4. Veneno

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¿Por qué ningún traje le podía quedar bien? El diablo, ya se había probado 5 distintos esmoquins y todos le apretaban de los hombros, la espalda o el pecho y le daba pena pedir una talla más grande porque las siguientes ya eran para gente gorda. Su novio en cambio, el primero que le entregaron le quedo perfecto y le hacia resaltar su figura: unos bonitos hombros, pequeña cintura y muslos fuertes.

Estaban en una tienda elegante de una plaza, en una de las más fifis que podían existir, pero pues ni modo, a cumplirle el caprichito al príncipe, que había sido invitado a los XV's de la hermana de uno de sus amigos de la prepa y le habían entregado 2 boletos para que invitara a su galán y tuvo que cancelar un entrenamiento que igualmente fue pagado porque pues era Felix y sabía que tenía necesidad aunque le diera vergüenza decirlo porque algunos vulgarmente le conocían como "la zorrita de los billetes" aunque x, al menos se hacía responsable y daba lo mejor de sí.

— ¿A quién demonios se le ocurre hacer una fiesta de etiqueta con el mismo infierno como clima? — se quejó el mayor dentro del vestidor probándose otro traje más grande.

Hyunjin soltó una risa mientras se veía al espejo y posaba con su traje ya puesto, uno negro por completo con una corbata morada porque era el color del que la festejada traería su vestido.

Lastimosamente, tuvo que deshacerse sus trenzas porque conocía la familia de la cual su cuate venía, de mucho dinero y mucha clase, Seungmin era el único raro de toda la preparatoria que asistía con trajes no tan formales pero bien planchados, con cobarta y zapatos boleados, bien peinado hacia atrás, siempre impecable. El día que llegaba desarreglado, temblaba o algo pasaba.

Así que por obvias razones, no llegaría a la fiesta con huaraches, sus trenzas y su playera de las Chivas del Guadalajara.

Changbin salió del cubículo con cara de querer matar al diseñador de la prenda que estaba usando, a la camisa ni si quiera le cerraban los primeros 5 botones, y ni hablar de como le apretaban las mangas.

— Hola — saludó de mala gana respirando hondo para no perder la paciencia.

— Te ves muy guapo — coqueteó tocándole el pecho, más exactamente, en los pectorales — Hay que llevarnos este para divertirnos un ratito — le guiñó el ojo y le pasó la lengua por toda la longitud de su cuello, el mayor se ruborizó y lo acercó a él agarrándolo de la cintura y dejando que paseara el sinhueso en él.

— ¿Le quedó bien ese caballero? — un empleado entró para interrumpir su momento, el pelinegro por poco y avienta a su novio estrellándolo contra el espejo.

— Me aprieta — contestó apenado sintiendo la mirada pícara del menor sobre él, bueno, en si tenía la culpa de siempre decirle eso.

— Le conseguiré una talla más grande — aseguró el joven saliendo del probador.

Hyunjin, sin perder un solo minuto, saltó hacia el mayor rodeándo su cintura con sus piernas y juntando sus bocas con un ardiente beso que el más bajo sentía que le quemaba los labios y le dejaba deseo de probar más.

Unos minutos después, por fin le entregaron un esmoquin que le quedaba un poco flojo que al menos le cerraba del torso, después fueron a buscar los zapatos; fue mucho más fácil, no tardaron casi nada, luego se comieron un elote con chile al salir de la plaza para a continuación dirigirse a la casa del menor para alistarse y quizás darse un baño.

🥊

El salón de fiestas no era para nada modesto, parecía más el de un castillo de la Edad Media, era gigantesco, con paredes y pisos de mármol, las columnas estaban decoradas con flores moradas muy bellas, los centros de mesa eran un tacón brillante violeta, la mesa de dulces contaba con la misma paleta de colores.

El Luchador (ChangJin - Skz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora