Capítulo 30. "Quiero lo mejor para ti".

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Narra Abraham.

Al día siguiente me despierto temprano. Estaba en el comedor desayunando con Noelia. Aiden y Elena ya se habían ido al colegio y Alex como era de esperar después de como vino ayer, aún estaba durmiendo. Le mando un mensaje a Tony avisándole de que llegaré un poco más tarde a la empresa. Tenía que hablar muy seriamente con Alex, esta situación no podía seguir así. Doy un último trago a mi café y miro a Noelia.

Abraham: mi amor, voy a ir a despertar a Alex. - ella me mira con algo de preocupación en sus ojos y agarro sus manos, sonrio al ver el anillo en su dedo. - tranquila, solo iré a despertarlo. Cuando baje, hablaré seriamente con él. - le doy un beso suave en los labios y voy a despertar a Alex.

Entro en su habitación y suspiro al verlo completamente dormido, estaba boca abajo y aún tenía puesta la misma ropa de ayer. Abro las cortinas dejando que entre la luz y él a los segundos se queja moviéndose sobre la cama y tapándose por completo para que no le moleste la luz.

Abraham: Alejandro levántate, tenemos que hablar seriamente. Date una ducha, te espero abajo. - digo lo más calmado que puedo.

Alex: joder... déjame dormir! me duele la cabeza! - me grita, yo me acerco a la cama y le destapo tirando el edredón al suelo.

Abraham: he dicho que te levantes! y no me hagas perder la paciencia... ayer no te dolía la cabeza para irte de fiesta con tus amigos. Y si tan mayor dices que eres, demuestralo. Comportate como tal! - le grito ya con tono enfadado y salgo de su habitación dando un portazo.

Espero a Alex en el salón junto con Noelia. Miro el reloj que tenía en mi muñeca, lo miro impaciente, estaba tardando demasiado y me tenía que ir a trabajar.

Abraham: Alejandro! No tengo todo el día! - unos minutos después le veo bajar por las escaleras ya duchado y cambiado de ropa. Se acerca a nosotros y le miro con cara seria mientras me cruzo de brazos. Él nos miraba con cara de que no pasaba nada.

Alex: de que quieres hablar? - dice como si nada.

Abraham: como que de qué quiero hablar? Alejandro, tu eres consciente de cómo viniste ayer? tú ves normal eso? - él se encoge de hombros despreocupado.

Alex: tampoco es para tanto, solo tomé un par de copas.

Abraham: un par de copas? por eso cuando llegaste no sabías ni quién eras. - él rueda los ojos y me acerco a él. - has estado fumando?. - me mira rápido y algo sorprendido.

Alex: n...no... - dice algo nervioso y yo le miro serio.

Abraham: mira Alejandro, sabes que una de las cosas que más odio en esta vida es que me mientan. Anoche cuando llegaste apestabas a marihuana.

Alex: eso es mentira! jamás he fumado y mucho menos de eso!

Abraham: ya Alejandro! no me quieras ver la cara de idiota! - me acerco a él quedando a centímetros de su cara y le miro muy serio. - escúchame muy bien Alejandro, esto se ha acabado. A partir de hoy no vas a salir y hasta que no recapacites y pienses que es lo que vas a hacer con tu vida, no vas a recibir ni un solo céntimo.

Alex: que?! no puedes hacerme esto, Abraham! - me separo un poco de él y saco del bolsillo de mi pantalón sus tarjetas de crédito.

Abraham: desde ya te digo que las mandé a que las desactivaran, así que no te servirá de nada si intentas cogerlas sin mi permiso. te las devolveré cuando vea algún cambio en ti, pero hasta entonces no recibirás nada.

Alex: pero Abra....

Abraham: pero nada Alejandro! - me pongo ya bastante serio y guardo las tarjetas otra vez en mi bolsillo. - haber si así dejas esta estúpida conducta y te da por ser un chico responsable de una vez. Dices que ya eres un chico mayor no? muy bien, pues comportate como tal y deja estas gamberradas para esos chicos que no saben qué hacer con sus vidas. Quiero que te alejes de ellos, me has entendido? no pienso permitir que te arrastren a ese mundo, porque tú no has sido, ni serás así. - me acerco a él y llevo una de mis manos a su hombro. - todo esto lo hago porque quiero lo mejor para ti, Alejandro. Entiéndelo de una vez. - él estaba con la cabeza hacia abajo, suspiro y voy a por mi chaqueta. Me la pongo mientras me acerco a Noelia y le doy un beso en los labios. - me voy a trabajar mi cielo, cualquier cosa me avisas.

Noelia: si mi amor, ve tranquilo. - le sonrío, le doy otro beso y miro a Alex, él también me mira.

Abraham: cuando estés dispuesto a cambiar y a hacer algo, hablamos.

Salgo de casa y suspiro cuando entro en el coche. Tenía que ser así con él porque sino jamás entrará en razón. Quiero que se de cuenta que el camino que ha elegido no es el adecuado y que no estoy dispuesto a que esto siga así, no soy como esos padres que mal crían a sus hijos y les dejan hacer lo que les da la gana. No soy su padre, pero si su hermano y no quiero que se eche a perder, sino todo lo contrario. Quiero lo mejor para él, al igual que lo querrían mis padres. Conduzco hasta la empresa y al llegar a mi oficina empiezo a trabajar.

Narra Noelia.

Miro a Alex y me acerco a él. Seguía con la cabeza hacia abajo, sabía que las palabras de Abraham le habían tocado, pero era necesario que las escuchara si quería cambiar. Acaricio su mejilla y le abrazo, él me corresponde al abrazo y sonrío dulce. Es un chico muy bueno lo que pasa que esas compañías le hicieron daño y le convirtieron en una persona que no es.

Noelia: anda, vamos a que desayunes algo. - le doy un beso en la mejilla, él me sonríe algo dulce y vamos al comedor.

Maria aparece en el comedor y le digo que por favor le traiga el desayuno. Ella asiente con una sonrisa y a los minutos se lo trae. Yo termino mi desayuno mientras hablo con él y me cuenta algunas cosas. Sonrío al verlo hablar, se parecía un poco a Abraham cuando hablaba de algo que le gustaba. A Abraham le brillaban los ojos cuando lo hacía y a Alex le pasaba igual.

La casa de los Mateo {AM}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora