Capítulo 7

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Lucero:

Ese sentido del humor que tiene Manuel Mijares aveces lo odiaba, lo confieso, a decir verdad al principio, porque ya no me molestaba y hablando de molestias. Me deba alivio no molestar con mi llamada, si tenía ganas de escucharlo y que me dijera que no estaba sola, que contaba con su apoyo. Se estaba volviendo una rara necesidad escuchar a una persona como el decirme esto

Ayer como él lo había dicho, me desahogué con esa hoja de papel y pluma en mano. Y hoy claro que también lo haría

Recuerda que hoy es lo positivo.

— Manuel ya te dejo. Tengo que bajar a cenar

— Lucero, no te gustaría cenar conmigo?

Quedé inmóvil, cenar con mi doctor, bueno es un amigo de la familia hace años pero igual, no me esperaba esto

Es que vine a un restaurante con un amigo y trajo a su novia y como que no me gusta mucho este ambiente

— Ah y tu crees que te va a gustar teniéndome al lado. Manuel no tengo humor para salir de mi casa

— Bueno. Mañana que harás?

— Tengo que pasar a la Editorial porqué?

— Me mandas la dirección —mi confusión fue increíble— Quiero que vayamos a almorzar juntos

No es bueno que entre doctor y paciente se tomen éstas libertades

— Antes que todo, soy tu novio de la niñez, eso me da algunos derechos, así que no te pongas mala. Debes despejar no seas así

Creo que no es buena idea. Adiós hasta pasado mañana

Cuelgo algo aturdida, huyendo de él. Porqué Manuel actúa de esa manera? Así será con todos sus pacientes o solo es conmigo por la amistad que lo une con mi hermano y mis padres?. Es que ni así. No veo la necesidad de esto.

Bajo a cenar y solo como un poco, al terminar llega mi hermano algo tomado. Me le acerco a él y confundida le pregunto que sucedió.

— Cerré otra negocio Lucerito —respiré tranquila y lo lleve a su cuarto para volver al mío—

Sentada en el escritorio nuevamente cierro mis ojos respirando profundamente y comienzo a escribir

...

Cuando amanece me veo con la cabeza encima del escritorio, perfecto, quedé dormida escribiendo. Guardo las cosas en la bolsa y voy a darme un baño.

Después de arreglarme y agarro mis cosas, bajo a la cocina pero la señora que trabaja en el servicio de la casa me habla justo en el último escalón

— La están buscando en la sala Niña Lucerito

— A mi? —ella asiente y voy a la sala— Que estás haciendo aquí, creí que mi consulta era el mañana

— Si es mañana. —Manuel Mijares toma mi mano y besa el dorso de ella, gesto que me hizo sonreír en mi interior— Pero quiero ir a desayunar contigo

— Porqué?

— Quiero que te sientas más segura. No pienses cosas que no son. Te respeto por muchas razones y soy un caballero. Vamos?

— Tengo que ir a la Editorial

— Te llevo —suelto el aire contenido por un segundo y asiento—

— Ahora regreso.

— Mándale saludos a tus padres

— Prefiero que no piensen cosas que no son. Mejor que no sepan de ti  —camino al comedor— Voy a la Editorial —informo a mis padres y hermano—

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