Capítulo 36. Reconciliación.

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9:00 am. Hotel de Madrid.

Narra Noelia.

Me despierto cuando siento un olor muy fuerte, abro poco a poco los ojos pero los vuelvo a cerrar. Me llevo una mano a la cabeza, todo me daba vueltas. Minutos después me voy sintiendo mejor y abro los ojos de nuevo, miro a mi alrededor y veo a mi madre, me fijo que tiene un algodón en una de sus manos y en la otra un bote de alcohol. Suspiro con mi mano aún en mi cabeza.

Noelia: mmmm... que ha pasado...?. - digo algo confundida y llevándome las dos manos a la cabeza, aún no se me pasaba el mareo.

Ana: te has desmayado hija. - nada más escucharla levanto la vista y la miro a los ojos. En ellos veía preocupación, al igual que en la voz. Me intento levantar pero nada más pisar el suelo me tambaleo, mi madre viene corriendo a donde mi y me agarra suave de los brazos. - no te levantes hija, aún estás mareada. Quédate tumbada hasta que te sientas mejor. - asiento mientras me vuelvo a tumbar y ella me ayuda. - estás muy pálida... has desayunado?

Noelia: si... bueno en verdad no... no tenía hambre. Seguro solo fue una bajada de tensión. - suspiro cerrando mis ojos y cuando me siento mejor la miro. Ella hace lo mismo y nos quedamos por un momento calladas. - porque fuiste a ver a Abraham? si querías saber de mí porque no me llamaste?

Ana: porque sabía que no me lo ibas a coger...

Noelia: para que? para que me hables y me pidas lo mismo de siempre? no mamá, eso se acabó.

Ana: hija por favor, no quiero dinero. No es por eso porque lo que quiero verte.

Noelia: no te creo nada mamá! - me levanto de la cama, le doy la espalda por unos segundos y la miro. - como quieres que confíe en ti si en todos estos años para lo único que me llamabas era para pedirme dinero.

Ana: lo se hija, se que tienes todo tu derecho en desconfiar pero te juro que esta vez no te ando buscando para eso. Yo... - ella se acerca a mi y me agarra una de mis manos. - quería verte, saber de ti. Saber como estabas, que es de tu vida... - me mira a los ojos y veo que de los suyos salen unas cuantas lágrimas. - yo te echaba mucho de menos hija... eres lo más bonito que la vida me ha podido dar. Yo sé qué desde que murió tu papá no me comporte bien contigo, pero el dolor que sentí por su perdida me ganó... Yo te quiero mucho, eres mi hija, mi vida entera, la razón por la que sigo adelante... - me agarra de las dos manos sin dejar de mirarme a los ojos. - lo siento mucho hija... por favor, perdóname... - lloro al escuchar sus palabras y la abrazo con todas mis fuerzas. A pesar de todo ella sigue siendo mi madre y la quiero, la quiero mucho.

Noelia: te quiero mamá... yo también te he echado mucho de menos... mucho... - siento como ella llora y me abraza fuerte a ella.

Nos quedamos un buen rato más hablando. Me cuenta que ella se quedará unos días aquí en Madrid pero que volverá a Bilbao. Le pedí que se quedara con nosotros hasta el día de la boda pero no quiso, pero que a la boda obviamente si venía. La convencí para que se quedara en nuestra casa los días que se iba a quedar, me costó convencerla pero al final aceptó. Me quedo un rato más con ella y antes de irme le digo que más tarde pasaríamos por ella para llevarla a casa. Me despido de mi madre y al salir del hotel sonrío feliz. Necesitaba tanto tener a mi madre a mi lado y más en este momento, me iba a casar y en momentos como este se necesita el apoyo y los consejos de una madre y al fin lo tenía.

La casa de los Mateo {AM}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora