Macho pecho peluo © (BORRADOR)

Capítulo 21

Capítulo 21

Scott me pasa buscando en un auto lujoso. ¿Así se gana la vida? Porque no entiendo si solo juegas y ganas tanta plata como la de un príncipe europeo.

—La próxima vez sé más discreto. Pensarán que eres el hijo del presidente —le comento y se echa a reír.

—¿Hay una próxima vez?

—Lo digo en sentido figurado.

—Claro. Así es como me adoras: me llamas desesperado y ahora dices que la próxima vez no sea tan llamativo.

—Créeme que no me gustas para nada, Scott. Es simple modestia.

—Fingiré que no escuche esa parte.

Durante el camino es incómodo en cierta parte estar con Scott, porque te hace sentir tan bien que no sé cómo agradecerle ni tampoco decirle la verdad. Una parte de mi dice que es mentira y la otra verdadera. Sé que el tipo me tiene aprecio y es una persona que hace lo que sea para estar contigo sin importar las circunstancias. Sin embargo, es como si le debiera la vida, él sabe que tiene partido y aun así hace tiempo para soportar mi capricho de verlo porque no tengo nada que hacer y odio estar sólo.

Llegamos a una casa tan grande que parece una urbanización. Me siento más incómodo aún porque no estoy acostumbrado a estos lujos. Mi familia es de clase media, tenemos algunos terrenos, fincas, pero algo muy sencillo. Mis padres se ganan la vida de cualquier modo y hacen el sacrificio de darme lo que necesito, pero no somos como la familia de Scott que tiene tanto dinero que pueden hasta regalarlo y todavía les sobra.

Vamos a un área donde hay piscina y todo. Siempre he querido aprender a nadar, pero como todo se me olvida prefiero no hacerlo, pues no vaya a ser que me ahogue y termine muerto.

—¿No vas a entrenar?

—Ayer lo hicimos y merezco un descanso.

—¿Y el partido?

—Por alguna razón, el equipo contrario se les retraso el vuelo y jugaremos el sábado.

¡Maldición! Quería ver ese partido. Al menos tengo entradas vip para la próxima y no tendré excusas de no ir. Solo espero que Will pueda ir, me da pena lo que esté pasando. Es como si me doliera si le llegara a pasar algo malo.

—¿Quieres nadar?

—No, gracias. Prefiero quedarme aquí sentado y sólo.

En menos de diez minutos, llegan dos chicas una más bella que la otra y se zumban a la piscina como si fueran de su propiedad. Después a la media hora, hay tanta gente que no sé ni cuántos son y quiénes son. Scott conversa con dos chicos cuyos cuerpos son tan brutales como los de la portada de una revista de moda.

—Esto es una locura —pienso en voz alta mirando hacia mi alrededor. Definitivamente no es mi ambiente. Es algo que no me pudiese acostumbrar jamás.

Recibo una llamada de Will.

—¿En dónde estás?

―No es tu problema en dónde este.

Es como para no ser tan evidente y decirle que estoy en casa de Scott. No quiero que ninguno se pelee y empiecen a volverse como locos. Es mejor mentir.

—Ya veo. ¿Me podrías indicar la dirección? Necesito decirte algo importante y no puedo esperar más.

—No sé cómo llegar, Will. Vine en auto.

—¿Me podrías pasar al idiota ese que se cree mejor que los demás, por favor?

Le doy el teléfono a Scott interrumpiéndolos en su totalidad. Ambos están hablando y me genera curiosidad saber de qué hablan. Scott refunfuña y parece molesto, se aparta de los demás y me lleva hasta el interior de la casa. Cuelga y sonríe.

—A veces mi padre invita gente idiota a mi casa. Ya todos se van a ir.

—Interesante.

—El idiota ese viene hacia acá porque quiere decirte otra estupidez.

—Ah.

¿Está celoso acaso o finge que no le interesa?

—Odio cuando estás con él. Me enferma.

—A mí me fastidia también.

Claro. Casi todos los ex novios de Scott son unos tipos altos, fornidos y con billete en banda. Tienen más cuerpo que los tipos que hacen gimnasio. Y las chicas ni se diga, parecen sacadas de una revista playboy. No entiendo si conoce tanta belleza junta, ¿por qué no están con ellos?

—No hagas esa mueca o juro que te besaré sin importar que haya personas a mi alrededor.

Trago saliva y siento su perfume. Lo detengo con mi mano y no es capaz de besarme. Ese maldito perfume lo he querido comprar desde que salió porque me mata literalmente, huele rico y es uno de mis preferidos. ¿POR QUÉ ESTE TIPO USA TODO LO QUE ME GUSTA? Es como si lo hiciera a propósito.

—¡Aléjate!

—Jamás.

—Déjalo en paz.

Y allí es cuando la guerra amorosa comienza.