mujer madura Emmanuel —estábamos en el consultorio, mientras mi asistente me estaba curando unas heridas de la pelea anterior—

—Ya lo sé, pero eso no quita que esté sufriendo. Te lo dije

—Lo peor de todo es que no se como mirarle la cara. Incluso por más que lo desee no puedo implorarle un perdón porque se que no me lo merezco. A fin de cuentas esto es muy duro y yo me tengo que ir

—Rompe con esto

—Que no puedo Emmanuel —me quejo cuando el alcohol del algodón me lastima— Lo mejor para todos es que...

—Te voy a matar —la puerta del consultorio de golpe se abre e Itatí me suelta una cachetada— Te defendí Manuel, te ayudé desde siempre. Prometiste que nunca más le ibas a mentir ni hacer daño. Lucero hace un tiempo estaba desconfiando de ti. Y prefirió ignorar tus raros comportamientos solo por no tenerte lejos y tu que te vas a casar con otra —la ira que tenía en ese momento, yo merecía que la descargara así, sobre mi— Eres un desgraciado sabías.

—Itatí lo mejor es...

—Déjala Emmanuel —me puse de pie y abrí de nuevo la puerta— Ustedes dos salgan tengo que hablar con ella —me hicieron caso y después de estar nuevamente la puerta cerrada volví frente a la rubia molesta— Ya no se si pueda explicarlo?

—A mi no me hacen falta las explicaciones  Manuel. Ahora no. Lo único que quiero es que te largues de aquí. Porque tu sabes que Lucero te veía como un todo verdad? —asentí— También sabes cómo se tira a morir cuando se siente insignificante, y tu la has hecho sentir así. —sentía mis ojos arder sin problema— Dime, dime como carajos le voy a hacer para sacarla de ese vacío en el que la estás dejando caer con esta traición.

—Itatí yo la amo —entrecerró sus ojos— Te lo juro pero todo salió mal. Ahora mismo haría todo por estar con ella, romper todo lo que hace daño pero desde aquí y así no puedo hacer nada. Sé que ella está mal, porque la conozco y yo no estoy bien tampoco. Pero ella saldrá de esto, porque es una mujer muy fuerte. Tal vez no me creas lo que te estoy diciendo ni que la amo porque al final me tengo que alejar de ella y se supone que tendría que luchar por su perdón pero esta vez no puedo hacerlo. Me tengo que ir y  lo haré con el dolor de mi alma porque esa mujer ha hecho de mi muchísimo, tanto que ella ni se lo imagina.

—Yo a ti no te entiendo.

—Ten, es una grabación de la confesión de Felipe en la mañana. —le doy una memoria—

—Confesando que cosa?

—Que todo lo que nos ha sucedido a Lucero y a mi ha sido por su culpa, de principio a fin. Dásela a Lucerito, ella sabrá que hacer, tome la decisión que tome. Dile que la amo.

La mirada de Itatí era confusa, ni ella misma estaba entendiendo que sucedía. Y así era todo. La realidad de las cosas era que no me iba a volver a acercar a mi pequeña. Ella lo dejó mejor que yo lo hubiese dejado. Y es mil veces mejor no volver a vernos porque si aún no me odia terminaría haciéndolo.

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No le di explicaciones a nadie, a la única persona que se las tenía que dar era a Lucero y ella no las quería, talvez y hasta se estaba protegiendo de mi, quien sabe, seguro era mejor así. Claro que lo era y lo es. Mejor que su recuerdo hacia mi no sea como el desgraciado que terminé siendo. Así que con todo el dolor que tenía en el pecho abordé al avión y me fui de donde lo que estoy casi completamente seguro, no regresaré jamás.

En todo el maldito vuelo lloré, no me importaba nada más, solo sabía que llegando a Japón mi vida sería otra, otra mujer necesitaba todo mi apoyo y pensar en el mal que hice en México no me iba a ayudar en nada, así que estas horas eran el mejor momento para soltar todo sin ataduras... Fui recibido por mi padre quien al verme me dio un fuerte abrazo y seguimos hasta nuestra casa. En tres meses sería un hombre casado y me tendría que acoplar perfectamente a todo, principalmente a Jessica

Jessica, es una mujer casi perfecta, digo casi porque este pasado que trae hizo encadenar nuestras vidas sin pensar en las consecuencias. Al volvernos a ver pude percibir la razón de peso de este enlace que estaba próximo y sus lágrimas caían con tanta fuerza y facilidad que hasta a mi me dolía. Solo con imaginar de nuevo el dolor que ha de tener Lucero, es imposible hacerme el que no siente, me enamoré de ella y jamás la iba a olvidar. Eso ya estaba escrito.

Hablando de escrito, su libro igualmente estaba próximo a la exposición y me estaba dando tanto gusto ver que no se dejó caer por el dolor, que no perdió la fuerza, que a pesar de todo si me hizo caso al ultimo consejo que le di con todo mi amor. Sé que ese libro es importante para ella y que por igual le duele porque en el está reflejado nuestro amor, ese que vive a pesar de la distancia y del dolor. Ese que vive a pesar de los juegos del destino. Y estoy feliz. Puedo decir que si, no por mi, solo por ella porque si supo seguir adelante sin mi  algo que aún yo no sabía como hacerle, porque esa mujer es más fuerte de lo que ella misma piensa.

-Próximo capítulo el Fin🙈