Tom quedó de piedra, con el ceño fruncido y los labios entre abiertos. Sin embargo los ojos delataron sus sentimientos interiores. Estos comenzaron a llenarse de lágrimas, hasta que estas se derramaron y cayeron por sus mejillas. El rostro de Bill se descompuso ante ese gesto de su hermano.
– ¡No! – gritó el mayor de pronto – ¡No, no puede ser un bebé! – Se levantó y comenzó a pasear por la habitación – Seguramente es otra cosa – dijo seriamente – tal vez estoy enfermo.
– ¿¡Por qué lo niegas!? – preguntó el menor, enojado. Se levantó y empezó a seguir a su gemelo.
– ¡Porque es imposible! – le respondió bruscamente y lo empujó.
– ¡Sabes que es posible, y que estás esperando un hijo mío! – Bill ignoró el empujón y siguió detrás de él.
– No. ¡No! – gritó desesperado el de rastas y salió corriendo hacia ninguna parte en específico.
El otro se quedó un momento en su lugar y un segundo después siguió a Tom lo más rápido que pudo. El mayor no pudo avanzar mucho, Bill lo alcanzó en la línea de helechos que dividía la playa de la selva. Le dio alcance y lo tomó lo más gentilmente que pudo de la cintura.
– ¿¡Que te pasa Tom!? ¡Me asustas!
– ¡No recuerdas nada de lo que nos dijo David! – le reprochó mientras luchaba por soltarse del abrazo, cosa que finalmente logro, pero ya no huyó, dio la vuelta y encaró a su hermano – ¿¡No lo recuerdas!?
– ¿De... que? – preguntó éste, dudando.
– ¡Tendrás que abrirme como a un maldito pescado! – explotó y luego cayó sobre el césped, sollozando.
Bill quedó estupefacto, con el ceño fruncido, tratando de comprender lo que el otro le había dicho. Momentos después las palabras de Jost llenaron su cabeza. Recordó lo que les había dicho cuando eran apenas unos niños.
"– Vaya, vaya, pues sí que están informados ustedes dos ¿les dijeron algo más?
– Sí... que los hombres también podían quedar embarazados. Nos lo dijo cuando vimos a dos hombres que se paseaban por la calle tomados de la mano.
– ¿Es eso cierto, señor Jost?
– Sí, pero es muy peligroso.
– ¿Por qué?
– Pues verán. Cuando una mamá se embaraza, el bebé comienza a crecer en su estómago y luego sale naturalmente... por dónde tiene que hacerlo.
– ¿Por dónde?
– Y entonces no hay problema. Pero, cuando un hombre se embaraza, solamente puede hacerlo y el bebé crece dentro de su estómago y aunque en el transcurso de esos nueve meses no pasa nada malo, cuando llega el momento de que nazca no se puede, porque el cuerpo de los hombres no está hecho para tener bebés a pesar de que pueden concebirlos. Así que un médico tiene que abrir con una navaja especial la barriga del padre y sacar al bebé por ahí.
– ¡Suena horrible! – dijo Tom.
– ¡Suena muy complicado! – dijo Bill.
– Créanme, lo es..."
Por primera vez el menor fijo su vista en su gemelo, quien se hallaba a sus pies abrazando sus propias piernas, y lo observó con compasión, y con dolor. Porque justamente después de recordar las palabras de David, rememoró el momento en que éste se cortó una pierna y tuvo que coserla.
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La laguna azul - TWC
FanfictionBill y Tom de 12 años se pierden en una isla desierta y aprenden a sobrevivir por sí mismos. ¿Qué pasará cuando crezcan?