Evolución • JJK (COMPLETA)

Diecisiete

Capítulo 17
Resistencia

—¿Qué haremos ahora? —HyoIn estaba inquieta caminando de un lado a otro en la habitación. JungKook no sabía que pensar, la chica tomó asiento en la cama llevando sus manos a su cabeza. El chico al verla así se acercó agachándose frente a ella—¿Debemos entregarnos acaso?

—Oye, mírame—tomó sus manos observando esa mirada oscura—Si dejamos que la angustia nos controle será peor.

La joven miró sus manos juntas notando aquella luz que ya era costumbre. Era extraño, pero JungKook ya no se sentía débil cuando lo tocaba, en su lugar se sentía más fuerte y lo mismo ocurría con ella, al menos eso sentía en ese momento. Una extraña energía de seguridad la invadía.

—Se llevaron a TaeHyung.

—Supongo que esa persona estaba allí y no lo notamos.

—NamJoon y YoonGi también fueron atrapados. Si ese hombre entra en tu cabeza...me atacarás de nuevo—notó el temor en su voz—Estaré sola, no quiero quedarme sola de nuevo.

—No te dejaré sola.

HyoIn lo abrazó dejando que la rodeara con sus brazos. Tenía miedo, estaba confundida, no entendía porque los estaban siguiendo, suponía que era por los poderes, pero... ¿Sería mejor entregarse o seguir huyendo?, JungKook dio suave palmaditas a su espalda esperando calmarla. HyoIn respiró profundo recostando su cabeza de su hombro.

—¿Qué haremos ahora?

—No lo sé. Pero no quiero que te angusties, ¿De acuerdo? —se separó sólo un poco para verla—Saldremos de esto, sé que debemos ir por los demás, pero primero debemos ocuparnos de nosotros, armar un plan.

HyoIn colocó su mano en su mejilla acariciándola.

—Realmente estoy acostumbrada a ti. Estaría peor sin ti aquí.

JungKook sonrió ante eso. Colocó su mano sobre la de ella acariciándola, ¿Por qué disfrutaba eso? De repente, una extraña burbuja los envolvió, sólo existían ellos dos. Había una chispa y no precisamente por el toque.

Los golpes suaves a la puerta interrumpieron, ambos voltearon allí y JungKook se levantó, HyoIn se aferró a su mano, éste le indicó que estaba bien. Se acercó a la puerta mirando por el ojo de ésta, un chico desconocido se encontraba allí.

—¿Es él? —susurró HyoIn acercándose a él. JungKook negó con la cabeza indicándole que guardara silencio.

Los toques a la puerta se hicieron más insistentes.

—¿Hay alguien aquí?, creo que deben salir ahora mismo, viene por ustedes.

—¿Quién es? —la chica movió sus labios sin generar algún ruido.

—¿Quién eres? —JungKook sostuvo el pomo de la puerta con sus manos. El chico era de cabello oscuro y delgado, no dejaba de ver a los lados de aquel pasillo.

—Mi nombre es Jung Hoseok, soy como ustedes. Puedo explicárselos luego, pero deben salir de aquí.

—¿Por qué deberíamos confiar en ti?

—Porque soy el único que puede ayudarlos.

JungKook y HyoIn intercambiaron una mirada. El chico le indicó que tomara sus cosas, la pelinegra recogió los bolsos de ambos, una vez JungKook lo colocó en su espalda abrió la puerta manteniendo a HyoIn detrás de él, ésta se aferró a su chaqueta por detrás.

Hoseok parecía ansioso.

—Síganme, Jin debe estar esperándonos.

Ambos lo siguieron en silencio manteniéndose alerta, JungKook estaba dispuesto a usar su poder si notaba algo extraño, afuera del hotel esperaba un auto blanco, dentro había otro chico tan joven como Hoseok.

JungKook se detuvo en el acto negando con la cabeza, su vista se tornó borrosa y podía sentir algo o alguien introduciéndose en su mente. HyoIn preocupada apresuró a subirlo al auto, un tardo aturdido se quejó tocando su cabeza forcejeando mentalmente con ese alguien.

—¿JungKook?

—Está intentando entrar en mi cabeza.

—Conduce rápido, hyung—Hoseok se dirigió a Jin. Éste no dudo en acelerar alejándose del hotel, HyoIn sostuvo la mano de JungKook y tal como esa vez entró en la mente del chico, sólo que en esta ocasión pudo ver a quien intentaba controlarlo.

—Realmente es impresionante el parecido—el hombre era joven, más alto que HyoIn y diría que más musculoso que JungKook, todo a su alrededor era blanco, no había puertas ni ventanas—Necesito que vengas conmigo, HyoIn.

—Deja a JungKook en paz.

—No puedo, tengo órdenes.

—¿Por qué haces esto?, no hemos hecho nada, deja ir a los demás...

—No puedo hacer eso. Tengo estrictas órdenes donde tú y JungKook deben venir conmigo, la diferencia es que no puedo controlar tu mente.

HyoIn se sorprendió. Si él no podía entrar a su mente tenía una ventaja, ¿Si llegaba a tocarlo podía entrar a la suya?, la chica tomó esa ventaja acercándose rápidamente a Taecyeon, tocó su mano pudiendo ver aquel laboratorio de sus sueños, había una mujer rubia, era HyoIn con cabello rubio y bata blanca, al mismo tiempo había un hombre físicamente como JungKook, ¿Era él?, Taecyeon se encontraba desorientado en ese recuerdo, varias imágenes salteadas aparecieron provocando un fuerte dolor de cabeza a la chica. Interrumpió la conexión liberando a JungKook del control mental.

—HyoIn—el chico notó el hilo de sangre que salía de su nariz. Acto seguido, ella se desmayó en sus brazos más pálida de lo normal.

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Su cuerpo se encontraba sobre una camilla. Estaba atada a ella con varios cables conectados a sus brazos, la niña no dejaba de ver lo que le rodeaba, tenía frío con aquella bata de hospital, sus pies descalzos estaban helados por la baja temperatura del lugar, miró a su derecha encontrando una bandeja con diferentes instrumentos quirúrgicos incluyendo jeringas, a su izquierda había una pantalla de rayos X. El sonido de unos tacones le hizo mirar a la mujer de cabello rubio y liso acercarse con una pequeña sonrisa, tenía una bata blanca.

—Tranquila, sólo haremos unos exámenes de sangre—la niña reconoció quien era. Solía verla cuando estaba en la cápsula—Esto es nuevo para ti y 901, es normal que estés desorientada—con una pequeña linterna iluminó sus ojos, la niña parpadeó varias veces encontrando molesta esa luz—Mi nombre es Choi ChaeMin, ¿Puedes decir mi nombre, 001?

La pequeña de cabello azabache movió sus labios pronunciando las palabras con cuidado.

—Chae...Min.

—Muy bien. Debemos ayudarte con tu lenguaje, ¿Puedes decir mi nombre completo?

—Choi ChaeMin—esta vez fue más claro.

—Perfecto, no te preocupes, te enseñaré poco a poco.