Capítulo 12

21 2 0
                                    

Capítulo 12

El acto, las gracias, diplomas, y demás protocolos aburridos. El capítulo de una parte de mi vida ya está finalizado. Me siento genial no tener que verle la cara a los imbéciles, sobre todo a William. Al fin me voy y no lo volveré a ver más nunca en la vida.

Nos unimos con Britt y su familia más el padre de Phill. Planean ir hacia un restaurante para celebrar y yo sinceramente no tengo muchas ganas de ir. Necesito dormir y prepararme para mañana. Será genial e interesante largarme de mi ciudad para establecerme en otra.

Will abre paso junto a sus padres y como debo ser cortés y no actuar grosero, me presento ante ellos de manera formal y ellos hacen lo mismo conmigo.

De verdad no quisiera que se enterarán lo que hace su hijo conmigo ya que primero ya está borrado y es pasado, no quiero echarle la culpa porque no vale la pena. Por mí que se joda él solito.

—Will, debemos irnos —dice su padre con voz gruesísima—. Encantado, Cristopher.

Asiento sin decir nada y me volteo hacia los demás. Scott fija la mirada en mí y me pone nervioso, no me gusta que me observen de esa manera, no necesito un guardaespaldas.

—Felicidades, Cristopher —se aproximan varias chicas y me contento demasiado. Les digo lo mismo y se retiran sonriendo.

—Es una pena que las deje solas —digo en voz alta y todos voltean a verme como si fuera un espécimen raro.

—Por favor, hijo. Tienes a Scott y a William, ¿qué más quieres? —comenta mi madre sonriente.

Este... ¡Demonios! ¿Por qué la humillación?

—Nosotros encantados de que formes parte de la familia —dice la madre de Scott una señora muy elegante.

Bueno...es el momento de reírse. No me queda de otra. Scott se ríe de mi actitud y no comenta nada. A mí no me parece gracioso, sin embargo, para no ser oveja negra me quedo en silencio.

—No sabía que tus papás venían, Britt —le dice Phill a Britt.

—Yo tampoco, pero es genial tenerlos de vuelta a casa.

—Scott y Cris en el auto de Scott, porque no cabemos todos —al oír eso me molesto un poco.

Al ver su estúpido auto me da rabia, es hermoso, adoro su color y se ve interesante. Ingreso en el Porsche y me siento una celebridad. Scott pone una canción que la podría cantar en cualquier parte del mundo.

If I told you this was only gonna hurt

If I warned you that the fire's gonna burn

Would you walk in?

Would you let me do it first?

Do it all in the name of love

Would you let me lead you even when you're blind?

In the darkness, in the middle of the night

In the silence, when there's no one by your side

Would you call in the name of love?

—¿Te gusta Martin Garrix?

—Claro. Es genial.

Luego coloca Alone de Alan Walker. ¡Dios! Demasiado bueno.

—Tienes buena música, en serio que sí. Me gustan demasiado.

—Si, lo sé. A mí me gustas tú y demasiado.

¡HASTA AHÍ ÍBAMOS BIEN! ¡Dios! A veces quisiera ser espantosamente horrible, pero admito que mi sensualidad es perturbada por seres incompetentes que no me gustan para nada.

—Muero por besarte, pero no lo haré hasta que tú me lo digas.

—Te irás a secar vivo, porque no lo haré jamás.

—Eso no lo sabes.

—Si, porque estoy clarísimo que amo a las mujeres.

Él se ríe y vuelve al volante. Coloca otra canción que me gusta y la tarareo para mí solo. Yo sé que me está viendo porque siento su idiota mirada.

—Deja de cantar, Cris. Dios, tu voz es perfecta. Es más, todo tu es perfecto.

—Me gane la lotería, pues. Ahora uno no puede cantar porque este niño se emociona.

Su rostro está junto al mío, porque tira de mi como si fuera una pluma. Cierro la boca por más que desee la cantar la canción de Usher, pero me rehúso a hacerlo.

Macho pecho peluo © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora