27. Dulce y cálido hogar

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1998

Ocho bellos años transcurrieron desde su boda, se habían convertido en un matrimonio casi que ideal, pese a sufrir de sus peleas de vez en cuando y enojarse por algo que hizo el otro, terminaban disculpándose, llorando en conjunto y saliendo a la playa a despejarse de sus problemas o tomando un baño juntos en el que se consentían mutuamente.

La fama de Changbin como Mictlantecuhtli era cada vez mayor, ya había conseguido meterse a competir a la WWE, aunque claro que al tratarse de un nivel de lucha un tanto más profesional y avanzado, no ganó todos sus campeonatos, pero si truinfó en la mayoría de estos, trayendo consigo más admiradores y gente que criticaba su estilo de lucha al considerarlo demasiado femenino y que debería de meterse a la competencia de mujeres.

Ignoraba esos comentarios e intentaba mejorar en el ballet con ayuda de Christopher y en sus entrenamientos normales lo acompañaba este mismo con Felix, no quería volver a distanciarse de este. Los entrenamientos eran muy divertidos para los 3, en especial para el pelinegro que en cada oportunidad que se le presentaba, hacia que los enamorados (los cuales aún no eran nada) tuvieran algún rose romántico.

Y sobre su otro trabajo, estuvo en descanso durante un año y medio, por lo de su boda, la Luna de Miel y porque las secuelas de ese horrible día aún lo perseguían. Sufrió uno que otro ataque de psicosis y paranoia al revivir su acto tan atroz, el pánico de no saber que le sucedería a su mente y de que sería capaz de hacer. Tenía miedo de sí mismo como jamás lo tuvo de una persona, ni si quiera de Yang o Lee, su fobia iba más allá que eso, era pavor de vivir un día más sin saber que ocurriría con él.

Así que al estar mentalmente incapacitado, le contrataron un psiquiatra y a decir verdad si le ayudaba bastante para que su estado regresara -quizás no al 100%- pero qué no sufriera de ansiedad y paranoia. Gran parte de su consciencia estaba echa trizas.

Regresó a su sucio trabajo al calificar como mentalmente estable de nuevo.

Por parte de Hyunjin, las cosas iban mejor que nunca, casi siempre era el estelar en sus obras de ballet, su técnica era implacable y admirada por muchos, finalizó la universidad, quedando como uno de los egresados con más talento que halla pisado aquella escuela, incluso le pidieron pintar un mural en la fachada del edificio. En ballet era un ícono casi en su grupo, el hecho de ser alto, delgado y atlético le daba muchos puntos extras al momento de realizar los pasos.

Reconocimientos a cerca de su trabajo como muralista se iban haciendo presentes, llegó a tal punto de que en la Ciudad de México fue solicitado para decorar las calles y darle un poco de vida.

Interpretando a Dai, también le iba bien, daba espéctaculos los días lunes, jueves y viernes de 9:30 hasta las 11 de la noche, se divertía mucho y no sentía esa sensación de que el pelinegro no lo amara por eso, puesto que él mismo se lo había dicho ¿no? Casi no tenía contacto con Yang, podía notar su presencia al subirse al escenario, sus ojos rasgados se centraban en él, eso lograba ponerlo un poco incómodo, sin embargo, mientras la música iba subiendo y la ropa se le salía, se olvidaba de eso.

Trabajaba en el table, de muralista y pintor, en el teatro musical y administraba un restaurante de mariscos en la playa. Felix le dió la idea de un restaurante con tématica del mar, en la playa y con decoraciones que los niños pequeños y las familias pudiersn disfrutar. Las paredes del interior fueron pintadas por el castaño por su puesto, eran animales marinos en forma de caricatura, las lámparas tenían forma de medusas rosadas, las mesas y sillas estaban inspiradas en conchitas de mar, había juegos infantiles y un menú bastante extenso para gente de todas las edad y con todas las condiciones.

No les iba nada mal, cada uno estaba feliz con los progresos de su vida personal y en pareja, el nivel de confianza que ambos tenían en el otro era inimaginable, cualquier cosa que les sucediera -a excepción en el table o secuestrando- lo platicaban y les fascinaba pasar tiempo en pareja haciendo cualquier cosa pese a tener unas agendas muy movidas -en especial Changbin, Hyunjin por lo general en las tardes quedaba en casa- encontraban un espacio en el que comían juntos en el restaurante del güero, paseaban por el muelle, pintaban algo juntos en el cuarto de arte de del menor o se ponían a ensayar pasos de ballet clásico y folclórico.

El Luchador (ChangJin - Skz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora