23 - Sofía Miller

8.4K 765 111
                                    

Salí de mi oficina tan pronto como pude, no sé qué me paso, en un momento mi cuerpo estaba poseído por sus manos, me sentía caliente, necesitada de su toque. No entre al baño a limpiarme mi entrepierna, solo porque no quería que ella se diera cuenta, pero me sentía tan húmeda que parecía que había tenía un orgasmo.

- Doctora - Andrea se encontraba con mi paciente - el señor Henry, responde bien al tratamiento, sus niveles están en orden.

- Bien - dije algo irritada - si sigue así, mañana le daremos el alta.

No espere su respuesta, me sentía sofoca, irritada, dolida. Ella me había subido al cielo y me dejo en medio del infierno. Subí hasta mi oficina encerrándome en el baño, ¡Puta madre! Mis bragas estaban empapadas, me dolía tanto, quería liberarme. Desde que tuve Alexia no había tenido sexo, ni siquiera me había dado autoplacer, no me había excitado tanto hasta este día.

- Cuanto te odio Kamilla - murmure malhumorada.

No quería tocarme, no era algo que va conmigo. Gracias al cielo mantenía ropa en mi oficina, me cambié de ropa interior y guardé las que estaban empapadas.

Salí de mi oficina tratando de no pensar en nada relacionado con sexo y Kamilla. Desocupe mi mente de ello y me puse hacer rondas, atender pacientes en urgencias y así mi tiempo paso rápido.

********

Me encontraba saliendo del hospital para irme a mi casa, quería tomar una ducha larga y superhelada.

- Sofía - grito alguien detrás de mí - espera.

- Hola - le sonreí cordialmente - dime

- ¿Tienes tiempo? - pregunto Erick.

- Uhm.... bueno voy directo a mi casa - miré a ambos lados - solo quiero salir de aquí.

- ¿Día complicado? - frunció su ceño.

- Ni te imaginas - alguien me había dejado tan caliente que aún andaba adolorida.

- ¿Puedo preguntar algo? - se puso serio.

- Claro.

- ¿Te gustan las mujeres? - qué repentino cambio de tema.

- Bueno, creo que es algo que no debería importarte - me sentí ofendida - mi vida privada es eso, privada.

- Perdona mi imprudencia - asentí.

- ¿Eso era todo? - me quería ir ya.

- La mujer esa, de cara seria - se refería a Kamilla - esta muy al pendiente de ti.

- Te lo diré porque no me gusta para donde va esta conversación - suspire pesadamente - estoy interesada en alguien más, no eres tú, lo digo porque no quiero malos entendidos.

- ¿Es ella? - fruncí mi ceño, a él eso no debería importarle.

- Te lo dije - dije alzando la voz - es mi vida privada - abrí la puerta de mi auto - si me disculpas me voy.

- Claro - hizo una mueca de desagrado.

Conduje lo más rápido posible a mi casa, solo había una persona que podía calmarme. Estacione mi auto y salí dando un portazo. Espero que mi irritabilidad no sea tan notoria.

- Mama - salto mi hija del sofá cuando me vio.

- Hola, cariño - la levante del suelo - ¿cómo te fue hoy?

- Bien, la maestra me felicito porque fui la nota más alta de la clase de historia - me cuenta contenta.

- Felicidades - le doy un beso y la bajo.

Mirada CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora