Mirada Carmesí

46 - Sofía Miller (parte 2)

No me odien tanto, este capítulo es el más fuerte que verán y tengo mis motivos, solo quiero decir que si deciden irse, lo entenderé.

Dicho esto, lo leen bajo su propia responsabilidad.

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El móvil cayó de mis manos y todo quedo suspendido en el tiempo, mi temor más grande se hacía realidad, me negaba a que sea ese motivo; aún no estaba lista para enfrentarme a la cruda realidad, pense que tendría más tiempo.

- Aquí tienes - me saco del trance en el que estaba - ¿qué tienes?

Me le quedé viendo fijamente, pero no era a ella a quien veía, era a la nada, procesando todo, necesitaba que mi cuerpo reaccionara, mi voz interior me gritaba que necesitábamos movernos, pero mi mente y todo mi cuerpo estaban congelados, el pánico invadió mi corazón y mi mente se nubló.

- Dime que tienes - se acercó a mi - me asustas.

- Alexia - susurré.

- ¿Que pasa con ella? - me sacudió - Sofía, reacciona ¿qué pasa?

Fue mi llamado a la realidad, mi cuerpo al fin obedeció y se activó, había salido del encanto de mi pequeña burbuja de felicidad y la realidad golpeaba con olas destructivas mi mundo entero.

- Debo irme - me levanté.

Comencé a vestirme sin siquiera tomar en cuenta nada, yo era un robot que estaba programada para esta situación, debía actuar como doctora y no como la madre del paciente, si quería que esto funcionara mi cerebro debía separar ambas situaciones.

- Sofía, detente - me detuvo - ¿qué pasa? ¿Pasa con Alexia?

- Al hospital - agarre su bata - llévame al hospital.

Kamilla entendió el mensaje y a toda prisa se cambió, solo podía sentir el viento golpeando mi rostro, tanto ella como yo nos vestimos en tiempo récord, yo solo quería llegar cuanto antes y que todo lo que pasaba por mi mente sea una mentira mal jugada de mi propios pensamientos.

- Vamos - tomo mi mano y me llevo hasta el auto.

Yo era la doctora, pero ella estaba más preparada que yo, en cuestión de segundos me tenía con el cinturón puesto y el auto en marcha, mis oídos estaban con un sonido sin terminar. Mis ojos picaban por querer llorar, pero no podía, aún no quería llorar.

- Por favor reacciona - su voz llegó a mis oídos.

- Kamilla ¿qué haré? - mi voz apenas era audible.

- Todo estará bien - tomo mi mano - debe estar bien.

De pronto las ganas de vomitar llegaron a mi, tenía un nudo en mi garganta, cerré mis ojos y busqué la calma que necesitaba, era un momento muy delicado y no era para estarme poniendo débil, mi hija me necesitaba fuerte.

- Rápido, por favor - mi pierna subía y bajaba.

Kamilla le importo una mierda el exceso de velocidad y aumento íbamos casi a 220 km/hora, tome su mano con fuerza, se concentró en llevarnos hasta el hospital, no sé qué haría si este momento no estuviera conmigo.

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Apenas estacionó el auto salí corriendo hacia la puerta de emergencia, solo sentí cuando estaba a la par mía. Camine a toda prisa entre medio de las demás personas que había ahí.

- ¿Dónde está?

- Doctora - la recepcionista me miró - la llevaron a la habitación 36 en él área de pediatría.

Salí corriendo hasta la parte de pediatría, mis nervios iba a mil por hora, solo quería que todo sea una mentira.

- Dios, que todo esté bien - rogué al cielo, alguien me escuchara.