Epílogo

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2008

Despertó adolorido en una cama. Esa no era su cama, no olía a flores, olía a manchas de sangre y otros fluidos corporales, las sábanas eran muy duras, no se sentían cómodas en lo absoluto, le raspaban en exceso la piel, dejándosela más roja de lo que de por si ya la tenía por la noche de ayer.

Giró su cuerpo y miró al rostro de Yang durmiendo, su ahora esposo y padrastro de sus hijas.

¿Cómo es que las cosas habían acabado de esa manera tan bizarra?

Ese triste día en el que el único dueño de su corazón pasó a un mejor lugar donde ya no sufriría de dolores espantosos por sus lesiones; no pudieron hacer un gran funeral, puesto que temía de que la mafia Leeng se enterara sobre aquella tragedia, además de que no quería ver la cara de los asesinos de su amado, era obvio que quien recetó esos medicamentos con químicos dañinos incluidos no fue ni más ni menos que el ex-cirujano Yang y el cirujano Seungmin, los único que sabía que medicamentos eran dañinos en ciertas cantidades no aptas para su consumo y los cuales tenían una buena razón para quitarle la vida a su difunto esposo.

Minho fue la última persona que entró al cuarto y vió a Changbin con vida, lo mató a apuñaladas por la espalda y fue de chismoso con sus cuates para contar la noticia en un tono cínico y burlón, riéndose de que eliminaron a un peón que mucho o nada les servía, ya tenían un reemplazo, el pelinegro no les servía herido, además de que lo consideraban un traído por habérsele enfrentado al líder del grupo, por lo que aprovecharían el momento de cuando más débil se encontraba para matarlo.

El funeral se llevó a acabo en la misma iglesia donde se casó con Hyunjin, esa que antes fue protagonista de el día más feliz de la pareja, se convirtió en el peor para el castaño al ver el ataúd y saber quien se encontraba adentro le partió el alma.

Sus hijas estuvieron igual o peor que él, no dejaban de llorar junto al féretro de su difunto padre. Invitó a su familia y a la de Changbin, a algunos amigos de la lucha libre del pelinegro, a Felix, a Christopher y a Namjoon, quienes se encontraban en estado de shock.

La lluvia no se detuvo durante el resto de ese mes, de hecho, se incrementó considerablemente y el clima se volvió muy frío.

— Hyunjin — lo nombró una voz que le heló la sangre y lo obligó a mirar por el rabillo de su ojo mientras se limpiaba las lágrimas.

En la iglesia se hizo presente un tenso ambiente al hacer contacto visual con Jeongin, ese hombre que merecía estar en el mismo infierno.

— Lárgate, no quiero verte — ordenó firme haciendo lo posible para que el monstruo frente a él no enfocara la vista en sus desconsoladas niñas.

— Lamento lo de Changbin, era un g-

— ¡¡No te atreva' a decir que lo sientes cuando fue tu maldita culpa!! ¡¡¡Vete de aquí!!! — exclamó levantándose de pie con rabia en su interior, no creía que ese diablo tuviera el descaro de pararse en el velorio de algo de lo que era totalmente responsable.

— Tranquilízate, no sabes que fui yo.

— ¡¡¡¿¿¿Qué no se que fuiste tú quien le recetó medicamentos tóxicos para su cuerpo???!!! ¡¿Qué no se?! ¡¡¡Destruiste mi vida!!! ¡¿Qué chingados quieres ahora?! — gritó provocando un eco aterrorizaste para los demás, se ganó las malas miradas de la familia de Changbin, en especial de su madre, quien desde que se enteró de la noticia del fallecimiento de su hijo, maldijo de por vida a Hyunjin, puesto que a ella jamás le agradó y lo único que quería es que se mantuviera lejos de su primogénito. Lo detestaba.

Ninguna madre debería de soportar el dolor de darle la vida a un hijo y estar presente el día en el que ya no lo tiene. Todas esas malas emociones se las transmitía al menor con una mirada intimidante.

El Luchador (ChangJin - Skz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora