3- Sofía Miller

8.6K 787 78
                                    

Llegue a mi casa en menos de 10 minutos, estaba tan cansada que no logré subir a mi cuarto. De pronto siento unas manitas tocar mi cara, logrando hacer que me ría antes de abrir mis ojos.

—Hola, mami— dice mi niña lanzándose sobre mis brazos, estando aún acostada, por cierto estoy en el sofá de la sala, hoy me dolerá todo el cuerpo.

— Hola, mi amor— le doy muchos besos por toda la cara— como amaneciste, veo que ya estás lista para el colegio— digo esto dejándola a un lado para levantarme— ya te preparo tu desayuno.

Y así empieza mi día nuevamente, no me quejo, mi hija es lo mejor de mi vida, su padre, si es que se le puede llamar así, éramos novios, pero un día estábamos en una fiesta y él se había puesto borracho, me tomo a la fuerza e hizo lo que hizo, y 2 meses después me enteré de que estaba embarazada.

Fue un golpe duro porque apenas veníamos comenzando la universidad, a él no le importa mucho mi embarazo y solo me dijo que abortara, claro que podía hacerlo, pero decidí que mi bebé tendría una oportunidad, que a mí mis padres me negaron.

Fui a dejar a Alexia a la escuela, esta vez si pude hablar con la maestra, es una mujer joven y muy bonita, se nota que a mi hija le cae muy bien.

— Hola, señorita Susana— le saludo a la maestra.

— ¡Oh! Hola, ¿usted es la mamá de Alexia Miller?

— Así es, Sofía Miller, para lo que guste, solo quería pasar para presentarme y preguntar cómo se adaptó mi hija, a lo cual ella me contó que hizo sus primeros amigos— le digo con una sonrisa.

— Sí, es una buena niña, se porta bien, hace sus deberes y es muy educada— alaga a mi hija, me hace sentir orgullo de ella, pues sé que es cierto— la agregáremos al chat de grupo de padres, por cualquier consulta que tenga.

— Estupendo, bueno, maestra, hoy vendré por Alexia, yo— le digo despidiéndome.

— Hasta pronto— dice ella con una hermosa sonrisa.

Tengo que hacer súper para la casa, ya que se ha acabado algunas cosas, subo a mi auto y emprendo camino al súper, estando ahí juro que sentí un olor tan más fuerte en mi vida, lo he sentido es como a rosas rojas con mezcla a vino, pase por cada pasillo para descubrir cuál era ese aroma, pero no lo logré, termino de pedir las carnes que necesito y me dirijo a la caja.

Estando ahí, puedo ver a un hombre, sé que ya lo he visto, pero no recuerdo donde. Y de pronto ese olor nuevamente, pero más cerca de mí, doy la vuelta y veo a esa mujer viéndome de arriba hacia abajo con una cara que no logro descifrar, me ve como si quisiera atracarme, me da un poco de miedo, trato de pagar lo más pronto posible para irme a mi casa.

Cuando estoy subiendo las compras a mi auto, la vida dándome muchas más señales de que no le caigo bien, se me caen los limones haciendo que estos se vayan por debajo de los autos.

— ¡Dios!— digo, para mí misma casi es un grito frustrado.

Cuando estoy por recoger el último para irme, veo alguien que sostiene uno de mis limones en su mano, volteo hacia arriba y es ella, casi por un segundo pude ver sus ojos de color rojo vino, su cabello castaño ondulado, se mueve como esos comerciales de televisión que tiene su cabello más sedoso de lo normal, sus pestañas largas y sus labios carnosos, casi me hacen pecar para poder probarlos.

— Creo que deberías tener más cuidado antes de que mates a alguien— dijo esto casi como un regaño— ayer me chocaste 2 veces, hoy casi me caigo por uno de tus limones— dice con una ceja levantada, yo sigo observándola desde abajo no he logrado ponerme de pie— si sigues así pensaré que quieres matarme.

Mirada CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora