I don't know about you, but I'm feeling 22...

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La llegada a Londres fue caótica, el estar diez días fuera del país no fue bueno para los trabajos de ninguno, Harry tuvo demasiados informes pendientes que leer y juntas a las que era necesaria su presencia, en las cuales Richard con esfuerzo lo saludaba, su intercambio de palabras era meramente de negocios, por lo mismo el menor seguía trabajando desde Tomlinson Enterprises, los empleados ya le conocían, compartía un café por las tardes con la secretaria de Mick o rondaba la oficina de Zayn cuando Louis tardaba mucho. Por supuesto que el mayor estaba igual que él, demasiadas juntas que atender, contratos que revisar o firmar, propuestas que hacer, comidas o cenas de negocios a las que había ido acompañado del rizado, ya era común que ambos se acompañen a sus respectivos eventos.

Las cosas en su casa iban igual que antes de irse de viaje, Harry se acostumbró a levantarse a la misma hora del mayor, ahora Anthony los llevaba a ambos a la empresa, a excepción de cuando tenían un compromiso fuera de ella o el rizado iba a Styles Group, la señora Scott se encargaba de hacerles un postre que el rizado llevaba para que ambos comieran mientras trabajaban, también el ojiverde comenzó a leer la saga de Harry Potter por las noches después de cenar mientras Louis revisaba algunos documentos en la sala, le hacía preguntas que el mayor contestaba sin levantar la vista de su trabajo.

El primer fin de semana de enero se dedicaron a armar el lego del castillo de Hogwarts, a Louis casi le da algo cuando sin querer Harry tropezó y revolvió de nuevo las piezas que ya había separado, claro que terminaron follando en la sala, con el menor siendo azotado como castigo... o premio según Styles.

La única cosa que había cambiado entre ellos era que ahora tenían sexo, lo hicieron en el sofá de la casa, en las escaleras una noche que no alcanzaron a llegar a la habitación, en la oficina del mayor en casa, por supuesto que en el gimnasio -eso después de un entrenamiento-, tambien en la cocina y el gran comedor. Las veces que lo hacían en la habitación principal el ojiverde se quedaba a dormir, cada quien en su lado de la cama, por supuesto, ninguno se sintió incómodo al respecto.

Estaba en un restaurante comiendo con Niall, Zayn y Louis, tuvieron que hacerlo después de que el irlandés se apersonó en la oficina dramatizando sobre su amistad entrando en crisis por culpa de su matrimonio y le echó en cara a Tomlinson que le debía una cena, así que ahí estaban, disfrutando de comida italiana.

—¿Dónde celebrarás tu cumpleaños?— cuestionó el rubio llevándose un bocado de su risotto.

Es verdad faltaban cinco días para su cumpleaños y ni siquiera lo recordaba.

—Oh, yo no lo he pensado— admitió ganándose una mirada incrédula de su mejor amigo— He tenido mucho trabajo, papá me ha estado castigando con más y bueno... no he tenido tiempo, supongo qué tal vez dejaré la fiesta para el próximo año cuando...— 'ya no esté casado' quiso agregar pero se detuvo, claro que que las otras dos personas lo entendieron a la perfección.

—Qué lástima, al menos deberías de hacer una cena en tu casa con todos nosotros y la familia— sugirió el irlandés y al menor no le desagradó la idea.

—La haré, te aviso la hora.

Terminaron de comer, estaban platicando cuando el teléfono del mayor no paraba de sonar, ya iban tres llamadas.

—¿No vas a contestar?— preguntó el rizado al ver que el castaño la ignoraba.

—No, puede esperar.

The proposal that changed my life (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora