Capítulo 26. Recuerdos.

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Narra Noelia.

Ya era miércoles y hoy empezaba a trabajar de nuevo en la guardería, la verdad es que tenía muchas ganas de empezar. Suspiro mientras me abrazo a la almohada de Abraham y sonrío al notar que huele a él. Eran casi las siente y media de la mañana y el se fue hace ya media hora. Muchas veces me hago la dormida porque amo ver como se levanta con cuidado y hace el menor ruido para no despertarme. Pero más amo cuando se acerca a mi, me susurra que me ama y me da un beso antes de irse. Sonrío apoyada en su almohada, hoy también lo había hecho. Lo hace cada mañana.

Me levanto y voy al baño a darme una ducha. Cuando salgo me seco y me visto para ir a trabajar. Cuando termino de arreglarme salgo de la habitación y voy a la habitación de los mellis, allí estaban con Maria. Les estaba ayudando a ponerse el uniforme, sonrío al ver que Aiden tiene cara de dormido.

Noelia: buenos días. - ellos me miran con una sonrisa, incluida Maria.

Maria: buenos días Noelia. - le pone bien la camisa a Aiden. - ya estás, ahora a desayunar.

Elena: Noe, me ayudas? - me dice con su voz dulce y sonrío al ver que me señala su pelo.

Noelia: claro que si. - me acerco a ella y empiezo a cepillar su pelo.

Maria: yo bajo con Aiden.

Noelia: vale Maria, gracias. - le digo con una sonrisa y la veo salir de la habitación con Aiden.

Cepillo el pelo de Elena con suavidad y le hago una trenza haciendo que quede su pelo recogido. La ayudo a ponerse bien los zapatos y sonrío al verla.

Noelia: ya estás princesita. - ella me sonríe y me da un beso en la mejilla.

Elena: gracias Noe, eres la mejor. - sonrío dulce y le doy un beso en la frente.

Noelia: de nada cariño. Vamos a desayunar. - ella asiente y agarra mi mano.

Salimos de la habitación y bajamos al comedor, allí ya estaban los demás desayunando. Pongo a Elena al lado de Aiden y les ayudo a desayunar. Cuando terminan suben a lavarse los dientes y les acompaño a la puerta. Primero salen los mellis, luego Alex y luego Alicia. La miro con dulcura y acaricio su mejilla.

Noelia: estás mejor Ali? - ella sonríe con una sonrisa algo forzada.

Alicia: estoy un poco mejor desde que hablamos ayer, gracias por todo Noe... - me abraza y sonrío también abrazandola.

Noelia: no me las des cielo. - beso su mejilla y sube al coche con sus hermanos, el chófer los llevaba y los traía todos los días. - que os vaya bien mis niños. - ellos me sonríen, cierro la puerta del coche y les digo adiós con la mano.

Cuando se van entro en casa y desayuno con Maria antes de irme al trabajo. Desayuno tranquila con ella mientras hablamos, cuando termino me despido de ella y salgo de casa. Llego a la guardería y nada más entrar a la clase que me tocaba veo a Sandra colocando bien las pequeñas mesas para los niños, sonrío y carraspeo para llamar su atención. Ella me mira y abre los ojos al verme.

Sandra: Noeliaaa!!! - se acerca rápido a mi y me da un fuerte abrazo, rio tierna mientras le correspondo el abrazo. - pensaba que no te volvería a ver más, has tardado mucho en volver. - dice cuando se separa de mi.

Noelia: necesitaba tiempo... - miro la clase y sonrío dulce. - pero ya estoy preparada y con muchas ganas de ver a los peques. Les he echado mucho de menos.

Sandra: ellos a ti también Noelia. - sonrío grande y la ayudo poner bien las mesas y las sillas para cuando entrarán los niños a clase.

A la hora del recreo decido quedarme cuidando el patio y sonrío al ver a los niños jugar y correr de un lado a otro. Suspiro con algo de nostalgia al recordar cuando yo era pequeña. No tuve una infancia mala, todo lo contrario. Pero desde que murió mi padre todo cambió, sobretodo mi relación con mi madre. Desde que me vine aquí a Madrid no he hablado con ella, ni una llamada ni un mensaje. Desde que murió mi padre cambiaron muchas cosas, pero aún más cuando se volvió a casar. Los primeros meses aguanté pero decidí que hasta ahí. Me di cuenta que no era feliz y que nunca lo volvería a ser si me quedaba allí. Desde entonces decidí venirme para Madrid a empezar de cero y no me arrepiento de haberlo hecho. Conocí a mi amiga Andrea, la cual me ayudó desde el primer momento y gracias a ella todo fue menos complicado. Tuve mi primer trabajo aquí de camarera, luego empecé a buscar otro trabajo y me encontré con la familia tan maravillosa de Abraham y ese mismo día que los conocí me contrató de niñera para cuidar de sus preciosos hermanos. Y por último y gracias a sus consejos y su gran apoyo, estoy trabajando en esta guardería que tantas alegrías me está dando. Gracias a él conseguí mi sueño de trabajar en una guardería y jamás sabré como agradecérselo.
Durante los primeros meses en casa de Abraham, entre él y yo hubo mucha química, había una conexión especial entre nosotros, la cual después de más de 1 año de relación sigue intacta. Es como si hubieramos estado destinados a conocernos y estar juntos. Y así lo está siendo. Desde que me confesó sus sentimientos hacía mi y yo los míos hacía él, estamos juntos y recuerdo ese día como si hubiese sigo ayer. Cada día que pasa me enamoro más de él, él es mi único y verdadero amor y sé qué jamás habrá otro. Por qué mi vida empieza y termina con Abraham.

La casa de los Mateo {AM}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora