9. 𝘝𝘢 𝘢 𝘧𝘶𝘯𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘳.

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-Venga, va. Haz la pregunta -le pido a Min.
-¿Qué pregunta?
-Pregúntame si soy gay.
Min levanta los brazos. Es como si hubiese dicho una palabra prohibida. -¿Otra vez con eso?
-No sé. Como me has mirado así...
-¿Así cómo?
-Da igual.
-A mí no me da igual. Te estás rayando muchísimo. Entiendo que para ti esto sea muy difícil pero...
-No. No lo entiendes.
Min pone los ojos en blanco.
-Vale, pues no lo entiendo porque no me he visto en tu situación. Y por si te sirve, yo ya sé que no eres gay. Te conozco.
Estamos en la cafetería. Es viernes y la hinchazón de mi mandíbula ha desaparecido. Aunque la marca sigue ahí, como una herida que no se decide curar. Imagino que para la semana que viene ya volveré a estar como antes. Y lo mejor es que no me duele si no la toco. Menos cuando abro mucho la boca, entonces me molesta superficialmente. Para comerme el sándwich que me he pedido, por ejemplo, tendría que cortar trozos más pequeños y masticar con cuidado.
Menos mal que no tengo novio, por lo de abrir la boca demasiado.

-¿Estás más tranquilo? -Film me mira con ojos suplicantes.
-Sí. Lo estoy llevando lo mejor que puedo. Ya sabes.
-¿Siguen con lo mismo todavía? -Pero es una pregunta al aire, porque JJ sabe la respuesta-. Menudos pesados.
-Dales una semana. La gente se aburre rápido y terminará olvidándolo. -Sé que lo decís para animarme, pero en el fondo ninguno lo piensa de verdad.
-Yo creo que van a seguir molestándole con el temita hasta que te eches novia.
-¿Echarme novia?
-Claro, si tienes novia no puedes ser gay. La gente se olvidará de lo de Bright.
Recuerdo al estudiante de la facultad que le está siendo infiel a su novia con otro chico. Al hacerlo busco con la mirada a Min y sé que los dos hemos pensado en la misma persona.
Miro el sándwich mixto con huevo.
-Si no te lo comes te lo voy a robar. -Oigo decir a JJ-. Eso sí, damelo ya, que frío no me gusta tanto.
-Deja que se coma su comida, buitre -lo regaña Min.
Arrastro el plato por la mesa hasta acercárselo a mi amigo.
-Todo tuyo. No tengo hambre.
Y es verdad, no tengo hambre.
En mi estómago solo hay sitio para el miedo.
A la gente le encanta hablar de los demás, eso es un hecho indiscutible. Ser heterosexual es más fácil que ser gay, ese es otro hecho indiscutible. Pero sorprendentemente, casi ningún comentario que oigo es sobre lo de ser maricón.
̶m̶̶a̶̶r̶̶i̶̶c̶̶ó̶̶n̶
homosexual*
El verdadero problema es ese estúpido reto: «¿Sabes lo que le han hecho a un chico de tercero de Publicidad?», «Conozco a uno que le han sacado del armario con una apuesta». Si el asunto no fuese conmigo, probablemente yo también habría hecho algún comentario. Todos alguna vez hemos hablado sobre la vida de una tercera persona. Como se suele decir: «El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra».
-¿Alguna idea de lo que puedo hacer para solucionarlo? -Lo mejor es dejarlo pasar. Confía en mí, en dos meses nadie recordará nada de esto.
-¿En dos meses? Eso es ridículo. En dos meses más de la mitad de la facultad va a seguir pensando que soy gay.
-¿Y qué más da? -salta JJ.
-Claro, a ti no te importa porque no te afecta.
-Puedes decir que tienes novia, ya te lo dijimos -me recuerda Film.
-Es una mala idea.
-Es una buena idea -me corrige Min-. ¿Quieres que crean que te gustan las chicas? Pues ¡échate novia!
Ya, claro.
-Y ¿cómo se supone que me voy a echar una novia ahora? ¿Probando suerte en Tinder? Joder, yo paso. Además, no me apetece empezar a meterme en más historias.
-Podemos fingir que estamos juntos. -Entonces Min me mira solamente a mí-. Tú y yo.
-Tú y yo -repito como si no terminase de tener claro si he oído bien. -Novios -insiste ella.
Me gustaría haber tenido un espejo a mano para ver mi reacción. -Ya estás poniendo esa cara de perro.
-No estoy poniendo ninguna...
-Intento ayudarte. Deberías, por ejemplo, dejar de mirarme así... como si estuviese loca.
-Es que se me hace raro.
-Bueno, no tenemos que hacerlo si no te vas a sentir cómodo. O sea, yo lo hago por ti.
-Lo sé. Sé que lo haces para ayudarme.
-De nada.
-Gracias. Y..., joder, lo siento. Estoy que no estoy. No sé qué hacer ni cómo solucionar toda esta mierda. Solo quiero que pase rápido y que se acabe de una vez.
-Pues, cariño mío -dice JJ, usando un tono irónico-, me temo que no te queda otra.
-¿Me temo? -protesta Min, dándose por aludida-. Oye, ¡ni que fuera un castigo salir conmigo! Los... ¡Los tengo haciendo cola! -Sí, cola... de veintiún centímetros.
-Eres un cerdo.
JJ pone un dedo en la punta de su nariz y la empuja hacia atrás, aplastándola y enseñándonos sus fosas nasales antes de imitar el sonido del animal. Min lo aparta, agitando las manos en el aire, mientras este se empeña en acercarse a su cara más y más, sacándola de quicio.
-¿Ya estáis como el perro y el gato? -Film suelta aire pesadamente y después se centra en mi
-Win, personalmente, la idea de que empieces a salir con Min me parece estupenda. No solo puede funcionar, va a funcionar.
Intento mantener la mente fría, haciendo una lista con los pros y los contras. Después miro a Min por el rabillo del ojo. Tira de uno de sus largos mechones y lo hace girar entre los dedos. Está... ¿nerviosa? Me doy cuenta de que yo también, porque sé que estoy a punto de aceptar.
Tampoco tengo muchas más opciones. Es eso o quedarme de brazos cruzados.

Los cuerpos de la habitacion roja. (Adap. BrightWin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora