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A la mañana siguiente, al llegar a la escuela, Gakushū abrió su casillero con cuidado, asegurándose de que nadie viera su nueva clave

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A la mañana siguiente, al llegar a la escuela, Gakushū abrió su casillero con cuidado, asegurándose de que nadie viera su nueva clave.

Cuando abrió la puerta por completo, se dió cuenta de que su esfuerzo había sido en vano. La clave que había cambiado el día anterior antes de salir de clases ya había sido descubierta por alguien, y se alguien había dejado una nueva nota pegada en el mismo sitio que la anterior, además de una pequeña caja de malvaviscos con chocolate sobre un par de libros.

Cerró aburpuamente, causando un estruendo. Algunos alumnos lo miraron pero poco le importó. Volvió a abrir con cuidado, como si eso fuera a hacer que los chocolates y la nota desaparecieran. Pero no, ahí estaban, tan reales como la primera vez.

-Okay -suspiró, tomando la nota.

"¿Sabías que cuando te enojas frunces la nariz como un conejo y tus mejillas se ponen rojas? Tierno.

-1.11".

Y cómo si el destino le obligará a repetir el día anterior, Sakakibara llegó a su lado.

-¿De nuevo? -alzó ambas cejas al ver el pedazo de papel en manos de su amigo-. Ve más despacio, campeón, no puedes conseguir pareja más rápido que yo -hizo un puchero.

-Esto no está bien.

-Claro que no está bien, Gakushū, tienes que apiadarte de mi.

-No eso -rodó los ojos y apuntó hacia la caja de dulces dentro de su casillero-. Eso.

-Apuesto a qué la próxima vez serán flores.

-¿Eres tonto? ¿Cuántas cajas de chocolates te he tenido que dar porque solo me gusta un tipo de chocolates?

-Muchas, casi al punto de tener un coma diabético, porque al señor especial solo le gustan los malva... oh.

-Nadie sabe eso, Ren. Nadie.

-Okay, esto ya es muy aterrador. ¿Hay alguien realmente acosandote o algo así?

-No lo sé. Además -tragó saliva-, alguien ha estado abriendo mi casillero. Pasó ayer y cambié la clave, pero ahora...

-Volvió a pasar -completó la frase y su mejor amigo solo asintió-. ¿No crees que sería bueno decirle al director?

-¡No! -respondió apresuradamente. El oji marrón lo miró, confundido-. Es decir, ni siquiera sé de quién se trata y... no es tan grave; es mi problema y yo debo resolverlo y...

-Creí que la relación con tu pa... el director estaba progresando -le puso una mano en el hombro.

-Roma no sé construyó en un día -dijo con pesadez-. No porque estemos mejorando tengo que ser una carga ante la más mínima situación, ¿cierto? Además, es seguro que la persona es alumna de Kunugigaoka. No es un asesino serial o algo así; puedo manejarlo.

1.11 [Karushuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora