Capítulo cinco.

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En ocasiones volteaba a mi derecha para verla, estaba muy concentrada y seria mientras manejaba

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En ocasiones volteaba a mi derecha para verla, estaba muy concentrada y seria mientras manejaba.

Llegamos a nuestro destino y obviamente se trataba de un lugar muy bonito, había mucha naturaleza y colores llamativos.

Al entrar nos sentamos en una mesa para dos mientras esperamos a que alguien nos atendiera.

- Freen Chankimha, un gusto. -dijo mientras extendía su mano en señal de saludo.

Estaba tan perdida en la vergüenza, probablemente, más grande de mi vida que había pasado con esta mujer, que olvidé que no nos habíamos presentado.

- Rebecca Armstrong. -extendí mi mano al igual que ella rápidamente.

Un mozo se acercó a tomar nuestro pedido.

- Oye. -hice una pausa.- ¿Cómo es que Azul me dejó venir contigo?

- ¿Azul? -respondió.

- La chica que estaba conmigo anoche, mi amiga.

- Ah. -habló. - Sólo tuve que decirle que era tu amiga, y listo. Sé que sigo siendo una extraña pero anoche estabas más a salvo conmigo que con ellos dos.

- ¿Por qué?

- Dios... -rodó sus ojos.- ¿No recuerdas que ellos bebieron más que tú?

- Oh...

Los platos y bebidas fueron dejados en la mesa, un silencio algo incómodo nos atrapó, hasta que Freen volvió a hablar.

- Cuéntame un poco de tí.

- Bueno, no sé que quieras saber. -dije para luego dar un sorbo a mi café. -Cuéntame primero sobre ti.

- Tengo una empresa bastante exitosa, la amo más que a nada en el mundo, es lo más importante que tengo en mi vida. La inicié desde que tengo dieciocho años, edad en la que me volví completamente independiente, toda mi atención está puesta en ella. -acomodó su cabello.- Ahora cuéntame de tí.

Me sentí aún más intimidada, y sinceramente inferior.

- Bueno, yo... -jugué con mis manos.- Desde inicios de este año vivo sola, estudio derecho en la universidad, tenía dos trabajos pero recientemente me despidieron de uno. Al igual que tú también soy independiente pero me tengo que esforzar demasiado para seguir siéndolo.

- ¿La universidad y dos trabajos?. -hizo énfasis en "dos".- No entiendo como es que aguantas eso.

- Bueno, a la universidad me he acostumbrado, los dos trabajos eran complicados, pero ya te dije que me han despedido de uno, de todas formas tengo que buscar otro porque es difícil sobrevivir con uno sólo.

Freen apoyó su mandibula en una de sus manos y me miró pensativa, examinandome lentamente.

- Te podría ofrecer un trabajo.

Me emocioné en ese mismo instante.

- ¿En serio?

- Si. -respondió seca. La ví sonreír por primera vez.

- ¿Qué tipo de trabajo?

- Mandaré a uno de mis asistentes a tu casa, él te lo dirá, si aceptas me verás de nuevo, y si no, esta sería la última vez.

- ¿Cómo?

- Haces demasiadas preguntas.

La mujer me miraba una y otra vez, mientras yo estaba intrigada por su oferta.

Una noche © FreenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora