La casa de los Mateo {AM}

Epílogo y Agradecimiento.

Años después.

Narra Noelia.

Los años pasaban y la felicidad en nuestra casa era cada vez más grande.
Abraham y yo hemos construido una familia preciosa con amor y esfuerzo cada día de nuestras vidas. Han pasado unos cuantos años y me doy cuenta que pase el tiempo que pase, seguiremos siendo felices. Después de todo creo que es lo que nos merecemos, ya que Abraham y yo no hemos tenido una vida fácil antes de conocernos. Abraham perdió a sus padres en un trágico accidente, quedó desecho ante eso y a pesar del dolor fue un hombre fuerte y se hizo cargo de sus hermanos. Tuvo que tirar para adelante por ellos, para sacar a sus hermanos adelante y gracias a que él sacó toda la fuerza del mundo, sus hermanos son lo que son ahora gracias a él. También se hizo cargo de la empresa de su padre, de la cual ahora él es el que la dirige. Luchó y se esforzó por sacarla adelante y ahora es una de las empresas más importantes y cotizadas de toda el país.

Yo antes de llegar a trabajar a su casa y empezar a cuidar a sus hermanos, tuve una vida difícil también. Perdí a mi padre y estuve meses distanciada de mi madre. Ahora gracias a dios la tengo a mi lado, me ayuda y me apoya muchísimo en cada decisión que tomo y gracias a ella cojo ejemplo para críar a mis hijos lo mejor que puedo. Llegar a la casa de Abraham me cambió la vida por completo, por supuesto a mejor. Fue conocerle a él y a sus hermanos y me enamoré de la familia tan bonita que eran, que a pesar del dolor seguían muy unidos y se querían, darme cuenta de eso para mi fue muy bonito y emocionante. Y años después aquí estoy, casada con él y con cuatro hijos en común. Si, como lo estáis leyendo. Abraham y yo tenemos cuatro hijos.

En estos años han pasado muchas cosas. Tres años después de tener a Hugo, tuvimos a Dylan. Ese chiquillo nació igual de fuerte y sano que su hermano mayor. A diferencia de Hugo, él tiene el pelo más claro tirando a castaño, mientras que Hugo es completamente moreno, literalmente es una copia de Abraham. Y dos años más tarde nacieron mis dos princesas, Lucía y Sofía. Son gemelas. Lucía tiene el pelo de un color rubio muy bonito, Abraham dice que se parece mucho a Susana, su madre y la verdad que tiene mucha razón. Sofía es completamente igual a Lucía, pero ella tiene el pelo más claro. Lucía nació la primera y Sofía tres minutos más tarde. Abraham las ama con locura, como dice él, son sus princesas.

Andrea y Tony tuvieron a su hija Alaia, esa niña es una copia de los dos. Se lleva muy bien con mis hijos, en especial con Sofía. Ellas dos han creado un vínculo muy especial a pesar de que se llevan 5 años de diferencia y Sofi es pequeña aún.

Alicia se casó con su novio Álvaro. Ambos siguen viviendo en Londres y están esperando su primer hijo. Cuando Abraham se enteró de que iba a ser tío de su primer sobrino se emocionó mucho.

Alex dejó Barcelona y volvió a Madrid, se trajo con él a su novia Natalia y ambos siguen juntos. Con el dinero que ahorraron los dos se compraron una casa aquí en Madrid y de vez en cuando vamos a visitarlos o vienen ellos a nuestra casa. Ellos aún no dan el paso de casarse y según tengo entendido de momento no quieren ser papás.

Aiden y Elena están enormes, ya van al instituto. Han entrado en la etapa de la adolescencia y se nota un montón, sobre todo a Elena. Ya empieza a pedirme consejos de amor y cada vez que me habla de ese tipo de cosas me emociono, se han hecho tan mayores... Abraham muchas veces la advierte de que tenga cuidado y que si pasa algo que se lo diga. Tan protector como siempre. Si es así con su hermana, imaginaos cuando empiecen Lucía y Sofía con esas cosas, solo de pensarlo sonrío como una boba. Aiden y Elena siguen viviendo con mi madre en la misma casa y Maria sigue con nosotros en la nuestra. Ambas me han ayudado mucho con mis hijos y lo siguen haciendo.

En la actualidad.

Narra Noelia.

Me muevo sobre la cama mientras abro los ojos poco a poco, suspiro algo cansada y al abrir los ojos del todo veo a Abraham despierto mirándome, sonrío enamorada y me abrazo a él escondiendo mi cara en su cuello.