Capítulo 42

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Capítulo 42

―Si, es una mierda ―la voz de William Patrick―. ¡Llora, Cris! Todo lo que quieras y los que te amamos estamos aquí contigo.

―Así es, amigo ―la voz de Phill, mi mejor amigo, mi hermano, la persona más genial del universo.

― ¡Bastardo de mierda! ¡Maldito imbécil! ―sí, esa es Britt, con sus groserías, sus expresiones únicas―. ¡Ojalá la lluvia lo ataque siempre al imbécil ese! ¿Por qué no todo puede ser felices para siempre?

―Porque somos seres humanos, y no un cuento de hadas ―responde William.

―Pero todos nos merecemos ser felices, y no es justo que Cris no lo sea ―contradice Britt.

―Al menos sé lo que se siente que de verdad te rompan el corazón, enamorarte ―me separo de Will.

―Terminemos de almorzar, ven un chocolate es bueno en estas ocasiones.

El amor no es una mierda, uno lo hace de ese modo porque haces que te hieren y ni siquiera le das frente para acabar con ese dolor. A pesar de que Scott y yo vivimos pocos momentos felices, que nunca consideramos ser una pareja oficial y pensando crudamente, yo me engañe a mí mismo y soporté todo esto sin ser capaz de demostrar los sentimientos y aclarar ciertas cosas. Por ende, tiene toda la razón en enamorarse de su verdadero novio y disfrutar la relación. Yo simplemente me enamoré solo, creí que era lo máximo y termine siendo un don nadie para él.

No tengo mucho ánimo de comer y lo pongo para llevar pues sería un desperdicio botarla. Pero sí me tomo el chocolate, pues dicen que alivia un corazón roto y es mejor eso que no tener nada.

―Will, Phill, Cris...nos busca el entrenador, tiene algo que decirnos urgentemente ―nos dice Conway.

Ya no llueve y nos desplazamos hacia las gradas techadas donde están todos los integrantes del equipo. Miran fijamente al entrenador. Nos ponemos en las esquinas para escuchar mejor.

―Muy bien, señores. Les informo que tengo un nuevo asistente que nos va a ayudar en los entrenamientos, en algunas ocasiones estarán solo con él debido a unas reuniones que tengo previstas, de igual forma se les notificará cuando me ausente ―dice en voz alta―. ¡James Matthew, acércate por favor!

¿Qué? ¿JAMES MATTHEW? ¿EL GRANDE DE LOS GRANDES? Me da miedo y a la vez tengo felicidad.

―Hoy no tenemos práctica, mañana nos veremos aquí a las 3 de la tarde. Las franelas de entrenamiento se las daremos apenas lleguen, ya están identificados con sus nombres y números respectivos. No olviden lavar el uniforme ya que pronto lo vamos a utilizar.

―Definitivamente será el infierno ―murmura Phill.

―Es así, amigo ―le respondo en voz baja―. Es nuestro héroe, pero será el infierno.

La noticia que James Matthew es el asistente nuevo del entrenador se ha esparcido por toda la facultad y las personas como saben que tuve un encuentro con Scott y toda la cosa, ya todo el mundo sabe mi secreto. ¿Por qué demonios me tuve que meter precisamente con un futbolista famoso? ¡Esto sobrepasa los límites! Voy a asesinar gente por regar la voz.

Lo mejor de todo es que nadie me juzga, solo esperan que sea feliz y listo. Esto es demasiado humillante y difícil de controlar, pues hasta los profesores me abrazan y me piden que sea fuerte.

―Hoy son 300 vueltas, Graham. ― ¡Maldito infeliz! ¿No tienes más nada que hacer? El tipo como es más grande que yo y más fuerte se mete conmigo a diario y es una molestia.

―Ayer corrí 200, no voy a correr más.

―No me interesa, Graham.

― ¿Qué te hice?

Estoy demasiado cansado, he realizado todos los malditos ejercicios, y me pide esto. Es un bastardo de mierda.

―Si Cristopher corre 300 vueltas, todo el equipo lo hará ―gracias William―. No dejaré que lo humilles de esa forma.

―Ordené a Graham, el resto pueden irse.

El equipo se queda en el campo mientras realizo las malditas vueltas. Mis piernas están corriendo por sí solas, estoy agotadísimo, siento que me voy a lesionar en cualquier momento. Nunca he soportado tanta desgracia. Me fascina el fútbol americano, pero que me saque la mierda el maldito éste no es fácil.

Mis compañeros gritan para darme ánimos, y todavía me faltan muchas más. Lo peor es que no puedo parar, debo darle corrido y sin descanso, siento que me muero por dentro y cuando pare no podré caminar. Concentro todas mis energías, y escucho música mentalmente para tener algo conque entretenerme. Suena en mi mente la canción de Behind These Hazel Eyes de Kelly Clarkson.

― ¡VAMOS, CRISTOPHER! ¡TÚ PUEDES!

― ¡YA FALTA POCO!

La última vuelta y he sobrevivido. Me acerco hacia donde está el pendejo de James y quiero decirle algo contundente.

―Podrás mandarme lo que te de la puta gana, pero no voy a caer en tus pies, maldito idiota ― ¡Ya lo dije! Me siento muchísimo mejor―. ¿Mañana 500? ¡Okey!

Si después de mandarlo a lavarse ese culo, el maricón me tiene hasta la madre y cada vez que hay un entrenamiento la agarra conmigo. Mis amigos saben que estoy cansado, no he podido dormir bien debido a las asignaciones, llego muy tarde a mi casa y descanso poco.

La semana pasa tan rápido que culminamos el primer mes del año y no consigo asimilar que estemos en febrero tan rápido. Lo bueno es que el dolor se agudiza y mis labores son cada vez mayores para pensar en Scott.

Phill me dice que espere en la casa de Britt ya que a donde vamos es más cerca y así podemos llegar más rápido a nuestro destino. La idea es explorar la naturaleza y hacer un picnic con otras personas más.

―Pobrecito, mi niño ―dice la señora Jackson luego de contarle todo lo que sufrido los últimos días―. ¿Quieres algo?

―Estoy bien, solo tengo sueño y estos idiotas se tardan demasiado.

―Puedes dormir, corazón. Apenas lleguen te levanto, ¿sí?

Escojo cualquier habitación y me quedo profundamente dormido, al fin puedo dormir, y esta cama es perfecta para consolidar el sueño rápido. Phill y Britt me deben demasiado por hacerme esperar, les voy a sacar una entrada al cine VIP con todo incluido. Ojalá y traigan lo que prometieron porque si no me voy a enfadar, ellos han hecho un curso de dulces y es perfecto para compartir todos juntos. De mi parte puros sándwich que es mi especialidad porque no se cocinar más nada.

Agarro el sueño rápidamente y comienzo a soñar que estoy en la playa es lo más genial del mundo, siento que puedo respirar, abrazar la brisa y gritar sin que nadie me escuche. Tengo postres para mí solo, y la vista espectacular.

Macho pecho peluo © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora