He seems like someone's wild dream...

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El fin de la semana se la pasó en su casa, afortunadamente para él su hermana y Niall habían ido a una pequeña escapada romántica. El miércoles fue a la oficina, pues su padre quería que aprendiera todo para el día en que la empresa pasara a sus manos, el joven no sabía cómo sentirse sobre ello, estaba revisando algunos correos cuando un toque en su puerta interrumpió sus quehaceres, era la secretaria que le habían asignado.

—Le han traído esto—le dijo colocando un arreglo floral de rosas de gardenias blancas, sus favoritas por el aroma que esta pequeña flor dejaba con el paso del tiempo.

—Gracias—murmuró extrañado y la chica lo dejó en su privacidad, tomó la tarjeta que venía junto a las flores.

El aroma de estas flores me recuerda al de tu piel...

Atte. LT

Frunció el ceño ante lo que decía la pequeña nota, tomó su celular llamando a uno de sus más recientes contactos. El teléfono sonó hasta el punto en que Harry creyó que no le iban a contestar, pero lo hizo.

Estoy trabajando, ¿Qué quieres?

—¿Qué mierda significa lo de la tarjeta?—inquirió con curiosidad.

Oh, ya te llegaron—el ojiverde pudo apostar que tenía un bolígrafo en la boca por como sonó—Honestamente no sé que dicen, le dije a la florista que ella escribiera alguna mierda cursi.

El menor suspiró con alivio, sabía que esas palabras no podían provenir de Louis pero no está de más corroborar.

—¿Tratando de ser el novio perfecto, eh?— se burló el menor.

Al menos yo si hago un esfuerzo, mi padre dice que nadie cree que sea algo serio porque no nos han visto juntos ni rondando cerca del otro.

—Bien, pensaré qué hacer.

Esa fue su pequeña conversación, el rizado se quedó meditando en lo dicho por el ojiazul, Mark tenía razón. Por ello al día siguiente le propuso al mayor ir a desayunar en la cafetería que estaba en el punto perfecto entre sus empresas. Harry sabía que algunos de los empleados y ejecutivos de Styles Group iban a ese lugar. Se hizo una 'costumbre' obligatoria, el mayor todos los días pasaba por él para ir a desayunar, por lo general lo hacían en silencio, si tenían ganas platicaban trivialidades sobre la comida, música o el clima, incluso algunas veces tenían que compartir caricias por encima de la mesa ya que los empleados de ambas empresas estaban presentes. Después el ojiazul lo llevaba hasta el edificio donde fingían despedirse en el auto y Harry salía del Porsche acomodando su cabellera o limpiando sus labios de saliva ajena que era inexistente. Las flores llegaban a tiempo cuando las anteriores estaban marchitas, las tarjetas las leía por costumbre -ahora lo hacía frente a su secretaria y fingía suspirar de amor-, la chica se lo creía y Harry ya la había escuchado cotilleando con sus compañeras sobre lo enamorado que estaba su jefe y lo detallista que era Tomlinson.

«Si supieran» quiso decirles cuando la escuchó.

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Por fin había llegado la hora de interpretar su papel a la perfección, hoy era la gala donde estarían presentes ambas empresas y gente de su clase social -la mayoría era gente con la que su padre hacía o quería hacer negocios- era importante que esta tarde saliera todo bien. Se estaba terminando de colocar su sombrero, se miró una vez más al espejo y le gustó, su torso iba un poco descubierto, mostrando el tatuaje de la mariposa. Bajó con sus lentes puestos, todos quedaron sorprendidos con su atuendo, incluyendo su padre.

The proposal that changed my life (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora