La última vez que estuve con Bright nos estábamos masturbando.
Y ahora...
Ahora todo parece irse a la mierda.
No voy a escribirle. No pienso decirle nada.
Pero ¿por qué no me escribe él a mí?
Vale, tengo que dejar de meterme en WhatsApp. Verlo en línea solo hace que me enfade más, y por la hora que es imagino que estará demasiado ocupado con mi mejor amiga.Tocándola. Besándola. Desnudándola.
De nuevo, esa sensación tan horrible y primitiva oprimiendo mi pecho.
Los celos son frustrantes, porque, por muchas vueltas que le des al asunto, eso no cambia lo que vaya a hacer la persona que sientes como propia. Y te sientes fatal. Fatal y hecho una puta mierda.
Leo una vez más lo que escribí el otro día en el diario:—Entonces ¿qué hacemos?
—Jugar a un juego... Es sencillo: el que se corra antes, pierde.
Sonrío.¿Quiere jugar? Juguemos.
Desbloqueo el móvil y escribo en Google «aplicaciones para citas gais».
Pincho en una de ellas y me redirige a una página en la que se explica de
qué trata Grindr. Por lo que puedo leer, Grindr es lo más parecido a la Biblia del mundo homosexual. Me invento un nombre de usuario para evitar usar el mío y rechazo la sugerencia de ponerme foto de perfil. Entonces veo cómo en mi pantalla empiezan a ordenarse distintos perfiles de hombre según la proximidad de ubicación. Escojo uno que me parece mono y le escribo un simple «Hola».¿Y ahora qué? El chaval en cuestión no se lo
piensa dos veces. Al instante, me contesta con la foto de un pene erecto.
Cuando lo he visto casi tiro el móvil al suelo.¿Siempre es así?
Un puntito rojo me recuerda que tengo nuevos mensajes. Estos son algunos:
Chico de Grindr 1: Eh, chico.Chico de Grindr 2: Activo dominante?
Chico de Grindr 3: Hola, quieres que te la coma?
Chico de Grindr 4: Hola, busco que me peten boca y culo a saco hasta llenármelo de lefa a pelo. Te va?
El último incluye el emoji de un melocotón de regalo.
No puedo evitar tener la sensación de estar haciendo algo malo, como si hubiese probado alguna droga, no sé. La aplicación no deja de ser un espacio de internet muy turbio. Además, existe un problema, y es que la mayoría de los chicos con perfiles aparentemente normales me piden fotos antes de quedar. Era algo con lo que no contaba.
Termino eligiendo uno para mantener una conversación más fluida.
Llevamos diez minutos chateando y aún no me ha pasado ninguna foto de su miembro viril. Parece que el chico va en serio. Le he preguntado por la ausencia de foto en su perfil y me ha confesado que si no tiene puesta ninguna es porque está dentro del armario.
«Yo igual, amigo.» Al final lo he enviado sin el «amigo».
Parece un chico agradable.
Hetero curioso es su nombre de usuario.
Antes de nada, he de decir que yo tampoco me he comido la cabeza eligiendo el mío.
Soy Chico discreto
Escribe sin faltas de ortografía y eso me produce cierta confianza.
Un rato después, Hetero curioso me pregunta si tengo planes para esta noche. Una declaración de intenciones en toda regla.
Sigue escribiendo.
Me acaba de mandar una ubicación seguida de un «Vente un rato». Al final no deja de buscar lo mismo que todos, aunque su técnica es algo más sutil al emplear palabras cultas y un estilo refinado. Imagino que luego en la cama será el más guarro de todos, pero eso ya es un prejuicio que tengo con la gente pija.Él parece pijo.
Deberías aceptar su propuesta. No tienes nada mejor que hacer, salvo martirizarte pensando qué estarán haciendo Bright y Min.
¿Y si está loco? ¿O quiere violarme?
Win, el tío es simpático y seguramente sea tu tipo. Por lo que te ha contado, sabes su edad y más o menos te ha descrito cómo es físicamente.
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Los cuerpos de la habitacion roja. (Adap. BrightWin)
FanfictionMe llamo Win y tengo tres normas: 1. Nadie puede descubrir mi secreto. 2. Solo podemos hacer el amor dentro de la habitación roja. 3. Y la más importante, no voy a enamorarme de él. ⚠️Contenido Homosexual ⚠️Contenido EXPLICITO 🔞