𝟸.𝟹𝟽. 𝙴𝚕𝚒𝚓𝚘 𝚜𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚗𝚘𝚟𝚒𝚘

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𝙲𝙰𝚁𝚃𝙰 𝙿𝙰𝚁𝙰 𝙱𝚁𝙸𝙶𝙷𝚃

Han pasado veinticuatro horas desde la última vez que te vi, pero parecen meses, porque el tiempo es raro cuando no estoy contigo. Y no sé si a ti te estará pasando también, pero yo no dejo de recordarte. Estoy en mi habitación y te imagino aquí conmigo, limpiándote con el clínex y contagiándonos la risa, encajando una carcajada con otra como si entre los dos estuviéramos tejiendo puntos suspensivos en nuestra historia.

Sin final. Sin últimas veces.

Me sentí tan feliz que me fue imposible pensar que podríamos estar haciendo algo malo.

Recuerdo tu cara de asco al quitarte la camiseta sucia. Recuerdo la sonrisa de alivio al ponerte una mía. Después la sonrisa perdió fuerza y te quedaste mirando por la ventana, los brazos apoyados en el marco y el aire entrando por una boca que ya no podía besar. Pensé en lo mucho que me gustaría poder abrazarte, apoyar mi cara en tu espalda y quedarme escuchando el latido de tu corazón. Sobre todo, pensé en que ojalá fuese capaz de estar dentro de tu cabeza, saber lo que pasaba por tu mente en ese momento, con las consecuencias que conlleva querer conocer la verdad de una persona.

Tú ahora conoces la mía, y eso, por supuesto, también tiene consecuencias.

Y no todas son buenas.

Si has llegado hasta aquí, quizá ahora te preguntes por qué me pareció que sería buena idea regalarte mi diario. Por qué querría que leyeses página por página si sabía que encontrarías cosas que son mejor guardárselas para uno mismo. Como cuando salí del armario con Min y le conté que los dos habíamos tenido una relación (perdóname), o cuando intenté olvidarme de ti teniendo sexo con Nani (sé que me habrás odiado por no suprimir esa parte, pero necesitaba que entendieses que nunca llegué a funcionar con la piel de otro).

Me ha llevado lo mío ser consciente de que la etiqueta de hermanos filtraba lo que mi corazón me estaba intentado explicar, y por eso tantas dudas. Pero ha llegado el momento de ser valiente. Me da igual que seamos familia. No creo que esté mal ni que sea sucio nada de lo que hemos hecho. Sé que el resto de la gente podrá pensar que estamos enfermos por querernos de esta forma y que jamás entenderán nuestra relación. Ellos tampoco tienen la culpa, nuestra mente está demasiado arraigada a un concepto concreto del amor y nosotros rompemos con esa norma moral. Por eso incomoda tanto hablar de incesto. Pero a mí no me incomoda reconocer que te quiero de todas las maneras posibles porque, joder, yo no siento que tú seas mi hermano, igual que no siento que Mew sea mi padre. Lo que siento es que después de nuestras idas y venidas, de los tiras y aflojas, y de los errores que hemos cometido por el camino, por fin hemos aprendido a construir una relación en la que me siento a salvo.

No me quiero conformar con una pequeña parte de todo lo que somos juntos cuando no tenemos miedo.

Quiero despertar cada mañana y no tener que recordarte, sino vivirte.

Quiero poder elegir si soy tu hermano o tu novio. Y elijo ser tu novio.

Esta es la razón de que tengas mi diario en tus manos, pedirte que te quedes conmigo.

Los cuerpos de la habitacion roja. (Adap. BrightWin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora