Capítulo 44

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Capítulo 44

Es horrible tratar de olvidar a una persona, es una sensación espantosa que no puedo controlar ni aceptar. Además, estoy aburridísimo sin poder hacer mucho porque el dolor es demasiado fuerte, me limito a ir a clases, hacer tareas, ver a los otros jugar mientras estoy en la banca. Phill y Britt se comportan bien conmigo, omiten el nombre de Scott, me consienten y están pendientes todo el tiempo si presienten que me estoy decayendo, animan mi espíritu con música y películas, aun así, todo es gris, oscuridad y ni una pizca de felicidad.

Regreso nuevamente al médico para comprobar como siguen mis piernas, aunque el dolor ha disminuido en las últimas semanas, igual no he podido practicar y el juego se acerca pronto. Krist me examina y vuelve a mandarme otros medicamentos más reposo y ésta vez debo permanecer en casa.

―Debes cuidarte, Cris. Haces mucho esfuerzo ―me aconseja. Suena su teléfono y lo coloca en alta voz, quizás no quiere atender en privado para estar alerta de los demás pacientes―. Si, baby. Estoy atendiendo un paciente y salgo enseguida. Si, si, de acuerdo, también te quiero, adiós.

Se me tensan todos los músculos como si no pudiera soportar sus palabras. Krist me observa y sonríe como si nada. Me levanto de la cama y voy caminando hacia la entrada, allí está el auto de Scott y no sé qué hacer para que no me vea. Me comunico con Phill y dice que se tardará un poco en buscarme pues apenas está terminando la práctica y debe hablar con un profesor para que le de unos libros. Will está en la misma que mi amigo, por ende, tampoco puede buscarme.

Me siento en las escaleras y me coloco un suéter con capucha para que nadie se dé cuenta que existo. Veo que Krist sale corriendo y abraza a Scott con dulzura. Siento que voy a llorar, y mi tensión aumenta cada vez más. No puedo quedarme más tiempo, así que me arriesgo a caminar y peor aún cuando comienza a llover fuertemente. Mi llanto sale igual de fuerte que la vez que me dijo que lo elegía a él, por eso es que enamorarse es espantoso y no sirve para nada.

―Cris ―es una voz, no quiero saber nada, no deseo voltear―, sube al auto, por favor―Es William Patrick con un paraguas―. Por favor. Estás demasiado lastimado ―sigue insistiendo.

De copiloto está un chico que practica con nosotros y me siento en los puestos traseros. Apoyo mi cabeza en los asientos y comienzo a llorar más fuerte que nunca. No sé a qué dirección vamos, no me importa nada. El auto se detiene, bajo la ventana y veo que Will le da un golpe a Scott en toda la cara.

―Eres un maldito bastardo. Ni siquiera te acerques a Cristopher, omite que existe. Eres un pedazo de mierda.

― ¿Qué sucede? ―pregunta Krist―. ¿Qué pasa, Scott?

― ¡DILE LA VERDAD, MALDITO COBARDE! ¡DILE QUE TE ENAMORASTE DE CRISTOPHER, LUEGO LO DESECHASTE PARA ESTAR CON KRIST Y LE PARTISTE EL CORAZÓN! ¡DILE!

― ¿QUÉ? ¿CÓMO ES LA COSA?

― ¡YA BASTA! ―me bajo del auto temblando de pies a cabeza―. ¡LLÉVAME A CASA AHORA MISMO, WILLIAM! SINO ME VOY CAMINANDO.

―Te dije que no te fueras caminando, Cristopher. Tienes que cuidarte.

― ¡ME SABE A MIERDA CUIDARME, KRIST! SOLO QUIERO IRME A CASA.

―Pero, Cris.

― ¡LLÉVAME AL AEROPUERTO, WILL! BUSCA MIS COSAS, Y TE ESPERO AHÍ MIENTRAS COMPRO UN BOLETO. YA ME SABE A MIERDA TODO ESTO.

―Cris.

―TE DIJE QUE ME LLEVARÁS AL MALDITO AEROPUERTO AHORA MISMO, SINO PUEDES LLEVARME ME VOY ASÍ MISMO.

Todos están conmovidos con mi decisión, al final William accede, me deja en el aeropuerto y se va a buscarme las cosas. Aprovecho de llamar a mi madre para informarle que vuelvo a casa, ella no está muy convencida e insiste en que debería quedarme, que es una tontería irse así por esa situación. Me cuelga diciendo que estará pendiente y me llamará en una hora para verificar si conseguí un boleto.

Macho pecho peluo © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora