28- Kamilla Dracula

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Antes que todo, prepara tu musica para deleitarte.... una eleccion por su autora sera: Mia Rodriguez: psycho

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Estaba sentada frente al sujeto que yacía inconsciente hace como 5 minutos, solo había sido 2 minutos que lo deje sin respirar y parecía que era una eternidad.

-¿Quién eres? - hablo casi sin aliento.

- Me llamo Kamilla - cruce mi pierna y recosté mi espalda en la silla.

- ¿Qué quieres de mí? - empezó a desesperarse - te has equivocado de persona.

- ¿Te llamas Patrick Smith? - enarqué una ceja.

- Si - dijo tembloroso.

- Pues no, no me he equivocado - le sonreí pasando mi lengua por mis colmillos, hacía meses no torturaba a nadie, que bien se sentía.

- ¿Te he hecho algo? ¿Algún familiar tuyo que se haya atendido conmigo? - empezó a enumerar tantas cosas - dime que es y podemos arreglarlo.

- Acaso te piensas que ¿podrías hacerme algo a mí? - descruce mis piernas y acerque mi cuerpo a él - no es a mí a quien le has hecho daño.

- ¿Dime a quién? - sonaba desesperado.

- Sofía Miller - saboreé cada letra de su nombre.

Pensamiento Patrick: Esa perra me las pagará.

- No sé quién es - primera mentira.

- ¿A no? - me hice la ingenua.

Pensamiento Patrick: maldita loca, cuando salga de aquí la mataré.

Y como si mi cuerpo tuviera vida propia, me levante tan rápido y lo estampe a la pared, escuche un crujido de sus costillas «ojalá estén rotas»

- Nunca la volverás a tocar - mi voz sonaba más aguda - ni siquiera te atrevas a ponerla en tus pensamientos.

- No... se... de quien .... hablas - decía casi sin voz - por..favor...

- Sabes bien quién es ella - le apreté más el cuello - no sabes cuanto voy a disfrutar arrancarte cada dedo.

Lo tiré al suelo, me acerqué a él, saque mis pinzas para cortar cables.... esto será divertido.

- Dime de cuál dedo te quieres despedir primero - empecé a menear la pinza - si no eliges te cortaré dos.

- Por favor no - lloriquea, maldito, eso no pasaba cuando estaba abusando de ella.

- A la cuenta de tres - me acerqué a él.

- Hablemos más calmados - rogaba.

- Uno - un paso más.

- No tiene que ser así - su corazón estaba casi por explotar.

- Dos - qué divertido.

- Quieres dinero - su mente era un caos - te daré todo el dinero que quieras.

- Te crees que necesito dinero - me reí en su cara - lo que necesito es que escojas un dedo.

- Estás loca - me grito.

- Bueno, entonces serán dos - le tome la mano y lo mire - tres

Corte su pulgar y su meñique, eran gritos los que daba, la sangre corría por su mano, y por primera vez me dio asco, pero era la sangre de él la que me daba asco, solo pensar en todo lo que le hizo a Sofía, me daban ganas de acabar con él en ese mismo instante, pero no será rápido.

Mirada CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora