Capítulo 25

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Capítulo 25

Voy con paso firme tomándole la mano a William. Esto estará interesante, no sé porque lo hago, pero quiero que entienda dos cosas: odio que me vean la cara de idiota y la otra es que si es gay que lo demuestre.

—Scott —digo con voz impertinente. Él me observa tenso—, no sabía que tenías novia.

¿No será la misma persona que conversó anoche?

—Somos amigos desde hace muchísimo tiempo —contesta la chica tocándose el cabello como si fuera lo único real en la vida. ¡Que desgracia para la sociedad!

—Claro. Amigos el ratón del queso, me imagino. Así soy con Will, somos amigos íntimos, tú me entiendes —digo con ironía y Will se muere de la risa. Él no sabe porque lo hago, pero le encanta que Scott este molesto—. Pásenla bien. ¡Vamos, Will!

Arrastro a Will hasta el nivel de feria en donde hay un espectáculo de baile con todas las personas que deseen participar. Las personas bailan muy bien, también tienen ritmo y por lo menos no hacen el ridículo en público.

—Tenía rato que no me divertía tanto —le comento a Will quien parece estar impactado con todo y no se da cuenta que estoy emocionado con todo esto.

De lejos veo que Scott me está mirando y se siente incómodo con la chica. Pues yo no tengo ningún inconveniente que salga con ella, solo me gusta que sea sincero conmigo. Yo empiezo a sentir cosas y no quiero decepcionarme.

—Debes besarme ahora mismo, Will —le digo en voz baja y pareciera que le hubiese dicho "tengamos sexo ya mismo" porque no aguanta y me acerca hacia sus labios húmedos.

Por una parte, es divertido, por la otra vergonzoso porque aún no he tenido el chance de aceptar estas cosas lo cual lo hace cada vez más difícil. Giro hacia donde esta Scott y sin querer se le ha caído su bebida.

—No creas que me gustas, así que no te emociones —le digo al separarme de él.

—Igual no pierdo la esperanza que te enamores de mí y no del idiota ese que no sabe nada.

— ¿Qué?

—Te conozco demasiado, Cris. Sé que estabas celoso cuando lo viste con la chica esa, no me mientas a mí.

¡Qué incómodo! ¡Me rehúso de esta desgracia! Prefiero quedarme callado. El silencio es una buena respuesta, así que no tengo ganas de explicar mis sentimientos.

—Vamos a comer antes que te de algo.

Es difícil escoger entre tanta delicia junta y mi estómago rechina cada vez más fuerte. A mí me gusta comer lo que sea, no me importa lo que es, me lo como igual. En cambio, Will quiere llevarme a comer algo que no haya probado.

—Aquí es.

El restaurante parece un palacio, tan lujoso y divino que yo vestido como estoy parezco un pordiosero recoge latas.

—Una mesa para dos, por favor.

—Que sea mejor una mesa para cuatro, señor. Si es tan amable —dice a mis espaldas el traidor número uno.

—Con gusto, señor Jackson.

"Con gusto, señor Jackson" idiota. Todo el mundo le hace caso, me provoca vomitar en su cara y hacer un jugo con él para dárselo en la boca.

El área que nos han dado es la más lujosa y grande de todas. ¿En qué momento no me di cuenta de esto? Claro, no tengo suficiente dinero para entrar aquí y tendría que ahorrar como 20 veces mi mesada, sacrificarme por 20 años y luego venir. Los londinenses son muy refinados, todo es exquisito y yo solo quiero comer algo normal sin mucha cosa.

Nos sentamos y me siento incómodo. La mujer esa me hace enfadar cada vez que la miro, me provoca destrozarle su bello rostro, darle un bofetón y partirla en pedacitos por zorra.

Mi celular suena con la canción de 50 cent, siento que mi mamá me preguntará que estoy haciendo. Es tan delicada que no puede ser más detallista con lo que hace en casa a solas con mi papá.

—No necesito saber eso, mamá —miro a todos y esperan que diga algo interesante.

—Ay, Cris. Ya te tocará.

—Prefiero morir en un asilo.

—Te vendremos a visitar en Navidad.

— ¿En serio? En mi apartamento no caben todos.

—Eso es lo de menos, cariño. Nosotros nos ocuparemos de eso.

—Ojalá y no sea donde pienso. Mi abuela me está asesinando porque no la he ido a visitar.

—No te preocupes, cariño. Tu abuela no está en el país, fue hacia Italia porque debía hacerse unos exámenes médicos.

— ¿Cómo es la cosa?

—No te preocupes, cariño. Tu tía está con ellos y se encuentran bien.

—Me informas de todo por favor.

Cuelga primero y ahora estoy preocupado. ¿Qué fue lo que le sucedió a mi abuela y cuál es la razón por la cual se ha ido a Italia a realizarse unos exámenes?

Entre mi mente vagabundeando no me doy cuenta que la comida está servida y todos comen gustosamente. Ya no tengo hambre.

— ¿Estás bien? —Me pregunta la chica—. Estás pálido.

—Debo retirarme. ¡Disculpen!

— ¿Qué sucede? —pregunta Scott.

La vista se nubla como la neblina. Eso siempre me pasa cuando tengo un problema familiar muy grave. Adoro a mi abuela, ella es como mi heroína y de verdad estoy sumamente preocupado.

Al abrir los ojos me encuentro en el hospital.

— ¡SI LO HACES DE NUEVO, TE ASESINO! —me regaña Phill—. ¡ERES UN IDIOTA! ¡ME DISTE UN SUSTO DE MUERTE! ¡PENDEJO!

—TAMBIÉN TE QUIERO, IDIOTA.

— ¡ERES UN IMBÉCIL, CRISTOPHER!

—Gracias por el cumplido. 

Macho pecho peluo © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora