He looks up grinning like a devil...

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⚠️Advertencia contenido sexual explícito⚠️
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Honestamente Harry no tenía idea de cómo su mente ha pasado de aborrecer a Louis a querer que el mayor lo folle en todas las superficies posibles, desde que lo hicieron aquella noche en Santorini el menor a fantaseado con volverlo a repetir, sus dedos no han sido suficientes por las noches, no cuando sabe que el mayor está en la habitación contigua.

Por supuesto que el ojiverde no está enamorado del castaño, para nada, solo que la atracción física es el problema, pero Tomlinson ha dejado claro que no volverán a repetir lo que hicieron todo ese mes en Grecia, la abstinencia no se le daba del todo bien a Styles, en diversas ocasiones maldijo internamente haber aceptado ese trato con Louis, bien pudieron ser discretos y continuarían teniendo sexo con otras personas. Por ello desde el comienzo de la semana ha comenzado a jugar con fuego, tal como en Italia, ha estado tentando a su némesis pero nada parece funcionar, se iba a dar por vencido hasta que hoy por la mañana vio en ese aparador un conjunto de lencería negro.

Estaba decidido, esa era su última oportunidad y si el mayor lo rechazaba tomaría su ropa e iría a buscar a cierto australiano que le envió un mensaje hace un par de horas para informarle que se encontraba en Londres. Su cabeza no dejaba de formar un plan efectivo mientras escuchaba a Jen Tomlinson contarle anécdotas de su esposo de niño en navidad.

El castaño no dejaba de mirar al rizado desde que susurró esas palabras en su oído, aún estaban en casa de Mick, sus hermanas y padre ya se habían dormido pero Harry estaba tan cómodo platicando con la abuela Jen que Louis no quiso interrumpir.

—Ese chico tuyo es muy lindo, amable e inteligente— comentó su abuelo parándose a su lado— no te equivocaste en escogerlo como tú compañero de vida.

El ojiceleste intentó sonreír pero lo que salió fue más una mueca contrariada que si Leonard visualizó, no hizo comentario alguno. Le carcomía estarle mintiendo a toda su familia, dejar que convivan con él y se encariñen cuando en ocho meses todo se acabará.

—Así es y por esas razones, querido abuelo hoy estamos juntos pero mañana... nada está escrito.

—No seas pesimista, hombre— sintió que el adulto palmeaba su hombro— Déjame esas frases a mi, yo soy el anciano aquí.

«Genial, hasta su propio abuelo lo había llamado anciano». Probablemente debería de revisar su certificado de nacimiento, sólo para asegurarse que no esté creciendo a lo Benjamin Button.

—Yo creo que ya es hora de que se vayan, son jóvenes, disfruten de la noche— añadió su abuelo con picardía y una sonrisa que le dio a entender a lo que se refería.

—¡Abuelo, por favor!— exclamó escandalizado, jamás había recibido este tipo de comentarios por parte de Leonard.

—Ay, no te hagas el casto y puro conmigo, muchachito libertino— rodó los ojos empujándolo— Ya anda, vete... fuera y llévate a tu hermoso esposo contigo.

Esto si que nunca se lo esperó de su abuelo, muy probablemente el hombre se dio cuenta que estaba alargando su estancia en la casa de su padre aún si todos ya se habían ido a dormir. A regañadientes le informó al menor que era hora de partir, se despidió de su abuela y del abuelo que solo le guiñó el ojo.

«Joder, es que Leonard Tomlinson era todo un caso».

Al salir de la mansión se dirigieron al Lamborghini, en todo el camino de vuelta a casa el menor se la pasó en silencio tamborileando sus dedos en su rodilla.

The proposal that changed my life (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora