It's not so pretty to tempt me

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La vista de la suite era la mejor, el balcón daba una vista perfecta a la torre Eiffel que Harry no dudó en postear en Instagram. El primer día lo pasaron en sus habitaciones descansando un poco, al segundo día el rizado decidió salir a comprar los croissants que le encantaba degustar cada vez que venía, tomó algunas fotos, fue a un spa y regresó por la noche. Louis no se encontraba a la vista, supuso que debió de haber salido, en realidad no importaba, para él mejor no ver la cara del amargado de Tomlinson.

Habían hecho un acuerdo para no tener que pasar la luna de miel juntos todo el tiempo, de los quince días que pasarían aquí solo cuatro harían actividades juntos para tener fotografías que mostrar y subir de su feliz viaje de bodas. Harry había traído su cuaderno de bocetos consigo, se había vuelto fanático de pedir té y un gallet de fresas mientras pasaba toda la mañana y parte de la tarde en el balcón de la suite, dibujando algunas ideas que cruzaban por su mente, en ocasiones Louis rondaba por la habitación o salía a fumar al balcón pero no intercambiaban más que unas cuantas oraciones como: "¿Vas a pedir de cenar ya?" "No olvides llamar a tu padre" "Deberías entrar, está haciendo frío" "¿Saldrás mañana?"

—¿Qué haces?— preguntó el castaño dejándose caer en el sofá mientras Harry cambiaba de canal en la televisión.

—Nada, quería ver alguna película francesa.

—Mañana nos toca salir juntos ¿cierto?— preguntó el castaño, ya eran sus últimos días en esta ciudad, Harry asintió. Su estancia había sido perfecta hasta el momento, tuvo mucho tiempo para sí mismo y volcar su atención en lo que tristemente se convirtió en un pasatiempo cuando decidió estudiar economía y negocios.

—Si, en realidad todos los días que restan en París— por fin volteó a ver al menor y notó algo en el cuello de su camisa, era una mancha de labial y en su piel una marca. — ¿Qué es eso?

—¿Qué cosa?— respondió confuso el castaño, el rizado abrió la cámara de su teléfono para que Louis viera la mancha.

—No puedo creerlo, ¿tenemos solo once días casados y ya me estás siendo infiel?— dijo con fingida indignación, honestamente le importaba muy poco con quien se enrolla el mayor mientras eso no afecte el plan—Hombre tenías que ser, ¿Por qué no me compraste un collar de diamantes que equivale al valor de la culpa?

—Muy gracioso, Styles— murmuró el ojiazul entregando el celular a su dueño— Creí que podíamos divertirnos durante el viaje.

El rizado asintió, claro que el también había disfrutado del sexo con algunos franceses que conoció en estos días pero esta vez fue más discreto, no se dejó hacer marcas y Louis no se dio cuenta.

—Por supuesto, solo que deberías cuidarte más— le sugirió el ojiverde— Se supone que ahora estamos casados y si hay algún rumor de infidelidad todo se viene abajo.

—Lo sé y se me pasó por alto— se disculpó el ojiazul y se quedó pensativo, después de unos minutos en silencio, agregó:— Creo que sería bueno que hiciéramos un trato.

—¿Qué tipo de trato? Porque con el último que hicimos terminé casado contigo— le mostró su mano izquierda.

—Sobre evitar rumores de infidelidad—el ojiazul se acomodó para verlo mejor— Creo que sería bueno que ambos nos abstuvieramos de tener relaciones con otras personas mientras estemos casados, para evitar ese tipo de rumores, al menos al llegar a Londres, podríamos probarlo durante estos viajes.

The proposal that changed my life (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora