Capítulo 6. La prometida de Abraham.

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Narra Noelia.

Estaba con Andrea en el centro comercial. María me dio permiso para salir mientras los niños estaban en el colegio y aproveché para llamar a Andrea y quedar con ella. Entramos en una cafetería, pedimos algo para tomar y nos sentamos en una mesa algo alejada para hablar más tranquilas.

Andrea: que tal el primer día con los niños? - me pregunta mientras toma un poco de su café, yo me había pedido otro.

Noelia: muy bien la verdad, son unos niños muy adorables - digo con una sonrisa. - sobretodo los mellizos. Aiden es muy pillo y Elena.... esa niña es muy especial. Sabes? ella no habla desde que murieron sus papas... aún no he escuchado su voz y ojalá pronto pueda hacerlo. - suspiro mientras agarro mi café.

Andrea: pobrecita... la verdad que tiene que ser muy duro. - asiento y su cara cambia completamente, me mira con una ceja alzada y con cara pilla. Ya sabía lo que me iba a preguntar. - y... el hermano mayor? Abraham no? - asiento sonriendo sin poderlo evitar. - cómo es? es guapo? - río con mis mejillas sonrojadas.

Noelia: si... lo es. Es muy serio y habla poco, pero.... - sonrío cuando me acuerdo de la escena de esta mañana de él con el Elena. - también es muy cariñoso. Esta mañana ha desayunado con sus hermanos y antes de irme para aquí, María me ha contado que hacía mucho que no desayunaba con ellos, que él desayunaba en su despacho solo. - Andrea me mira asombrada y le cuento lo de la escena con Elena. - pero para mi lo más bonito ha sido cuando se ha despedido de ellos. Les ha dado un beso en la mejilla a cada uno y cuando se ha acercado a Elena, ella le ha abrazado, le ha dado ella el beso a él en la mejilla y le ha dicho que lo quiere. - sonrío con los ojos brillosos al recordarlo. - y en la cara de él apareció una sonrisa tan bonita que jamás habia visto en mi vida. Le dijo que también la quería y le devolvió el beso a su hermana. Te juro que ha sido lo más bonito que he presenciado en mi vida. A pesar de ser un chico serio y a veces gruñón, se que tiene su corazón y sensibilidad. Y lo he podido comprobar viéndole con su hermana. - sonrío enamorada mientras miro mis manos.

Andrea: ay Noe, conozco esa sonrisa... - la miro. - tú sientes algo por ese hombre, lo dicen tus ojos y esa pedazo de sonrisa. Te estás enamorando... - niego rápidamente y la miro.

Noelia: no Andrea, para nada.... No te voy a negar que me parece un chico muy guapo y atractivo pero... - suspiro mientras vuelvo a mirar mis manos. - si lo estuviera, yo sé que ese hombre jamás se fijaría en mí. Somos completamente diferentes....

Andrea: por qué? porque es rico? yo no creo que seáis diferentes, de hecho creo que todo lo contrario. Por lo que me cuentas de él parece un chico como cualquier otro, solo que tiene mucho dinero y una posición social que no todo el mundo tiene. Algunas personas cambian mucho por culpa del dinero y en su caso a él lo único que le ha hecho cambiar es la muerte de sus padres... que el dinero no le haya cambiado dice mucho de él, Noe... Y yo sé que a él no le importa ni la clase ni la posición social de las personas y no me hace falta conocerlo en persona para darme cuenta. - suspiro al escuchar a mi amiga, la verdad es que tenía razón. Le sonrío y la abrazo, es la mejor amiga del mundo.

Noelia: gracias, amiga. No se que haría sin ti - ella me abraza fuerte y acaricia mi espalda.

Andrea: ni yo sin ti.... - sonrío sin separarme de ella, nos quedamos un rato más y me despido de ella ya que tenía que volver a la casa de los Mateo, tenía que estar en casa antes de que ellos llegarán.

A las 12:00 llego a la casa y veo a Maria en la cocina, estaba haciendo la comida. Los niños salían del cole a las 14:00 y hasta las 14:30 no llegarían a casa. Estaba ayudando a Maria con la comida cuando llaman al timbre, voy a abrir mientras me limpio las manos con un trapo y abro la puerta. Me encuentro con una chica alta y rubia, se notaba que llevaba extensiones. Antes de que pudiera decir algo, ella me hace a un lado y entra sin más. Cierro la puerta y me quedo mirándola, ella se gira y me mira de arriba abajo con una mueca de desagrado.

Jesica: quién eres tú? y qué haces aquí? - me dice sin quitarme el ojo de encima. Esta quién se cree que es para entrar así en una casa?.

Noelia: perdona... - la miro de arriba abajo, tal y como me ha hecho ella a mí - pero eso debería de preguntártelo yo a ti. Tú ves normal la forma en la que has entrado en esta casa? - ella se acerca a mi quedando cara a cara y me mira seria.

Jesica: y tú quién te crees que eres para hablarme así? primero, a mi tratame de USTED y segundo, yo entro en esta casa como a mi me da la gana porque soy la futura señora de esta casa. Así que, espero que sea la última vez que te diriges a mi de esa manera, te queda claro?! - me mira seria y yo me quedo paralizada, Abraham está comprometido?. Yo asiento y la miro sin poder decir ni una palabra, no me lo esperaba para nada.

Noelia: yo... disculpe, señorita. No volverá a ocurrir, no sabía que usted era la.... prometida de Abraham.

Jesica: pues si, así es. YO soy la PROMETIDA de Abraham y me debes respeto. - me vuelve a mirar de arriba abajo - te vuelvo a repetir, qué haces en esta casa? quién eres tú?

Noelia: yo soy Noelia, la niñera de los hermanos de SU PROMETIDO. - recalco esas palabras como ella también lo ha hecho y me mira muy sorprendida, creo que no se lo esperaba y se ríe.

Jesica: no, en serio? - ríe fuerte y la miro sin entender que le hace tanta gracia. - tú? la niñera de esos mocosos? - se ríe más fuerte y me acerco a ella muy seria. Ella se deja de reír al instante y me mira a los ojos.

Noelia: que sea la última vez que los vuelves a llamar así delante de mí o si no... - ella me interrumpe y se me pone chula, conozco muy bien a las chicas como ella.

Jesica: o sino qué? no me amenaces, conmigo no te equivoques niñata.

Noelia: la que no se tiene que equivocar eres tú conmigo. Porque yo perfectamente puedo decirle al señor como te diriges hacia sus hermanos - la miro a los ojos demostrándole que no la tengo miedo. - y créeme que eso, no le va a gustar nada. - noto que traga duro, me mira seria y sale de la casa corriendo y hecha una furia. Sonrío orgullosa de mi y vuelvo con Maria a la cocina, los niños no tardarían en llegar.

La casa de los Mateo {AM}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora